Viendo los destrozos del que alguna vez fue un intento de hogar, pienso en ¿Hasta donde es capaz de aguantar una persona? Porque todo tiene un límite; un vaso de agua, un recipiente de vidrio bajo presión, la paciencia... los humanos. ¿Qué tanto me falta soportar aún? Porque no sé si seré capaz de volver a levantarme si vuelvo a caer por causa de la misma piedra.
La puerta rechina cuando Ledger entra al apartamento. Está callado, pero dentro de su cabeza sé que está haciendo mucho ruido. Tiene preguntas que quiere que sean respondidas, pero yo no tengo cabeza para dar respuestas ahora. La pala que ha conseguido con uno de los vecinos hace ruido cuando la apoya contra la pared y el metal impacta en el suelo. Ledger se ha tomado la delicadeza de poner a Salomé en su cama acolchada y cubrirla con una sábana para que yo no la mire.
Siempre supe que este complejo era una porquería, pero era lo único que podía pagar. Lo único que puedo pagar. No me resulta para nada extraño que esto haya sucedido, porque todos entran y salen de aquí como si fuese un centro comercial. Me pregunto cómo a nadie le resultó extraño los estruendos contra el suelo de los platos y la mesa. Pero no tengo cabeza para buscarle una explicación a eso, ni mucho menos de echarle a culpa a mis vecinos.
¿Sufrió mucho? ¿Fueron capaces de golpearla? ¿Patearla? ¿Acaso Salomé hizo algo para salvarse o defender nuestro hogar? ¿Fue eso lo que la sentenció? No, definitivamente fui yo. Una mano insensible se cuela en mi pecho y me oprime con fuerza el corazón de sólo pensar en lo asustada que debía estar mientras todo ocurría. Y no pude salvarla. Lo conseguí una vez, pero ahora terminé fallando en el único propósito que tenía para ella y para mí; cuidarla y darle un hogar decente.
-¿Quieres despedirte? -la voz de Ledger me suena tan lejana que tengo que alzar la vista para darme cuenta de que, en realidad, sí se encuentra lejos de mí. Casi como si tuviera miedo de invadir mi espacio personal.
Ledger ha salvado lo que ha podido. Levantó la mesa, barrió los vidrios a un lado contra la pared y recogió mi ropa y la puso en mi cama. Ahora se encuentra apoyado contra la mesa con las manos sosteniéndole.
-Ya lo hice -le digo.
Me siento culpable de no ser capaz de alzarla y abrazarle aunque su cuerpo se encuentre sin vida y rígido, pero no quiero que sea esa la última imagen suya en mi cabeza. Tuvimos momentos muy buenos, quiero conservarlos y usarlos de bastón cuando mi cuerpo se debilite de dolor. Quiero recordarla así.
Ledger asiente. -Creo que puedo hablar con alguien para que fabrique una caja de madera y la puedas enterrar donde quieras. Algo más decente. No hay que hacerlo de este modo si no quieres.
Sacudo la cabeza. -No quiero hacerla esperar.
-¿Estás segura? -asiento. Luce inseguro e impotente, no sé si porque no hay nada que pueda hacer hora mismo por mí o por la insensibilidad de haber matado a Salomé- No tardo.
Ledger camina hasta acuclillarse junto a la cama de Salomé. Está dándome la espalda, así que soy incapaz de ver como envuelve su cuerpo con la manta que usaba para dormir antes de salir del apartamento con ella.
Cuando cierra la puerta y me quedo sola, decido arrastrarme por el suelo hasta acercarme a su cama y su taza todavía con comida y agua. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos de nuevo y antes de que pueda luchar contra ellas tengo el rostro empapado de nuevo. ¿Cómo alguien puede tener tanta maldad en su interior? Salomé no tenía que pagar por mis errores. Es injusto.
Imaginar a Fiore entrando aquí me llena de rabia, pero imaginarlo cerca de Salomé es como un golpe en el estómago. ¿Cómo entró? ¿Cómo supo que vivía en este complejo, en este apartamento? ¿Por qué decide volver ahora por mí?
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Mientras tú me ames
RomanceEn un intento por limpiar su nombre y olvidar el infierno que vivió, Tate decide comenzar de cero. Sin embargo, todo termina derrumbándose cuando los problemas del pasado regresan. [Esto es un borrador, por lo que es posible encontrar faltas en los...