💚✧⁠* - ¿ꌦꋬ ꋊꄲ ꓄ꏂꋊ꒯ꋪ꒐́ꋬ ꒯ꄲ꒒ꄲꋪ?

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Obedecerle.

Ja.

Claro.

¿Que el más fuerte lidera al más débil? Eso estaba por verse.

Lloyd ansiaba con todas sus fuerzas liberarse de él. Lo último que dijo fue el detonante de su ira, y con un solo movimiento dejó a Hocksman tirado varios metros alejado.

¿Cómo había pasado...?

Lloyd se quedó mirando su mano izquierda. Ni siquiera había notado que lo hubiera movido. Si se esforzaba más por recordarlo, el cerebro le iba a explotar, pero logró llegar a una conclusión: había cerrado el puño y golpeó a Hocksman con todas su fuerzas, obvio, pero nunca había tenido demasiada. Algo más había pasado. Los nervios del brazo izquierdo le hormigueaban y los dedos los sentía tan débiles como si hubiera sostenido un costal lleno de tierra de treinta kilos durante una hora sin haber parado -créeme, lo hice esta mañana; no durante una hora, pero sí por medio minuto, así que imagina lo que se siente-.

Hocksman se levantó casi de un solo salto y sonrió a Lloyd, como si eso fuera lo que había querido ver.

-Aprendes rápido. Eso ayudará -dijo.

A juzgar por el golpe, el hombre debería estar sangrando por lo menos por la nariz, pero en cambio sólo parecía conmocionado.

-Ahora, esquiva esto.

Hocksman levantó su mano. Formó durante un segundo lo que parecía una esfera de energía de color rojo rosado y se la lanzó a Lloyd. El niño logró agacharse antes de que le diera de lleno en la cara, por lo que sólo le rozó la punta de su cabello despeinado.

-Esa fue fácil, te avisé. Veamos qué tal están tus movimientos y qué hay que mejorar.

«¿Quién es este sujeto en realidad?», pensó Lloyd. Nunca le había parecido del todo humano, pero ahora... ahora en serio no sabía a qué se enfrentaba, y qué tenía de ventaja sobre él. Hocksman seguramente no tendría problema en matarlo aquí y en un solo segundo.

Sin darse cuenta, ambos caminaban en torno a un círculo imaginario, cada uno de lado contrario y lanzandose miradas asesinas; mejor dicho, Hocksman tenía una mirada asesina, mientras que Lloyd trataba de verse enojado, pero su lado frustrado y asustado salió a la luz más pronto de lo que había predicho.

-Vamos, tú ataca -dijo Hocksman-. No debe ser cuerpo a cuerpo.

«¿De qué otra manera atacaría?», pensó. Lloyd había visto casi todas las técnicas de ataque de los ninjas. La mayoría se trataba de movimientos para una pelea corporal, en la que utilizaban puños y patadas casi por igual. Si no tenían manera de acercarse, entonces la única manera era usar sus poderes elementales. Sin embargo, Lloyd no tenía poderes. Podía usar algo de su alrededor y lanzarlo a él. ¿A eso se refería?, lo dudaba bastante.

-Crees que eres como cualquier otro niño de nueve años -dijo el hombre-, pero te equivocas totalmente. Hay eventos que parecen sueños distantes, pero que en realidad sí fueron reales. La energía está alrededor tuyo. Sé que puedes sentirla. Eso te hace especial.

Vale, tal vez tenía razón. Era verdad. Muchos recuerdos parecían sueños. Lloyd solía tener insomnio por pensar y pensar en lo que era real, lo que había pasado, y lo que no. Había demasiados ejemplos...

¿Así que por eso lo quería Hocksman? ¿Porque según él era especial? ¿Había sido aquella energía la que había impulsado su golpe?

Vale, hora de ponerlo en práctica.

-Tío Wu dice que uses la energía elemental -pensó Lloyd en voz alta-. Que te concentres en cómo se siente alrededor de tu cuerpo.

Lloyd miró sus manos.

-Y que la uses a tu favor.

Hizo exactamente lo que dijo. Jamás lo había hecho, pero se sintió increíble. Sintió un hormigueo en los brazos, cuando pequeños rayos de energía de un color verde vivo aparecieron en ellos y avanzaron hacia sus manos, en donde formaron una esfera, una esfera... de poder, de energía.

Lloyd sonrió.

-Ay, por... ¡Esto es increíble!

-Te lo dije. ¡Ahora, ataca!

El señor Hocksman se abalanzó contra él. En un solo movimiento, Lloyd lanzó la esfera hacia él y se hizo a un lado. El impulso fue tan grande que ambos salieron despedidos, Lloyd de un lado, Hoksman del otro, y una ráfaga de viento azotó a metros a la redonda.

La única persona aparte de ellos que estaba allí se dio cuenta de lo que estaba pasando, o, al menos, eso creyó. Se quitó los audífonos y salió con la escoba en la mano, visiblemente enojado.

-¡Ustedes dos, vayan a otro lugar! -señaló a Lloyd-. Tú, debes de ser algún aprendiz de esos ninjas novatos, ¿cierto? ¡Fuera de aquí! Ahuyentarán a mis clientes.

-No creo que tenga muchos a esta hora, señor -dijo Lloyd-. Esto es importante. Lo siento, pero apenas me estoy librando de este... hombre o lo que sea.

-No estás ni cerca -susurró Hocksman desde el otro lado.

De un segundo a otro, Lloyd sintió en la espalda un impulso y una descarga eléctrica tan fuerte que lo hizo caer de bruces en el suelo. Trató de combatir con él, trató de formar otra esfera en sus manos, pero estaba comenzando a perder la consciencia... de nuevo.

Alcanzó a ver al señor que había salido furioso de su local, quien ya lo estaba enojado, sino asustado. Definitivamente ya no parecía un entrenamiento común y corriente. De verdad le estaba haciendo daño a Lloyd. El niño se preguntó qué tan mal estaba, si se veía tan mal como se sentía... En realidad estaba preso del pánico. ¿Moriría allí, sin más?

Mientras cerraba los ojos, sólo podía pensar en que, al menos, no preocuparía a nadie, en que ya no causaría más problemas.





Bueno, al menos no le dolería lo que Hocksman le haría después... ¿cierto...?

💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora