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Por fin todas las promociones habían terminado, no sin dejarme un sabor agridulce de todo aquello. El verdadero cambio se sentía cuando estaba por retomar mi antigua vida, la tranquila y «normal»

— ¿Te pasa algo? — Escuché a mí espalda, haciendo que volteara. —No… — Dije tímidamente a mí compañera de departamento. —Llevas tres minutos frente a la puerta del salón y no has entrado— Señaló, sacándome de mi paradigma incorrecto del tiempo.

— ¿Estás nerviosa por regresar? — Preguntó, quizá dando en el clavo. Suspiré, asintiendo. —Ustedes ya no me verán igual, tampoco es que soy la misma— Aclaré lo que pensaba.

—Ahora todos te admiran aún más, esa es la diferencia— Sentí como me iba empujando hacia el salón. Poco a poco estaba entrando ya.

Una vez entramos, seguía empujandome, hasta mi sitio de siempre donde yo dictaba las clases.

Finalmente dejándome allí, se fué a sentar donde estaba asignada ella.

Ver a todos otra vez me dió un golpe de realidad, devolviéndome finalmente a la normalidad, al pensar que tenía poder de decisión sobre qué hacer.

Aunque algo si que había cambiado, me tenían aún más respeto, antes solía callarlos o alzar mí propia voz un par de veces, ya no era necesario.

Y al final de clase también algo pasó, saliéndose de la normalidad, aunque probablemente solo pasaría una vez, todos se tomaron fotografías conmigo.

—Te dije que todo estaría vez— Me señaló con una cuchara. —Te preocupas demasiado por todo— Siguió.

—Si vivieras con una vida tan tranquila y luego tan caótica, lo entenderías— Dije sin ganas de ampliar el tema. Ella volteó porque sintió algo. —Antes tenías a un cuarto de la compañía enamorada de ti, parece que ahora es la mitad— Volteó al otro lado. —Creo que es toda— Aclaró, haciendo que mirase de reojo, notando como muchas personas miraban disimuladamente.

— ¿Tú no tenías prohibición de citas? — Me preguntó. Quise empezar a recordar, pero o no estaba, o mí mente lo borró de aquellos contratos. Hice una seña de no recordar.

—Aunque ahora si podrías ir por Eunwoo… — Insinuó. — ¡Lily! — Exclamé algo apenada. —Tengo la cabeza demasiado confundida solo para hacer música, no quiero imaginarme en cosas románticas— Empecé a rascar algo de mi cabello de solo pensar en cuando me toque reanudar el ritmo.

— ¿Si estás enamorada no te ayuda a hacer más cosas? — Se metió una cucharada de comida y preguntó. Negué. —Hasta donde se, no, aunque decir que me he enamorado sería exagerar todo demasiado— Paré un segundo a pensar. —Cuando me gusta alguien sí— Dije, haciendo pausa dramática. —Cuando llega el drama en eso, o no me siento bien con cómo va, pierdo toda musicalidad— Finamente dije.

—Así que eso explica porque tantas canciones sobre Tzuyu y Sullyon… — Dijo para si misma, pero en voz alta.

Prisma - Tzuyu & Tú. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora