¿Pueden creer que hasta ahora sólo tenía la idea principal y que todos los capítulos, o casi todos, son más o menos improvisados? Así nos divertimos ustedes y yo ^^
Quiero hacer una breve pausa para agradecerles por los votos -esa estrellita arriba del capítulo, o debajo del letrero que dice "Sigue leyendo la parte siguente"-.
¡Y miren a dónde hemos llegado!
Esta historia es la número seis, SEIS, señores, en la categoría de Lloyd. Y la número DOS, en la misma categoría pero novedosas.
OMG!
Lo vi ayer y me alegró el día! <3
Gracias a todos ustedes por eso.
Lloyd se despiertó en su cama.
Un momento.
¿Se había dormido allí? No, antes había probado el... pastel. Los ojos se le iluminaron al recordar su dulce sabor. Incluso hoy se sentía un poco mejor.
El niño se giró hacia su izquierda para ver las literas vacías de los demás y el reloj en el buró que indicaba que eran las once de la mañana.
Vaya. Se sentía cansado todavía. Pero nada parecido a lo que antes había sentido. Ahora estaba mucho mejor.
Salió de la cama y, por una vez, no se le nubló la vista.
Fue al desayunador mientras se tallaba los ojos. Así, con el cabello despeinado debajo de la capucha que siempre traía -bueno, casi siempre; se la debía quitar por unas horas mientas Zane la metía a la lavadora los viernes, día de lavado para los ninjas-, los labios manchados de chocolate y su paso lento y flojo, casi parecía un niño completamente normal.
¿Por qué no era normal? ¿En serio te lo preguntas? Bueno, te puedo dar algunas razones, pero creo que ya has visto bastantes pata saberlo a estas alturas.
En la barra, vio a Kai sentado de espalda mientras veía su celular. Zane estaba cocinando, y Nya seguramente estaba en el centro de control.
Lloyd se preguntó quién lo había llevado a su cuarto. Los únicos que habían estado allí con él la noche anterior habían sido Jay y Cole, y, al ver a Jay tratando de alcanzar un vaso de los gabinetes, parecía muy obvio quién había sido.
Cole estaba cortando algunas cosas para Zane. Casi sintió vergüenza -bueno, sin el casi- de demostrar tal debilidad ante ellos. Él no debía ser así. No lo habían educado para ser de esa manera.
Al ver que nadie le ayudaba a Jay, sintió un poco de compasión por él y se le acercó. A su lado, Jay medía unos centímetros más, pero no eran suficientes para tener que alzar la vista demasiado para que Lloyd pudiese verlo a la cara, como le sucedía con los demás.
-¿Necesitas ayuda? -dijo Lloyd, un poco a tono de burla.
-Tú tampoco alcanzas -Jay pareció hacer un puchero.
-No, pero puedo hacer esto.
Lloyd se subió a la barra debajo del gabinete y así pudo poner una mano dentro.
-¿Qué querías de aquí? -preguntó Lloyd.
-Oh, una tacita UwU. Es de color azul y tiene un rayo en medio.
-Mmm... -Lloyd rebuscó entre el gabinete-. Aquí está.
El niño cerró la puerta y se bajó de un salto. Sí, sus fuerzas habían vuelto casi por completo. Le tendió a Jay la taza.
-¡Gracias!
Jay puso la taza junto a Kai y agarró una servilleta, para luego ofrecércela a Lloyd.
-¿Qué? -preguntó.
-Zane no nos permite comer chocolate si no es sábado -le susurró Jay-. No nos descubras, ¿quieres?
Se llevó un dedo a los labios. Lloyd no supo si significaba que guardara el secreto o que allí tenía chocolate. Descubrió que tal vez eran los dos al pasarse la servilleta por la boca.
Después de tirarla, dedujo que aún no estaba listo el desayuno, así que prosiguió a explorar el Bounty, ahora con unos nuevos ojos: unos que lo veía como un lugar acojedor, no como una cárcel. ¿Por qué hoy lo sentía diferente?
Mientras veía la sala y observaba los pasillos de madera -una muy linda-, pasó por el centro de mando y escuchó que Nya lanzó un grito de frustración.
Lloyd no pudo evitar ir con ella.
La encontró mirando la pantalla con enojo, presionando los botones del gran teclado que la controlaba.
Antes de decir algo, Nya se dio cuenta de su presencia -de reojo, porque Lloyd era, en realidad, era el más sigiloso después de Zane- y recuperó la postura al instante.
-Ah, hola -le sonrió, pero su frustración salió al aire de nuevo en dos segundos.
-¿Qué pasa? -Lloyd se acercó a ella y observó la pantalla. Sólo mostraba una imagen, es decir, la pantalla azul de holograma que tenía cuando estaba apagada.
-Se trabó -Nya hizo un breve puchero al decirlo-. No me quiere hacer caso.
Lloyd observó el cable para ver si no estaba desconectado. De Nya no lo esperaría, pero cuando estaban distraídos todo podían hacer. No, no era eso.
-¿Y si la reinicias? -preguntó Lloyd.
-Ya lo intenté.
Lloyd se acercó al teclado. Nya se apartó y observó cómo el niño presionaba algunas teclas. Parecía que lo hacía al azar, pero en pocos segundos la máquina volvió a funcionar, y en la pantalla se dibujó un mensaje: "¡Caíste! Zane, me debías esto por dejarme SIN VIDEOJUEGOS UN MES ENTERO. ¿Cuánto tardaste, eh? P.D. Esto era para Zane. P.D 2 Si eres Cole o Kai, me vale que hayas caído. P.D 3 Nya, por favor, perdóname :')"
-Estuve intentado desde las ocho de la mañana -dijo Nya-, ¡y todo era por la estupidez de Jay! ¿Cómo lo hiciste?
Lloyd no le respondió. De hecho, ni siquiera estaba prestando atención. Mantenía la mirada fija en la pantalla, que mostraba un mapa con un punto azul y un punto verde, ambos alejados por varios kilómetros.
-¿Son los serpentin? -preguntó Lloyd.
-Sí... -Nya lo miró con miedo. En realidad, sentía algo de pena por él. Aunque hubiera liberado a los serpentin, se veía que ahora mismo estaba apenado y, tal vez, con algo de miedo-. Pero están muy lejos. No hay que preocuparnos por ahora.
-Está bien.
Lloyd echó un vistazo antes de irse de la sala. No se veía convencido de que todo estuviera bien.
Ah, y si te preguntabas cómo sabía desbloquear la máquina, es porque Jay había puesto la trampa justo cuando Lloyd estaba allí. Después sólo tuvo que revertir lo que hizo. Las máquinas no eran sencillas para él, pero era bueno manejándolas si leían el manual en voz alta, como lo había hecho Jay.
No olviden compartirlo y darle click a la estrellita de abajo ^^
Sigamos el drama!
ESTÁS LEYENDO
💚 ° 𝙻𝚕𝚘𝚢𝚍 𝙶𝚊𝚛𝚖𝚊𝚍𝚘𝚗. . .
Fanfic𝘔𝘢𝘳𝘨𝘪𝘯𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳 𝘢𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘪𝘣𝘢, 𝘓𝘭𝘰𝘺𝘥 𝘴𝘦 𝘤𝘳𝘦𝘪́𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘢 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘱𝘦𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘦𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴; 𝘦...