💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . .

💚✧⁠* - ꊰ꒤ꏂꍌꄲ ꌦ ꁝ꒤ꂵꄲ

Si por fuera Lloyd no mostraba emoción, por dentro sí que lo estaba.

Al tener ya el estómago lleno, se fue sintiendo mejor. Además, no dejar este lugar le alegraba. Era una experiencia totalmente nueva: las risas incesantes de todos, los gritos de emoción y la comida... Era algo increíble. No quería dejarlo antes de gritar y reír como todos los demás.

Y parece que lo iba a lograr.

¿Por qué los buenos momentos duran tan poco tiempo?

Kai y Lloyd volvieron a formarse en una fila hacia un juego con un nombre extraño. Le habían enseñado a leer en el internado, obvio, pero ese nombre jamás lo había escuchado.

Cuando llegó su turno, Kai le indicó a Lloyd en dónde sentarse y cómo colocarse el cinturón de seguridad.

-¿Por qué nos miden en la entrada? -preguntó Lloyd, acomodándose en el asiento.

-Para que no te vayas volando o te pegues en el techo.

-Ah.

Si te preguntabas, Kai medía 1.75 y Lloyd 1.37, aproximadamente.

Luego de un anuncio, el juego comenzó la marcha. Al principio comenzó lento, pero poco a poco fue ganando velocidad, y pronto los kilómetros por hora ascendieron tanto que el cabello se les volaba a todos y tenían que cerrar los ojos para cortar el flujo de aire hacia ellos.

La sensación era increíble.

¯\_(ツ)_/¯ Nota de la escritora: jamás me he subido a la montaña rusa, así que no esperes que te dé datos exactos ;-;

Por primera vez en su vida, Lloyd se sintió libre, a pesar de estar amarrado con un cinturón en ese instante. Por fin era libre de gritar de alegría, y tenía una buena razón: se estaba divirtiendo; es decir, realmente. ¿Era el mejor día de su vida? Seguramente sí.

-¡Te dije que era divertido! -dijo Kai, gritando para hacerse oír.

-¡Hubieras empezado por este! -le contestó Lloyd, sonriendo de oreja a oreja.

-¡Hey! Pensé que no sabías sonreír -se burló Kai.

-Lo mismo digo.

Pudo haber sonado como un comentario defensivo, pero al parecer sólo estaba jugando. ¿Una discusión no real y divertida? Vale, sólo ellos podían hacerlo.

De repente, la luz del parque se apagó, pues entraron en un túnel lleno de pistolas de agua, como se dieron cuenta al sentir la ropa empapada y la cara mojada. Ya que avanzaban a toda velocidad, no les dio tiempo siquiera de cerrar la boca o los ojos.

-Iugh -exclamó Kai cuando el agua tocó su lengua. No tuvo más remedio que tragarla.

-¿A qué sabe? -dijo Lloyd.

-Creo que la reutilizan en cada juego o la sacan de la fuente de afuera.

-¿La verde? Jajajajaja.

Kai sonrió.

-Oye, shht. ¡No te burles!

-¡Pon el ejemplo!

Kai estaba a punto de contestar -de broma-, cuando un chillido vino de la parte de atrás. Habían dos vagones atrás de ellos antes de llegar al final del juego, de donde chispas comenzaban a salir. Sólo había una señora de mediana edad detrás de ellos, y gritó de pánico al ver las chispas procedentes del lado derecho del vagón. Éstas se extendieron por los demás vagones, saltando de lado a lado, y ladeando el juego hacia la derecha.

-¡Lloyd, muévete! -dijo Kai, desabrochando el cinturón del niño para con fuerza sujetarlo al lado suyo, quedando así fuera del alcance de las chispas.