Capítulo 4 | Ledger

126 13 0
                                    

Estoy en el club con una chica. Una muy guapa, pero con la que no quiero algo esta noche. He ido a casa con la intención de dormir o simplemente buscar algo qué hacer, pero al no encontrar nada me he subido a la camionera y conducido todo el camino hasta este club al que vengo a veces con algún compañero del trabajo. Pero no esta noche.

Hoy estoy solo. O al menos lo estaba hace quince minutos.

—¿Vas a invitarme a un trago? Te aseguro que no soy delicada. Me gusta lo fuerte.

Es pelinegra, de nariz pequeña y unos enormes ojos ¿Verdes? ¿Azules? No los distingo desde aquí, pero sé que cafés no lo son.

Le pido al cantinero que traiga de lo mismo que estoy tomando sólo para corroborar que sea cierto lo que dice. Pero no puedo evitar sonreír cuando arruga las cejas al dar el primer sorbo.

No me extraña para nada.

Los reflejos de un vestido casi al otro lado de la barra hacen que desvíe la mirada hacia ellos. La primera vez sólo los miro y observo una espalda desnuda, así que regreso a la chica que tengo frente a mi parloteando, pero cuando miro mejor, sé que de no estar bien sentado podría caerme del taburete.

Tengo a Tate frente a mí a unos cuantos metros, o creo que puede ser ella. ¿Es ella? Las trenzas a medio hacer que siempre lleva por todo el cabello no están sueltas, sino que están atadas en un moño perfectamente hecho en la cima de la cabeza con una bandana alrededor de la cabeza. Hay un rojo intenso en su rostro, en sus labios, mas específicamente.

No sabía que podía lucir así.

Antes de que pueda estar cien por ciento seguro de que es ella, se apea del taburete y camina junto a un tipo que le saca unas cinco cabeza de altura y va de traje y corbata. ¿Viene aquí a trabajar? ¿Por qué nunca la había visto? Y lo más importante, ¿Quién es ese hombre? ¿Hemos coincidido en este club otras veces y jamás la he visto?

Tengo muchas preguntas ahora mismo y mucho alcohol en el cuerpo. Mis pensamientos se cruzan e interceptan entre sí y pienso en Chase. Se suponía que su padre le había dado empleo a Tate por esto. También se suponía que ella ya no lo hacia. ¿Chase lo sabe? ¿Tate le ha mentido?

Dejo a la chica hablando sola y camino detrás de ellos. Cuando salgo a la acera, van demasiado lejos y ya Tate está subida al asiento de copiloto del BMW. Me quedo de pie en la puerta y miro como el tipo rodea el coche y se sube y sin más arranca.

¿Es simplemente su cita o está acudiendo a ello otra vez? ¿Qué coño me importa a mí de todas maneras?

Me guardo la ola de preguntas y sentimientos y camino hasta mi camioneta que está al final de la cuadra. Realmente no es mi problema lo que Tate le cuenta o no a Chase, porque follar no los envuelve en una relación, pero Chase había dicho claramente que Tate le estaba yendo lo suficientemente bien en la tienda para comenzar de cero. Chase confía mucho en Tate. Habla de ella todo el tiempo.

No sé si Tate lo sepa, pero espero que lo haga, porque aunque puede que Chase haya metido la pata una vez desde que se conocen y lo haga de vez en cuando, no es un mal sujeto.

Chase sería capaz de meter las manos al fuego por Tate. ¿Cuántas personas serían capaces de hacer eso por otra?

Sí, ninguna.

Mientras tú me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora