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— ¿No se iban? — Pregunté nerviosamente, a la par que señalar la puerta. —Nos íbamos a ir pero nos entretuvo como trabajas— Dijo Mina.

— ¿Hablas japonés? — Preguntó Chaeyoung. Ninguna se había preguntado el porqué Sana me hablaba siempre por lo visto.

Asentí, luego haciendo el «más o menos» con las manos. Nayeon empezó a decirle una cosa a Momo, luego esta acercándose a mi.

—Nayeon dice que si podemos publicar en nuestra historia de Instagram la foto de ti con coletas— Preguntó, a lo que asentí sin más, no veía que de malo podía pasar.

— ¿Tienes alguna cuenta para que podamos ponerla? — Siguió, a lo que abrí mi celular, mostrando la mía en mi perfil, habría pensado que simplemente se la memorizaría, pero sacó su celular y le tomó foto por encima.

Miré a Momo algo raro, luego alzando la vista siendo la primera en ver, Tzuyu, quien noto aquello y río también.

Reímos a la vez y no podía sentirme más mal.

Pensé que no me gustaba, quería que no me gustase, pero esa sensación no es de alguien que simplemente conoces o con quien trabajas.

Volteé a ver a Jihyo, buscando algo de seriedad, pero estaba riendo de igual manera, apreciando el notorio cambio.

Aunque incluso ella me provocaba cosas, no eran aquellas.

Genial manera de comprobar mis gustos, la mejor.

De un momento a otro mi celular empezó a sonar, una, tras otra, tras otra vez, siendo más y más con cada segundo.

Lo miré, siendo notificaciones de nuevos seguidores, miré a Momo, quien apenas se estaba guardando su teléfono.

Por curiosidad, miré la cuenta de ellas, y no sólo no estaba en la historia, estaba en la parte principal, aunque era la foto que tomó Momo, donde se veían varias miembros más, así que no era sólo yo.

Y eso me hizo dudar aún más de Momo ya que no había necesidad de tomar la foto.

— ¿Qué harás el fin de semana? — Preguntó Sana, tomando mi brazo y abrazándolo con los de ella. Por alguna razón no me sentía tan nerviosa con ella. Pese a ser la que más rumores tenía a sus espaldas.

—Si, si, ¿Qué harás? — Volteé a ver a una Tzuyu con una sonrisa, poniéndome avergonzada como nunca. —Que— Solté, pensando un momento, había dicho eso en japonés pensando que era nada porque sonaba así en español.

— ¡Nada! — Rectifiqué, a lo que principalmente las japoneses se rieron mucho de mi.

—Suena a nada en español… — Dije intentando escudarme. — ¿Español? — Nayeon volteó rápidamente a verme. — ¿Hablas español? — Indagó más, a lo que asentí. Ella prácticamente se arrodillo frente a mí, tomando mis manos.

—Eres una caja de sorpresas— Dijo Jihyo.

— ¿Puedes decir algo en español? — Pidió. —Cualquier cosa— Parecía gustarle mucho.

Empecé a pensar un momento. —Odio que todas ustedes estén encima de mi haciéndome sentir cosas que no debo y son nuevas— Dije, siendo lo más realista que podía.

Aunque prácticamente estaba diciendo que las odiaba, Nayeon no podía para de sonreír, Momo tampoco.

— ¿Puedes decirme que me amas mucho? — Pidió exclusivamente.

Suspiré, por nerviosismo más que molestia, me estaba gustando más que cualquier otra cosa de lejos.

—Im Nayeon, te amo mucho— Paré un momento para imaginar que decir y que no fuera tan corto. —Una vida no sería suficiente— Puse un dedo en su barbilla. —Para amarte— Terminé de decir, poniéndola roja.

Al notar eso, fué peor en mi. Tragué saliva y miré hacia un punto no hubiera ninguna, cosa que era difícil por ser nueve.

—Uhh… — Escuché a Jihyo decir viendo la escena. Escuché como estaban hablando entre todas, pero en un coreano demasiado para mi.

—Dicen todas que si quieres venir con nosotras a casa, no haremos nada este fin de semana— Dijo una Sana que no se había separado de mi en ningún momento.

La miré, estando más cerca de lo que pensé, por lo que me eché para atrás, burlándose ella de mi pánico.

—Si… — Dije viendo a mi punto seguro.

Aunque, si así estaban siendo conmigo en el estudio, ¿Qué me harían en su casa?

No sabía si rezar, ya sea para que no pase nada, o para Tzuyu no sea tan tímida como yo.

Prisma - Tzuyu & Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora