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Lloyd se despertó sobresaltado. Quiso dar un brinco y sentarse en la cama, pero, de nuevo, la debilidad atacaba. Comenzaba a ser bastante molesto que empeorara justo cuando se sentía triste o asustado. En realidad, lo molesto era que casi siempre se sentía así.

Lloyd se obligó a levantarse y se sentó en la orilla de la cama. El mundo dio vueltas unos segundos, pero lo ignoró.

Observó las literas de los ninjas.

Arriba escuchaba la respiración pesada de Kai. Lo extraño era que no hallaba los ronquidos de Cole por ninguna parte ni a Jay hablando en sueños. Luego escuchó un grito de Jay -uno de frustración, como los que lanzaba al jugar videojuegos-. Sería mejor verificar que todo estuviera bien. No por él, sino... por su propia seguridad. O eso pensaba el niño.

Se levantó de la cama y salió sigilosamente por la puerta.

"Tu compasión es tu debilidad", dijo la voz en su cabeza.

"Sólo es un sueño", se dijo.

"Oh, no. Por supuesto que no", contradijo de nuevo.

Salió apresurado de la habitación, como si sólo allí fuera capaz de oírla.

En la sala encontró a Jay, efectivamente, jugando videojuegos, con la cabeza metida en la pantalla y aferrándose al control como si en eso se le fuera la vida, moviéndolo de izquierda a derecha y sonriendo de satisfacción de vez en cuando.

La puerta del refrigerador estaba abierto. Cuando avanzó, encontró a un ninja de traje negro con un tenedor en la mano con casi todo el cuerpo metido en el aparato.

-¿Cole? -dijo Lloyd.

El ninja se sobresaltó y se dio un golpe en la cabeza con la puerta del congelador. Salió con algo extraño en las manos: en una bandeja de vidrio, había una cosa de color café brillante y tal vez viscosa.

-Ah... sí -dijo Cole, avergonzado. Colocó el pastel en la barra y dio unos golpes en ella con el tenedor-. Por favor, no le digas a Zane que estuve aquí. O a Kai. ¿Sabes qué?, mejor a nadie.

-¿Ni a Jay?

-No.

-Pero él está aquí.

-Por favor, Jay no sabe que estamos aquí.

Lloyd se preguntó por qué estaban Jay y Cole afuera. Creyó que había dormido todo el día -aunque aún estaba cansado-, y que eran las diez u once de la noche, pero al ver el reloj se percató que en realidad eran las tres de la mañana.

-¿Por qué están aquí? -preguntó Lloyd.

-Zane dice que las luces se apagan a las diez. Antes desactivaba la consola de Jay a las seis, pero ahora él sabe cómo volver a conectarla y juega en la madrugada para que nadie lo vea.

A Lloyd le causó gracia.

-¿Y tú?

-Nadie sabe que tengo esta belleza en el cajón de verduras -Cole señaló la cosa extraña. Viendo cómo la miraba, debía servir para algo bueno-. De hecho, nadie debería, así que... espero que sepas guardar secretos.

Lloyd asintió.

-¿Y tú qué haces aquí? -le preguntó Cole.

Al acordarse de la voz y de lo que había dicho, Lloyd tuvo que apoyarse en la barra. No tenía idea de lo que había querido decir en realidad. Ni siquiera sabía si ahora tenía amigos. Si Zane lo consideraba como uno, no quería perjudicar a la única persona que lo había tratado como una persona normal, y no como el hijo de un villano que sólo quería llamar la atención y causar problemas.

Siquiera pensar en que haría daño de nuevo causaba que su respiración se entrecortara.

-Okey, okey. No hablemos de eso, ¿sí?

Parecía que Cole trataba de ayudarlo, pero lo único que lograba era que pareciera que le había dado un ataque de ansiedad.

-¿Qué pasó allá con Kai? -pensó Cole en voz alta.

Eso sólo hizo que Lloyd sintiera que se iba a desmayar. Y tal vez lo hubiera hecho si Cole no le hubiera metido el tenedor con la cosa café en la boca.

Guao.

¡Era la mejor cosa que había probado en su vida!

Luego sintió que su alma volvía a su cuerpo. Abrió los ojos como platos y no pudo evitar sonreír.

-¿Qué es? -gritó Lloyd, encantado, aún con el tenedor en la boca.

-Shht. Es... pastel, obvio. ¿Que nunca lo habías probado?

-¿Es tan común? ¡YO QUIERO!

Cole miró el pastel. Estaba casi completo salvo por el pedazo que Lloyd se había ya comido.

-¿Quieres más? -le dijo, con casi todo el dolor de su corazón. Parte de levantarse en la madrugada era: A), para que Zane no le echara un sermón, y B), para no tener que... compartir, básicamente. El pastel era algo increíblemente delicioso, y sabía que los demás no lo apreciaban como él.

-¡SÍ! -respondió Lloyd.

-Vale...

Cole partió en pastel en dos pedazos casi del mismo tamaño y los sirvió. Cinco minutos después, Cole y Lloyd estaban comiendo pastel a las 3:15 de la mañana, mientras Jay gritaba jugando videojuegos. ¿En serio nadie los escuchaba? ¿Cómo es que Lloyd antes nunca los había oído? Las paredes eran gruesas en verdad.

Mientras Lloyd terminaba su postre, poco a poco se fue sintiendo mejor. Era como magia. ¿Dulce, de chocolate y esponjoso? Era lo mejor. ¡Ah!, pero no había probado lo que era bueno hasta que Cole sacó vasos de leche caliente.

Zane seguramente no estaría feliz por lo que habían hecho esa noche.

Cuando terminaron, a Lloyd le dio sueño. Pero era un sueño que no había sentido desde hace mucho; no uno que implicara el cansancio por los gritos del internado o uno por aburrimiento, sino uno por el cansancio del día. Hasta eso, era agradable.

Cole retiró los platos y vasos y Lloyd se recargó en la barra sin pensarlo. Puso la cabeza entre los brazos y vio a Jay, jugando.

Ambos no se veían en lo absoluto como ninjas, duros y valientes, sino como... adolescentes normales.

Tal vez tenía una oportunidad en el Bounty.

¿Sería que lo aceptarían?

Si de verdad deseaba quedarse, sabía que debía hacer un esfuerzo por ser un... buen niño. ¿Cómo se hacía eso? En el internado siempre les habían enseñado a ser malo, a ser duro, a "prepararte para el futuro", sin ser amable o... empático con los demás. Sólo tú.

Lloyd nunca encajó.

Por más que quisiera, no podía ser malo, simplemente. Usaba el hecho de ser el hijo de Garmadon para que no se metieran con él. Usualmente funcionaba, pero, en sí, Lloyd no tenía nada de Garmadon en él.

Jamás lo había visto de esa manera, pero tal vez eso era bueno si quería estar en el Bounty. No pertenecía tampoco allí, eso lo sabía perfectamente, pero era el lugar más acogedor en donde había estado.

Pensando esto, Lloyd cerró los ojos y se relajó hasta caer dormido en la barra.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora