💚✧⁠* - ¿ꉣꄲꋪ ꉔ꒤ꋬ́ꋊ꓄ꄲ ꓄꒐ꏂꂵꉣꄲ?

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¡¡Gracias por este pequeño comentario!!

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La verdad sí vi el final algo forzado 👉🏼👈🏼 Tal vez podía dar algo de suspenso a la historia .^^

A veces se me van detalles como ese, así que les agradezco que den sus opiniones, pues así se hace mejor la historia y más interactiva <3

¡Muchas gracias, @Ninjagofan_01 !



Después de un rato, Kai trató de armarse de valor para mirar a Lloyd. No podía. Siempre había sido muy sentimental, pero nunca lo mostraba porque le daba vergüenza. Un ninja no debía comportarse así. Sin embargo, esto era diferente. Estaba a solas con Lloyd, un pequeño niño aterrado que no había dicho ni una palabra desde que recibió la noticia; mas Kai no necesitaba oír nada más para sentir casi lo mismo que él.

Mantuvo contacto visual con él unos segundos, que parecieron ser una eternidad. Las lágrimas de Lloyd seguían cayendo por su rostro y su cara triste le daba más lástima que nada.

Kai le miró con tristeza y lo llamó.

-Lloyd, yo...

En un movimiento repentino, Lloyd cortó su voz y le abrazó. Rodeó su cuello con ambos brazos y apretó su cuerpo contra el de su amigo.

Kai correspondió a ello. El aparato que indicaba el pulso de Lloyd se clavaba en su piel, pero eso no le importaba en lo absoluto. Hace mucho que no daba un abrazo a alguien que no fuera su hermana.

-¿No hay nada que hacer? -sollozó Lloyd.

-Aún no -dijo Kai con pesar-. Pero, hey, tranquilo. No sé cuándo se cumpla la mayoría de edad, pero estoy seguro de que Zane pronto la cumplirá. Además, el sensei regresará pronto, y en cuanto llegue le diremos lo que pasó y vendremos por ti.

-¿Crees que regrese...?

-Seh. Wu siempre se va de viaje, no importa cuándo. El problema es que si se ausenta normalmente no responde cartas o algo por el estilo. Tranquilo, regresará, te lo prometo.

Lloyd relajó un poco su cuerpo y soltó a Kai. Luego se le quedó mirando. Tenía las mejillas empapadas, mientras que Kai tenía los ojos algo llorosos. Sabía lo que se sentía irse a un orfanato; cuando sus padres desaparecieron, Nya y él habían tenido que ir a un lugar de esos. La incertidumbre de si los iban a adoptar, en si querían realmente ser adoptados, o de cuánto tiempo más tendrían que esperar... Si no hubiera tenido a Nya, Kai se habría sentido sumamente solo. Lloyd no tenía a nadie. Eso era lo que le molestaba.

-¿Kai? -dijo Lloyd, con la voz aún temblorosa.

-¿Eh? Ah, sí... ¿Qué pasa?

-¿Estás bien?

-Sí, sí. Estoy perfecto.

-Lamento haber llorado...

-No te preocupes. Estarás bien. Será poco tiempo. Y si no, será algo nuevo para ti, para comenzar de nuevo, con otra familia.

Lloyd asintió con la cabeza. No quería otra familia... No sabía lo que quería. Todavía no estaba al cien, pero definitivamente estar con Kai lo hacía sentir mejor. Tal vez todo lo que había necesitado era un amigo. Un amigo que había encontrado... y que volvería a perder.

En la noche, una camioneta había llegado por Lloyd. Los ninjas se habían reunido frente al hospital, esperando despedirse de Lloyd por un tiempo.

Cuando Lloyd salió, se alegró mucho de poder ver el cielo, las estrellas y la luna por algo que no fuera una ventana, sino sus propios ojos al aire libre.

Miró hacia atrás y observó el edificio que, por tanto tiempo -probablemente no había sido tanto, pero fue muy aburrido y le pareció eterno-, había sido su hospedaje.

Lloyd deseó poder sentirse más libre. Sí, había salido, pero iba a irse a un lugar que no conocía.

Kai le había dicho que era como un internado, uno bueno, uno en donde vivían muchos niños de distintas edades, con diferentes pasados, pero que tal vez sus circunstancias ayudarían a que se apoyaran unos a otros.

Tal vez.

La experiencia que tenía Lloyd hacia los internados era mala.

-No generalices -le dijo Kai, como si estuviera leyendo sus pensamientos-. No todos los internados son iguales.

-¿Y si este es peor? -dijo.

-Entonces te visitaré más seguido.

-¿Podrás visitarme?

-No lo sé. Hallaremos la manera.

Lloyd suspiró.

-Está bien...

De la camioneta, una mujer de unos cuarenta años de edad salió a saludar a Lloyd. Se presentó, dijo su nombre y le preguntó a Lloyd el suyo, aunque esto seguramente había sido por cortesía, pues en los papeles que le habían hecho tenían todo lo que podrían haber encontrado. Lloyd respondió tartamudeando. No pudo evitarlo; verla allí sólo indicaba una cosa: había comenzado una nueva etapa, que esperaba fuera temporal.

-Vamos -le dijo ella, señalando con la mano su transporte.

Lloyd miró de nuevo a sus amigos.

-Es un lugar seguro, no te preocupes.

Él asintió con un movimiento casi invisible. Después miró hacia el suelo, para evitar mirar a sus nuevos amigos, y siguió a la mujer hasta la camioneta.

Todo podía pasar, como siempre, pero nunca se había sentido tan consciente de ello. Podrían no visitarlo, o nunca llevarlo con ellos. Podría ir con una familia y encajar bien, o no encajar y ser devuelto. ¿Se podía devolver a un niño? Podría quedarse sin hogar... de nuevo, justo cuando creía que ya lo había encontrado.

Los demás vieron cómo es que Lloyd se alejó en aquella camioneta.

Hacía tantas semanas que tenían al niño con ellos que no recordaban qué tan aburridos eran sus días antes.

Cuánto podía cambiar tu vida cuando un niño travieso entra a ella.

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora