Como lo prometido es deuda: aquí os dejo el segundo capítulo de esta semana.
SOLO FALTAN 8 CAPÍTULOS
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Dakota se refugia tras un par de policías mientras Lucas habla al otro lado del pasillo por teléfono. Se le nota en la cara que está agobiado y preocupado. No deja de llevarse las manos a la cabeza y sus ojos, también probablemente su mente, no dejan de ir de un lado a otro. Ella, sin embargo, se siente fuera de lugar. Aún no ha logrado comprender lo que ha pasado. No alcanza a asimilarlo. Quizá porque la policía no la ha dejado ni entrar en la habitación.
Se apoya en la pared y busca a Lucas con la mirada a Lucas. Lo necesita a su lado. Entre gritos parece que capta su mirada, y tras un par de más palabras, cuelga hasta llegar a su lado.
- ¿Estás bien? –le pregunta, abrazándola ante la cantidad de miradas que se ciernen ante ellos
- Sí –acepta su abrazo –¿Cómo estás tú?
- Yo estoy bien, Dakota –la aprieta fuerte contra él y después se separa tras darle un beso en la frente
- ¿Qué ha pasado? –le pregunta en un susurro
No deja de pasar gente de un lado para otro, tanto policías como personal del hotel y eso está molestando a Lucas. No le gusta nada que haya tanta gente implicada en el caso, sobre todo gente inútil.
- Aún no lo sabemos, pero yo sospecho algo. Te cuento después –le toca el brazo, obligándola a mirar al agente encargado del caso, que se acerca a ellos con pasos de chulería
- No me gusta nada este tipo –le confiesa a Lucas antes de que llegue junto a ellos
- Señor Lewis... señorita Moore... No se han llevado nada de su habitación. Tras forzar la puerta lo único que han hecho es revolver las cosas, pero está todo intacto. ¿Tienen alguna idea de por qué han querido hacer esto?
- Supongo que querían dinero. Han visto a la señorita Moore conmigo y habrán supuesto que ella guarda algo valioso.
- ¿Y usted, señorita?
- ¿Yo? –la llamada de atención la sorprende y la descoloca –No. Yo sólo he salido a cenar. No he hablado con nadie como para que supongan algo así. Nadie sabía que trabajaba para el señor Lewis a excepción de recepción y las personas de la empresa de Kendall, que vieron mi acreditación esta mañana.
- Está bien. ¿Hay alguien que pueda corroborar donde ha estado todo este tiempo?
- Sí. Le he preguntado al portero del hotel donde estaba el restaurante Breton. Después he estado sentada en un parque hasta las 9, hora a las que ido al restaurante. Los camareros, mariachis y clientes pueden corroborarlo.
- Muy bien. Llamaré para comprobarlo. A primera hora de la mañana retomaremos los interrogatorios. Señor Lewis, ¿podría darme los nombres de las personas que han acudido a dicha reunión?
- Sí. Llamaré a mi secretaria para que le pase la lista.
- Genial.
- La habitación se quedará así hasta que hayamos confiscado todas las pruebas necesarias –vuelve a recalcar el agente. Tiene ganas de dejar de trabajar por hoy –Mañana contactaremos con ustedes para ampliar los detalles. Señorita, usted puede entrar a coger una muda. Acompañe al agente James.
Y eso hizo, metió un par de mudas, sandalias, y lo esencial para el día a día en una maleta de mano que la policía le facilitó y salió junto a Lucas, que la esperaba hablando con el mismo agente.
- ¿Lo tienes todo? –Lucas deja la conversación con el agente y se centra en ella, cogiéndole la maleta de las manos.
- Sí –afirma contundente
- Pues vámonos. Adiós, agente
- Buenas noches –responde éste, observándolos
Lucas la coge de la mano y avanzan por el pasillo hasta el ascensor.
- Creía que nos íbamos a quedar en este hotel por ser el más seguro.
- Por lo visto no es así, pero lo pagarán. Esta desfachatez no se va a quedar así, te lo aseguro.
- ¿Y dónde vamos ahora?
- A otro hotel. Y esta vez, escúchame bien porque no te lo voy a volver a repetir: ni se te ocurra volver a salir sola –entra en el ascensor entre amenazas, pero el tono de enfado de Lucas lo comprende.
- No lo volveré hacer –Ella mismo siente miedo de que no hayan ido al hotel por algo, sino a por ella.
Un coche policial los ha llevado hasta el nuevo hotel a pesar de que Lucas se negó mil veces a que lo hicieran. No quería llamar la atención de nadie, pero con este tipo de seguridad nacional es imposible: eran tanto o más cabezotas que él. Dakota intentó entablar una conversación con Lucas sobre lo sucedido, pero éste se acercó a su oído y le prohibió hacerlo hasta que no estuvieran ellos dos solos.
Gracias a dios, el hotel estaba desierto a esas horas de la noche y pudieron subir a las nuevas suites.
- Dime que no voy a tener un guardaespaldas las 24 horas del día –le ruega
Lo primero que se veía en el pasillo de las suites era un tío de más de dos metros tanto a lo ancho como a lo largo vestido de negro, mirando al frente y con las manos enlazas a la altura de su cintura.
- Lo vamos a tener.
- Espera... –Dakota lo mira, vuelve a mirar al pasillo y más tarde vuelve a mirar a Lucas –Sólo hay un guardia de seguridad y nosotros somos dos.
- Lo sé. Vas a dormir conmigo –balancea la bolsa de mano de Dakota y la aprieta más fuerte
Dakota se para bruscamente en el pasillo. Desde luego a este hombre le da igual todo.
- Tienes una novia en Nueva York que dudo mucho que le parezca buena idea.
- Y yo dudo mucho que le importe. Me da igual Bethany, Dakota, solo quiero que tú estés bien y no te pase nada por mi culpa. Así que camina –la empuja levemente por la espalda –No tenemos toda la noche.
La nueva suite no tenía nada que envidiarle a la otra a excepción de que esta era más segura. La terraza estaba limitada por ladrillos por los lados, lo que evitaba que las otras suites pudieran ver lo que hacías.
Dentro, solo había una gran cama de matrimonio que Dakota y Lucas tendrían que compartir puesto que el sofá que había no era lo que digamos... cómodo.
- ¿Qué miras? –le pregunta la Dakota a Lucas, que no ha quitado la vista de encima de ella ni un segundo. Dakota cierra la maleta tras sacar el pijama y la deja en el armario.
- A ti.
- Eso ya lo veo. Voy al baño.
- Si lo prefieres... Puedo quitarte esa ropa yo mismo –da un par de pasos hacia ella.
Dakota sonríe maliciosa y recorre los mismos pasos que él ha dado hacia el frente.
- Acércate a mí –le pide
En un segundo, Lucas está junto a ella. Dakota se pone de puntillas y agarra su cuello con la mano que le queda libre, acercando su oído a su boca y le susurra:
- Bethany estará deseando que la obligue a desnudarse por videoconferencia, señor Lewis.
Aunque se muere de ganas que la desnude y la haga suya, se mantendrá fuerte. No se va a rendir fácilmente. No va a dejarse embaucar por sus palabras.
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Buenos días chicas. Esta tarde contestaré a todos vuestros comentarios, así que COMENTAD en este capítulo para saber vuestra opinión.
Gracias por leerme.
Un besazo.
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SKINNY LOVE
RomanceDakota Moore es una empresaria multimillonaria que sufre una serie de acontecimientos adversos que la vida le ha deparado, provocando que acabe en la calle, convirtiéndose en una sin techo. Lucas Lewis, el empresario más importante de Nueva York del...