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—Y con eso concluye nuestra clase de hoy— Cerré mi horario. A lo que inmediatamente Lily se acercó a mí, siendo lo más normal del mundo. — ¿Qué cenamos hoy? — Preguntó alegre, quizá por hablar en su lengua natal, quizá solo por acabar la clase.

Sin embargo, yo me quedé pensando. —Elije tú, yo pago— Dije sin más, empezando a dar saltitos.

Aunque ni así me estaba realmente enfocando en ella, mi vista hacia ya quizá un par de meses estaba en alguien más, aunque de la forma más inocente y tonta.

Por desgracia tenía una estabilidad vocal excelente y era demasiado tímida para decirme algo, y pese a mi nuevo trabajo, seguía siendo la misma tímida para estas cosas de antes.

Sin embargo, me volví buena rechazando, ser extranjera era como un fetiche para tantas personas.

Aunque me sentiría mal culpandolos teniendo lo mismo pero al revés.

Antes de darme cuenta, Lily me arrastró fuera del salón. — ¿Dónde me llevas tan emocionada? — Pregunté, ya que era no tan común. — ¡Hace unos días descubrí un restaurante nuevo cerca de casa! — Directamente afirmó.

Me soltó al darse cuenta que ya la estaba siguiendo sin forzarme. —No sueles salir mucho— La miré raro. —Almorzamos el día libre el grupo entero, tú estabas trabajando con TWICE— Me recordó, cosa que había sido hacia no tanto.

Y tampoco es que trabajara tanto con ellas, un día cada mes y medio debido a mi velocidad trabajando.

Aunque pese a verlas tan seguido, entre tantos trabajos y barrera de idioma todo se complicó.

Al menos tanto como mi coreano, mi fama aumento exponencialmente, al punto de que era una celebridad sin hacer nada, nadie sabía realmente mis cualidades, solo mi apariencia les parecía lo suficiente.

El resquicio de ser la «productora» de JYP siempre estaba por allí, pero a todo mundo se le olvidaba al final del día.

Por suerte, mis días eran tranquilos y monótonos, tal cual me gustaba.

—Sullyoon vive cerca Incluso— Soltó de la nada, haciendo que mi atención fuera hacia ella como espadas celestiales.

— ¿Vive tan cerca de nosotras? — Pregunté con realmente duda. —Apenas y si es mayor de edad, por vivir tan cerca la dejan ir con sus padres e ir en la mañana— Aclaró, siendo más información de la que yo por cuenta propia conseguí en meses.

— ¿Era tu hermana menor la que quería venir? — Pregunté, sutilmente. Ella me miró, quedándose extrañada de aquello. —No es tan caro el tiquete, compraré algo más para dormir y puede quedarse en tu habitación— Seguí caminando, como si nada, ante aquello. Ya era mucho que ella me molestara tanto y siempre decía que no como para ahora cambiar de actitud bruscamente.

Prisma - Tzuyu & Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora