Capítulo 4

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- Buenos días, Dakota

- Buenos días, Collin.

- ¿Cómo has dormido hoy?

- Muy bien. Un poco nerviosa por el día de hoy, pero bien en general. ¿Y tú?

- Tapado bajo las sábanas. Tengo miedo a las tormentas.

- ¡Vaya! Lo siento.

- Es broma, era para que te relajarás un poco. He dormido bien.

- ¡Ufff! -se queja -Estoy muy tensa. No sé cómo voy a reaccionar. No sé qué le voy a decir

- ¿Sabes cómo es Lucas? ¿Has buscado información sobre él?

- La verdad es que no. Estuve ocupada ayer y no tuve tiempo de hacer ni buscar nada.

- Entonces mejor, no sabes a lo que te enfrentas.

- Tengo miedo. ¿Algún consejo? ¿Advertencia? ¿Cómo le gusta que le llamen?

- ¿Consejo? No hay consejo que valga con Lucas, créeme.

- Eso me da aún más miedo.

- Tranquila. No hay consejos en cuanto a cómo poder entender su carácter. Su forma de trabajo es simple: le gustan las cosas bien hechas, eficaces. Que hagan que el tiempo dedicado merezca la pena.

- Eso creo que puedo dárselo

- Entonces te irá genial. ¡Vamos! Acompáñame, el jefe te espera -sonríe


El mostrador de la recepcionista de planta no está muy lejos del ascensor, lo que permite controlarlo todo. ¿Tendrán cámaras puestas?


- Buenos días, Claire. ¿Ha llegado Lucas?

- Sí. Está dentro.

- Claire, te presento a Dakota. La nueva abogada de la empresa.

- Eh... Hola, encantada -vuelve al planeta Tierra tras escuchar su nombre. Se ha quedado mirando hacia el techo y todas las paredes para comprobar la existencia de las cámaras, pero no ve ninguna. Quizás no estén visibles. Dakota le tiende la mano

- Igualmente -se la estrecha -No te asustes con el carácter del señor Lewis.

- Gracias. Ya me ha prevenido Collin. Por lo que veo, todos tenéis una buena impresión de él.

- No te preocupes, Dakota. Contigo tendrá que portarse bien, vas a trabajar con él cada día.

- Eso espero.

- Bueno... Estoy deseando que entres. -le exige Collin

- ¿No vienes conmigo?

- Claro que no. Tienes que ir tú sola

- ¡Dios! Tierra trágame. Deseadme suerte chicos.

- ¡Suerte! -dicen al unísono.


Dakota asiente con la cabeza en señal de gracias y camina hacia la gran puerta gris oscuro. Se coloca bien el vestido, coge aire y toca.

Hoy, ha elegido un vestido celeste de la hija de Sophie. Lo ha acompañado con un semi recogido en el pelo y un maquillaje señalado, sobre todo, en la parte de los ojos. Tacones y un maletín que le ha regalado Sophie de piel de cocodrilo en tonos grises y negro. En cuanto lo ha visto, se ha enamorado.

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