Mi rendimiento en el entrenamiento de hoy ha sido aceptable. Al menos el entrenador Yilmark no ha estado gritando mi apellido para llamarme la atención, así que supongo que no he sido un asco. Al menos no del todo.
Hace unos cinco minutos que salí de la casa de mis padres. Afortunadamente, papá estaba solo en casa, no sé qué habría hecho mi madre si escuchara la historia que le he contado a mi padre para que me ayudase. Con toda esta locura, creo que ni siquiera me ha comprendido con lo rápido que le he contado los hechos.
Nunca había estado tan asustado en mi vida. Porque sí, estoy asustado de que un exnovio loco y criminal esté detrás de Tate y haya hecho todo el daño que le hizo.
Desvío mi atención de la calle al teléfono que acabo de encender. Aparecen varias notificaciones en la pantalla, entre ellas un mensaje de voz que reproduzco.
Escucha, mi jefe está preguntando por mí. Leah me ha llamado para que vaya a hablar con él al almacén, será rápido. Traté de llamar, pero no contestabas. Nos vemos para el almuerzo.
Y el mensaje se termina.
No pueda evitar que el cuerpo se me tense después de escuchar que ha salido de la casa. Tomo un desvío sin poner la señal para ir directamente al supermercado.
Camino por los pasillos del trabajo de Tate en su busca y en busca de Leah, pero no las veo por ningún lado. Un muchacho de unos veinte años viene con un carrito arrastrando cajas de frutas. Lo detengo para preguntarle por Leah, y afortunadamente recibo información que puede ayudar.
Voy por Leah al pasillo de alimentos enlatados. La encuentro poniendo la comida en su lugar.
—Leah. Leah —me acerco con apuro.
—Hola, ¿Ledger, verdad? ¿Qué haces aquí?
—Yo… Tate me dijo que vendría para acá. ¿Sabes si sigue aquí?
El aire deja de entrar cuando miro que en su expresión no hay indicios de que eso haya sucedido.
—No, lo siento. A mí también me dijo que vendría, pero no apareció.
—¿Recuerdas a qué hora fue eso?
—A las once y treinta, quizás.
Hace muchas horas.
—¿Está todo en orden? Estás pálido —su mano me toca sutilmente el hombro, como si temiera que me desplomara aquí mismo—. ¿Tate tiene problemas personales o algo?
Sacudo la cabeza. —No, nada de eso. Puedes estar tranquila —me fuerzo a darle mi mejor sonrisa—. Iré a buscarla. De seguro…
—Ha de estar en el hospital. Me dijo que tenía malestares, que por eso había faltado al trabajo. ¿Es verdad?
Asiento frenéticamente. Soy tan malo con las mentiras.
—S-sí, de seguro está en enfermería. Te diré que te escriba en cuanto estemos en casa.
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Mientras tú me ames
RomanceEn un intento por limpiar su nombre y olvidar el infierno que vivió, Tate decide comenzar de cero. Sin embargo, todo termina derrumbándose cuando los problemas del pasado regresan. [Esto es un borrador, por lo que es posible encontrar faltas en los...