SKINNY LOVE

Capítulo 24

- Mañana quiero que te prepares porque nos espera un largo día juntos.

- ¿Ah, sí? –pregunta con una sonrisa maliciosa en la cara -¿Y eso a qué se debe?

- Será sorpresa –abre el pomo de la puerta y sale

- ¡Nooooo! Lucas no me hagas esto –pregunta apoyando la cabeza en el filo de la puerta

- Sí. Descansa y sueña conmigo, preciosa –le da un beso en los labios y sale por la puerta

- Y tú conmigo

- Lo haré –le guiña un ojo, se mete las manos en los bolsillos y camina por el pasillo haciéndola perder la cabeza

Por la noche, decide coger su portátil y comenzar a investigar sobre todo lo que ha encontrado en los documentos. Los ha impreso y clasificado por temática. Entra en Google y busca la información complementaria que podría ayudarla en un futuro caso en el juzgado. A la vez, va preparando un borrador que la ayuda a aclarar sus ideas.

Y se sorprende cuando, al abrir su frigorífico para coger el cartón de leche, se lo encuentra atestado de comida. No puede ser. Ella no ha ido a comprar. Lleva demasiado tiempo centrada en EL tema que, incluso, se le ha olvidado almorzar. No ha podido ser otro que Lucas. Coge el móvil y le mansa un sms.

¿Has sido tú el que ha llenado mi nevera?

La respuesta no tarda mucho en llegar.

Tienes un jefe egoísta que te quiere todo el tiempo en la oficina y sabe que no tienes tiempo para ir a comprar...

No hacía falta que lo hicieras

Pero lo he hecho. Si vamos a pasar tanto tiempo juntos, es necesario que compartamos gastos, señorita Moore.

"Pasar tanto tiempo juntos" ¿He leído?

Puede ser... No sé. No tengo ni idea de lo que le depara el destino.

Estoy ansiosa por ver esa sorpresa, señor Lewis.

Y yo porque la veas. Descansa.

Se despierta sobresaltada, una vez más, por los golpes de la puerta. Eso de coger el sueño tan profundo no es nada bueno porque cuando se levanta de la cama, siente que le va a explotar la cabeza. Se pone una bata y va a abrir.

- ¡Buenos días! –dice un Lucas eufórico al abrir la puerta y le planta un beso en los labios

- ¡Lucas no! No me he lavado los dientes.

- No me importa –dice, apremiándola con otro beso más largo –Quiero que prepares una maleta de viaje. Nos vamos. Ahora –entran y cierra la puerta

- ¿Cómo? –pregunta anonadada. Está recién levantada y no procesa la información bien.

- Una maleta. Ya. Quiero que estés preparada en menos de una hora.

- Pero Lucas, yo no puedo...

- Dakota: ahora –la mira con ojos desafiantes

- Está biiiieeeeeeeeeeeeeeeen. Como usted ordene, señor Lewis. Voy a la ducha –remarca esa última palabra

- Dakota –dice, agarrándola del brazo

- ¿Sí? –arquea una ceja y sonríe

- No me provoques. Tenemos que llegar a tiempo.

- No lo hago, señor Lewis –de pronto, agacha la mirada, se desata el nudo de la bata y se queda en ropa interior ante los ojos de Lucas - ¡Ups! Pero que torpe soy –le guiña un ojo y corre a la ducha.