💚✧⁠* - ꋬ꒒ ꂵꄲ꒯ꄲ ꀘꋬ꒐

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Cuando Zane terminó de hacer el desayuno, llamó a todos a la mesa. Los demás comenzaron a comer, pero tanto Kai como Zane notaron que alguien hacía falta.

Para la sorpresa del ninja del hielo, Kai se ofreció a ir por Lloyd.

Se dirigió por los pasillos, buscando, pero al no hallarlo por ninguna parte supuso que estaba en el cuarto. Fue cuando lo encontró sentado en la cama, con las rodillas contra el pecho y las manos cubriendo sus ojos.

No otra vez, pensó Kai. Él no era demasiado bueno para hablar con alguien cuando estaba triste, y menos si no entendía a la otra persona -Lloyd seguía siendo un misterio para él-.

-O-oye -le dijo-, Zane nos llamó para desayunar, ¿vas a venir o no?

Al no tener respuesta, creyó que necesitaba algo de tiempo para pensar o lo que sea. Se disponía a irse cuando su voz quebrada penetró sus oídos, diciendo:

-Lo siento.

Kai se dio la vuelta.

-¿Por qué?

Lloyd quitó las manos de la cara y abrazó sus rodillas y se quedó mirando el suelo.

-Por meterlos en tantos problemas -dijo.

Para ser de Lloyd, a Kai le sorprendió la sinceridad de su cara y de su voz al decirlo.

Kai se acercó a él, despacio y nada seguro.

-Bueno... sí, en algunos...

-No era mi intención -le interrumpió-. En serio. Quería... hacer que el mundo viera que no soy sólo un niño.

-Pero eso eres, Lloyd.

El niño levantó la vista para mirarlo con tristeza. Tenía los ojos rojos y las mejillas mojadas.

-Y no tiene nada de malo -terminó Kai.

-Así no lo veo yo -Lloyd volvió la mirada hacia enfrente.

-¿Por qué? -Kai se sentó a su lado.

-¿En serio quieres escuchar?

-Supongo -Kai se arrepintió de haber contestado tan sinceramente.

Kai supuso que Lloyd pensó algo como: "Mejor que nada", porque comenzó a hablar. Explicó pausadamente que en el internado sin querer había tenido que aprender muchas de las cosas que le enseñaban. Les decían a los niños que a su corta edad debían demostrar lo que valían, pero que no alcanzarían a ser demasiado al menos hasta que crecieran más. Lloyd no lo mencionó, pero nunca se había sentido mucho en sí, de hecho casi nada, porque ni eso podía demostrar. Lo que no tomaba en cuenta era que esos niños estaban igual de asustados que él, y que ellos habían aprendido a ser crueles. Por alguna razón, a Lloyd no se le daba bien maltratar a los demás, aunque supiera que eso debía hacer para sobrevivir en el internado.

-Así que querías llamar la atención al liberar a los serpentin... -concluyó Kai-. Debería ser psicólogo. Pero... ¿por qué llamar la atención del mundo?

-No del mundo...

De repente algo hizo click en la cabeza de Kai.

-Oh. ¿De... tu padre?

Lloyd no respondió durante unos segundos.

-Y mira cuánto sirvió -murmuró.

Kai no supo que hacer. Si trataba de ser bueno como Zane lo había sido hace rato y muchísimas veces desde que Lloyd llegó, jamás llegaría a nada con él. Así que tomó una decisión: lo haría al modo Kai.

-Okey, basta -Kai se puso de pie y Lloyd volteó a verlo-. Vamos a distraernos hoy, ¿entendido? Vamos a salir de aquí, porque (según Zane) el aire libre es bueno para el ánimo (entre otras muchas cosas que dijo y que no aprendí). Así que ve a desayunar, que hoy iremos al parque de diversiones. Y, de paso, nos distrairemos de todo esto.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora