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Las siguientes dos horas fueron aburridas. La enfermera le había traído a Lloyd un poco de comida -gelatina-, y realmente se veía divertida, pero ahora mismo no tenía mucho ánimo de comer. Probó una cucharada, eso sí. Sabía a limón, pero no a uno natural. Jamás había comido limón artificial. La pintura le picaba la garganta. ¿Cómo es que podían comer eso los demás?

Además, lo único que tenía para entretenerse era una televisión que parecía de hace una década atrás, y lo único que transmitía eran dos canales: uno de noticias y otro de alguna serie en blanco y negro en donde hablaban francés. Prefirió apagarla. En las noticias aparecía el desastre de la montaña rusa, lo cual no era una experiencia que le gustara recordar.

Aún no podía creer que hubiera sido tan tonto y tan valiente para entrar al fuego, y en realidad no sabía si lo que había hecho había sido algo bueno. Sí, tal vez ayudó en algo, pero probablemente había sido una carga total cuando se desmayó... No había sido su intención hacerlo, lo podía jurar. Pero el humo era tan denso que es ese punto creía morir asfixiado.

¿Por qué lo había hecho?

¿Es que Zane lo había hechizado con algún encanto...?

¿Por qué es que no se arrepentía de haber entrado si es que ahora sufría las consecuencias, si ahora mismo se sentía tan mal? Estaba en un lugar completamente desconocido, solo y con el peso del internado encima... de nuevo. Mejor no perder el tiempo enumerando las cosas que sentía ahora, ya fuera por su "condición" o por las partes de su piel lastimada, o por las vendas que le picaban, o por el suero que se metía a través de sus venas, enfriándolo por dentro unos segundos después de cambiar la bolsa...

Mejor concentrarse en otras cosas.

¿Pero cuáles?

Dado el aburrimiento, no tardó en dormir un rato. Cuando despertó se sentía un poco mejor... Un poco. Esperó ver en la hora que había matado por lo menos tres horas, pero había pasado muy poco en realidad. Aún debían pasar varias horas antes de que Kai o alguien viniera a hacerle compañía.

Miró hacia la persiana de la ventana a su lado, a unos metros. Aunque estaba cerrada, alcanzó a ver y escuchar la conversación de una enfermera con un hombre de mayor edad, claramente enojado.

-Debemos esperar el juicio, señor. Lo siento -le dijo la mujer.

-¡Esto es ridículo! -dijo él-. Ese niño se escapó de mi... ah... internado. ¡Tenemos la custodia legal!

-Entonces necesitará un comprobante -habló la enfermera-. Ahora es lo único que puede hacer. Esta persona que usted busca no será custodiado por nadie hasta que la ley lo decida.

-Tengo unos papeles -el hombre sacó un portafolio-. Allí dice que tengo permiso de llevármelo hasta que se decida la custodia. Hasta entonces, me quedaré con él. ¿Cuándo saldrá?

-Debo revisar eso antes -la enfermera tomó los papeles que le entregó-, pero si todo sale bien, se lo podrá llevar esta misma noche.

-Bien. La veo a las ocho.

Y así sin más, se fue.

Lloyd comenzó a entrar en pánico.

Eran las cinco de la tarde. Faltaban tres horas para que tuviera que irse... con él. Sea quien fuese, definitivamente era de ese lugar... No podía volver, y no podía salir del hospital sin que terminara merodeando por la calle sin poder ver a los ninjas, por alguna razón que Kai le dio. Tal vez no valía tanto la pena obedecerle en este caso.

No quería volver al internado... Ese lugar era horrible.

Sólo quedaba una cosa que hacer...

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora