💚✧⁠* - ¿ꉔꄲ́ꂵꄲ ꇙꏂ́ ꆰ꒤ꏂ ꏂꋪꏂꇙ ꇙ꒐ꋊꉔꏂꋪꄲ?

703 68 20
                                    

Cuando vio la oportunidad, Lloyd escapó de Kai.

Se alejó poco a poco de él hasta que tuvo la distancia suficiente para echar a correr sin que Kai lo viera.
Lamentablemente, no pudo llegar muy lejos.

Desde que su padre le lanzó esa esfera de plasma, temblaba. Tal vez de miedo, pero su cuerpo se había debilitado muchísimo. Las piernas le fallaron tanto en tan poco tiempo, que no llegó muy lejos antes de que tuviera que apoyarse de un árbol para sentarse a su sombra, aunque no es que hubiera mucho sol en aquel entonces. Las hojas le cubrían la nieve, al igual que su capa, que en ese momento nunca le pareció más delgada.

Miró sus manos. Temblaban demasiado, incluso más que cuando había pasado más de un día sin comer buscando refugio.

No sabía si se sentía peor física o emocionalmente.

Kai no tardó en encontrar a Lloyd, si media hora corriendo de un lado para otro entre un bosque en medio de una tormenta de nieve no es tanto.

Lo vio enrrollado en sí mismo, recostado debajo de un árbol, con casi todo cubierto de nieve.

Kai se acercó, primero enojado, pero luego preocupado.

Su nariz y sus mejillas estaban rojas, y los puños apretados, con los dedos casi azules. Tenía los ojos cerrados, pero gemía levemente. Pequeñas gotitas de agua helada salían de sus ojos, que se congelaban al tocar la nieve.

Kai tenía tanto frío que quería recostarse como él. La idea que se le formuló se le hizo cursi o innecesaria, o al menos eso le decía su ego, pero tomó a Lloyd, se sentó con la espalda recargada en el árbol, e hizo lo posible para acurrucarse y tomar algo del calor que les quedaba del otro. Colocó la cabeza de Lloyd sobre su pecho, con su cuerpo cruzando horizontalmente con el suyo. No era la posición más cómoda, pero abrazar a alguien con el frío era reconfortante.

Kai sabía que debían regresar, pero no tenía idea de dónde estaban y se encontraba demasiado cansado como para cargar a Lloyd hasta el Bounty; pesaba unos treinta kilos, lo cual no era muy pesado para un niño de su edad, pero tenía hambre y frío.

Kai cerró los ojos un rato. Se relajó un poco. El viento les rozaba la cara. Sin darse cuenta, Lloyd había tomado con su mano helada la mano de Kai. Cuando se calentaron lo suficiente, se sintieron mejor. Aún temblaban, pero más poco.

Lloyd abrió los ojos, de un verde oscuro, como si realmente reflejara lo que sentía, aunque con su expresión era más que suficiente para saber que se sentía fatal. Estaba más pálido de lo normal.

-¿Por qué haces esto? -le preguntó Kai, tratando de permanecer sereno.

Lloyd volvió a cerrar los ojos. Kai creyó que se había dormido, pero Lloyd frunció los labios, como si tratara de no llorar. Soltó la mano de Kai. Supuso que se la habían tomado por accidente, y que Lloyd hubiera escapado si pudiese.

-No es nada -dijo, tartamudeando.

-Me lo has dicho todos los días desde que te conozco, Lloyd -dijo Kai-. Sé que tal vez no tengamos la mejor relación, pero quiero entenderte. Quiero entender por qué es que te escapas. Quiero entender por qué liberaste a los Serpentín, y por qué es que haces lo que estás haciendo. ¿Es que no ves que en el Bounty estás seguro? Pythor te está buscando, y seguramente las autoridades también, aunque... no creo que te culpen realmente. No eres... realmente intimidante.

Aunque a veces me das miedo a mí, pensó Kai.

Lloyd se quedó en silencio unos segundos, mirando sólo la ropa de Kai.

-¿Y cómo sé que eres...? -comenzó Lloyd, pero se detuvo.

-¿Qué?

Lloyd suspiró.

-Confié en Pythor, y mira lo que pasó. Confié en mi madre, en que algún día regresaría por mí. Confié en mi padre, y... ahora no sé qué pasa. ¿Cómo sé que eres... sincero?

-No lo sé -dijo Kai-. Pero... ¿no te es suficiente que haya regresado a buscarte en la montaña, o el hecho de que tuve que escalarla para encontrarte?

-Había otro camino para subir.

Habría sido un comentario gracioso si la expresión de Lloyd no fuera tan sombría.

-Además -dijo-, lo haces por mi tío, porque es tu sensei.

-Lloyd, yo nunca... dije eso.

La voz de Kai se fue desvaneciendo, y en su rostro apareció una mirada de decepción.

-Lo dejaste claro.

Lloyd hizo un intento por levantarse y separarse de Kai, pero titubeó por algo y se dejó caer de nuevo, haciendo una mueca de dolor.

-¿Qué pasa? -preguntó Kai.

-Nada -la voz de Lloyd sonaba estrangulada. Apretaba los ojos.

-Volvamos al Bounty. ¿Puedes caminar?

El niño se llevó una mano al abdomen. Al poner un dedo sobre él, se retractó y lo quitó de inmediato. Después negó con la cabeza.

Kai suspiró.

Puso toda sus fuerzas en las piernas y se levantó a él y a Lloyd. Acto seguido, comenzó a caminar más o menos por donde creía que había venido.

Lloyd seguía haciendo muecas de dolor de vez en cuando, pero no decía nada. Sentía punzadas en la piel, más específicamente, en el abdomen, como si le estuvieran quemando o picando con una aguja cada poco tiempo. De repente sintió que debía dormir. Se sentía demasiado cansado como para seguir despierto. Aunque estuviera perdido, y a brazos de alguien que no le parecía de fiar, fue perdiendo la consciencia. La nieve le seguía cayendo en la cara, pero se sentía bien. La frente de ardía. Por alguna razón, a cada minuto se sentía peor, pero dormir definitivamente le sentó bastante bien.

Kai seguía caminando, pero se dio cuenta que Lloyd se había dormido porque se sentía más pesado, o tal vez también fuera el esfuerzo de llevarlos a los dos montaña abajo.

Estaba decidido a que debían llegar al Bounty sanos y salvos.





💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora