💚✧⁠* - ꒦ꏂꋪ꒯ꋬ꒯ꏂꋪꄲ ꉣꄲ꓄ꏂꋊꉔ꒐ꋬ꒒

251 34 6
                                    

Que he tenido inspiración estos días ewe

¡¡Muchas gracias por su apoyo!!

Cuando Kai llegó a los ninjas, lo primero de lo que se enteró fue de a) los esqueletos pueden robar personas, y b) sus compañeros entrenaban para un solo objetivo que pronto todos tendrían en común: llegar a ser el Ninja Verde y cumplir con una profecía tanto peligrosa como increíble.

Poco tiempo después, y luego de salvar a su hermana, la única razón por la que Kai entrenaba día tras día era para obtener aquel título y llegar a ser el ninja más poderoso de todos.

Igualmente, antes de que Lloyd llegara, Kai era más ambicioso. Varias veces el sensei Wu le había reprendido por entrenar demasiado y usar sus poderes como no era debido.

Si bien Lloyd era el que más había cambiado en ese tiempo, también Kai lo había hecho.

La energía verde que Lloyd había usado, la urgencia de Hocksman -donde fuera que estuviera- por tener al niño de su lado siempre sólo le habían dejado más en claro sus sospechas. Ahora todo se aclaraba: por eso, al estar cerca de Lloyd, sus poderes elementales parecían más despiertos que nunca. Por eso su cuerpo había reaccionado de tal manera al poder verde: demasiada energía era incontrolable para cualquiera. Era por eso que, al entrar Kai en contacto con Lloyd, podía ver a Hocksman. Hocksman, al mismo tiempo, era una representación máxima de la energía, y por aquella razón él había querido usar su forma física con él, pues sólo Lloyd habría aguantado tal cantidad de poder.

Lloyd era el Ninja Verde. Y Kai todo el tiempo estuvo destinado a protegerlo.

-Kai... -Lloyd lo llamó de nuevo-. ¿Qué pasa? ¿Qué has visto?

Kai logró volver de sus pensamientos. De repente pareció reparar en que sí había algo que hacer. Podían salir de allí.

El ninja lo miró.

-Debemos irnos.

Lloyd rodó los ojos.

-Ya lo sé, pero no hay manera.

Kai sonrió.

-No, sí la hay. Ven, ponte de pie.

Kai se paró y ayudó a Lloyd a hacerlo. Se apoyó en los brazos de Kai. El niño temblaba.

-No puedo, Kai.

-Tranquilo, sólo serán unos segundos, ¿de acuerdo?

Lloyd lo observó con desconfianza.

-¿Qué estás planeando?

-La verdad... no tengo idea. Pero hay una leyenda antigua que creo que debes cumplir.

-¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¡Se supone que el calor no te afecta!

Kai trató de tranquilizarlo. Cerró los ojos. Pensó en la situación. Pensó en todo lo que había hecho con tal de no perder a Lloyd. Lo había seguido hasta lo alto de una montaña, incluso al Mundo Oscuro. Había sobrevivido a un incendio, tratando de llevarse bien en un intento fallido. Había luchado por su custodia y lo había buscado sin descanso. Había entrado a un volcán que estaba a punto de hacer erupción y probablemente morirían allí.

¿Y todo por qué?

Por un niño de diez años, con una estatura baja para su edad, de cabello despeinado y ojos verdes que al primero te parecían gentiles, pero luego descubrías la verdad detrás de aquella mirada inocente. Por un niño, hijo de un villano, que no sabía a dónde pertenecía. Por un niño cuya seguridad y destino dependía sólo de un chico torpe llamado Kai Smith.

Por fin había descubierto su propósito.

Kai jamás se lo habría imaginado. Sin embargo, tampoco le molestó que no fuera el que esperaba.

Lloyd lo observó con incredulidad. Trató de apartar sus manos del cuerpo de Kai, pero sus fuerzas no se lo permitieron. Entonces Kai comprendió el porqué. Su piel brillaba entre amarillo y rojo, con tan intensidad que aquellos colores se reflejaron en los ojos de Lloyd. Kai juraba que los suyos también se habían encendido, y en sentido literal: su cuerpo entero ardía en llamas. Todo lo veía más claro, con más confianza. Sentía que la lava era sólo una extensión más de su cuerpo.

Kai se había fusionado con su elemento. Había alcanzado su verdadero potencial.

Kai se concentró ahora en la lava. Podía controlarla. Podía usarla para impulsarse hacia arriba. La tarea más difícil sería hacer que la lava no quemara a Lloyd.

Como si le leyera el pensamiento, Lloyd le lanzó una mirada de confianza.

-Hazlo -dijo-. Puedo usar tu elemento de nuevo. El fuego no me hará nada.

-¿Estás seguro?

Lloyd sonrió.

-Por favor. ¡A comparación de todo lo que ha pasado estos días?, hacer que la lava no me queme será pan comido.

-Más te vale. Porque si por algo mueres en el trayecto no te voy a perdonar.

-Vaya, gracias.

Y acto seguido, ambos salieron disparados hacia arriba, dejando el humo y la lava justo debajo de ellos, dejando atrás el lugar en donde hace segundos habían estado a punto de morir... tal vez por tercera vez en esa aventura.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora