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Definitivamente, era un volcán de donde provenía la señal. Era enorme. Sacaba humo y cenizas por arriba, acumulándose en una densa nube encima de él. Kai sentía la lava burbujeando dentro, seguramente por parte de su elemento. Ese volcán estaba a punto de estallar.

El chico dudó un segundo en entrar. El calor desde afuera era insoportable. Cierto, que su elemento era el fuego, pero eso no significaba que era totalmente inmune. oyó un grito que provenía de dentro. La inconfundible voz de Lloyd había emitido un alarido de dolor, y sólo eso fue suficiente para que Kai corriera a su encuentro.

La idea de gritar cruzó por su cabeza unos minutos, de llamarlo y decirle que ya iba por él. Pero ¿por qué razón estaría en un volcán? No podría haber caído desde un árbol. La única manera de que estuviese allí era sólo en contra de su voluntad, pero ¿quién lo llevaría allí, y para qué?

«Ese niño atrae problemas adonde quiera que va», pensó.

Las cenizas le escocían los ojos. Kai avanzó pestañeando, buscando alguna entrada. Halló una en la roca de un costado del volcán. Tuvo que agacharse para poder atravesarla. Cuando se adentró más, vio la lava burbujeando más abajo. Llenaba un enorme cráter con pedazos de roca y más lava seca flotando en ella.

Kai había salido de un cráter en la pared interna del volcán. Todo el cráter se extendía a metros debajo de sus pies. No había manera de bajar; al menos, no una a primera vista. Pero, vamos, ¿qué volcán va a tener unas escaleras para bajar directamente a la lava?

Kai observó más el entorno. No veía a Lloyd por ninguna parte, lo cual lo hizo suspirar de alivio. Tenía que buscar en otra parte... una no tan peligrosa. O al menos eso esperaba.

Su vista se concentró en la lava, pues se comportaba extraño. Flotaba pocos metros por arriba de la superficie de el gran lago (si es que se le podía llamar así), como si fuesen burbujas de jabón hirviente. Cuando cayeron de nuevo a la lava, Kai divisó con horror lo que estaba buscando.

Lloyd había caído arrodillado a la mitad de un pedazo flotante de roca. Se mantenía estable gracias a que el niño era ligero y porque estaba en medio, pero Kai sabía que no duraría mucho allí.

Kai lo observó con incredulidad y temor unos segundos antes de buscar frenéticamente una manera de llegar a él. No fue difícil, puesto que la roca bajo sus pies comenzó a desmoronarse. Antes de darse cuenta, el suelo delgado que mantenía a Kai arriba cayó por completo y, soltando un grito, aterrizó, afortunadamente, sobre uno de los pedazos flotantes de lava, digamos no de la manera más suave.

Kai cubrió su cara con los codos para recibir con ellos parte del impacto. Los músculos le dolieron en el momento en el que su cuerpo impactó contra el suelo flotante. Se obligó a moverse rápidamente de allí, pues el pedazo flotante se partió en dos debido a su peso. Kai quedó atrapado de rodillas en un pedazo diminuto de roca sobre la lava.

Cuando levantó la vista, Kai divisó a Lloyd, a unos metros más lejos. Lo miraba con los ojos desorbitados y llenos de lágrimas. Tenía los párpados y la nariz roja, y varios cortes en... todo el cuerpo. Su ropa negra estaba llena de hoyos y manchada de algunas partes de sangre. Sus manos brillaban de un tono rojo, como si se hubiera puesto una lámpara muy luminosa por detrás. De sus dedos heridos caían gotas relucientes del mismo color: lava.

Mientras Kai trataba de asimilar lo que estaba pasando, Lloyd dio un respingo hacia atrás tan fuerte que él se desequilibró; el volcán tembló entero, pero a Lloyd no pareció importarle: su vista estaba concentrada en otra cosa.

Kai trató de mantener el equilibrio, evitando caerse a la lava. El calor era excesivo. Todo su cuerpo sudaba, las gotas caían desde su frente hasta sus ojos y boca. No podía creer que Lloyd no estuviese sudando.

Lloyd estaba concentrado en algo por encima de él, a un metro por arriba de su cabeza, en frente de ellos. Kai no veía nada, pero Lloyd lo observaba con tanta locura que hasta el ninja sintió el impulso de salir corriendo. Claro, si pudiera...

-¿Por qué no puede verte? -gritó Lloyd con la voz temblorosa hacia esa dirección. Luego de un momento, dijo-: Eres energía... mi elemento es la energía. Sólo yo puedo verte.

Las lágrimas caían de sus mejillas, una por una, sin parar. Kai no entendía el dolor que experimentaba, pero sentía que estaban conectados. Aquellas gotas fosforescentes que caían de sus manos... Él había controlado la lava que flotaba, por eso había caído de rodillas. Pero ¿cómo...?

-¡Lloyd! -llamó Kai, tratando de sacarlo del aturdimiento-. ¿Quién es, amigo? ¿Quién te hizo daño?

Lloyd apretó los puños y lo volteó a ver. Fingía rudeza, pero sus ojos verdes centellaban y su cara estaba húmeda.

-¿Cómo sé que eres tú? -le preguntó con aquella voz lastimera que a Kai conmovió. Jamás había oído aquel nivel de miedo... de tristeza, mucho menos de un niño.

Kai no supo qué responder.

-Yo... soy Kai, Lloyd -trató de explicar-. Kai Smith, ¿recuerdas eso?

Lloyd apretó los ojos y gritó con furia:

-¡Sé quién eres! ¡Me he topado contigo antes! ¡Tú me hiciste esto!

El niño alzó la cabeza y señaló a su cuello. Tenía un horrible corte ensangrentado.

Kai se puso de pie, despacio. Lloyd lo observó, pero no hizo nada más. El ninja trató de hablar con la voz más suave que pudo:

-Lloyd, sé que estás asustado. No sé lo que pasa, ¿de acuerdo? Vine aquí con los demás. Todos están afuera, en el Bounty. Te hemos estado buscando.

Lloyd lo siguió viendo, justo a los ojos. El cabello dorado le caía hasta las pestañas, mojado, pero no de sudor, sino de agua.

-Eso ya lo has dicho... -murmuró.

-¿Qué...?

Lloyd volteó hacia donde antes en un movimiento repentino. Frunció el ceño. Había tomado coraje.

-Sólo yo puedo verte... pero si comparto mi elemento...

Algo interrumpió al chico. Él sonrió con desdén. Si bien a veces se veía malvado, aquella sonrisa era, sí, maliciosa, pero también astuta, una que sólo Lloyd Montgomery Garmadon podía hacer.

Lloyd levantó la mano izquierda y una burbuja de lava se elevó en sintonía con ella. Luego la dejó caer, y, antes de que llegase a la superficie de lava, Lloyd levantó la mano derecha y de ella salió un chorro de agua, que mojó la burbuja de lava y la secó antes de fundirse totalmente con la demás del cráter. Lloyd había creado otra pieza de lava flotante entre Kai y él.

Kai notó que aquello le había consumido energía. Las ojeras de Lloyd se habían acentuado y se había tambaleado por un instante. Sin embargo, el niño tomó impulso y saltó con agilidad, primero a la nueva pieza que había creado, y luego a donde estaba Kai.

Lloyd lo observó con el entrecejo fruncido, como si le guardara algún rencor. Luego tomó una de sus manos con la de él, la cual emitió un brillo verde.

Entonces ocurrió algo sumamente extraño. Su vista pareció aclararse: ahora veía el peligro. Se trataba de una concentración de energía magenta enorme que se extendía por encima de sus cabezas. Lanzaba chispas y emitía un horrible chirrido.

Luego, de aquel sonido sobresalió una voz, áspera y profunda que tenía un acento diferente, si es que así podía llamársele.

-Saludos, Kai Smith -pronunció-. Finalmente te unes a la fiesta. Qué lástima. Estamos a punto de concluir nuestro... asunto.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora