𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]

𓆩07𓆪

—¿Dormiste bien?—Le preguntó Devon acomodando su cabello en una coleta.

—Sí, ¿por?—Respondió el castaño.

—Es que ge ves... cansado.

Tyler sabía.

Es decir... desde el encuentro en el hospital se dio cuenta que necesitaba: almas.

¿Cómo conseguía almas? No tenía la menor idea.

—Estoy bien. Adelántense, tengo que... ir al baño.

—De acuerdo. —Respondió André.

Tyler camino apresurado al baño, y se miró al espejo. Claro. Necesitaba algo como lo qué pasó en el hospital.

Suspiró y otra vez la visión de los ojos negros se hizo presente. Una vez más en un abrir y cerrar de ojos volvieron a su normalidad.

—M-mierda.—Se susurró a si mismo asegurándose de que nadie lo escuchara.

—¿todo bien muñeco?

La voz volvió a hacerse presente. Al igual que aquella figura maligna. Una sombra negra.

—P-padre nu-estro que estás en los ci-elos...

La sombra bufó y no pudo evitar dejar salir una risa. Mejor dicho, una carcajada ante aquella reacción.

—Ni tú te crees esa oración.

—¿Q-que eres?

—El ángel caído. Te eh dicho ya.

—Es-es que no puede ser.

—Es sencillo Tyler. Me diste tu sangre, y aún peor el papel lo quemaste. Todo quedó en el registro. Yo solo hago mi trabajo, te estoy dando mi lugar... nadie te tiene metiendo las manos donde no debías.

—Significa que yo...

—Tu eres el nuevo. El siguiente en sentarse al trono. Y así será hasta que alguien firme el contrato nuevamente. O así será hasta que te pudras.

—Yo no quiero esto... joder. ¿Acaso es porque fumo a escondidas? ¿Es porque me gusta un chico? Carajo... yo sabía que...

—No.—Lo interrumpió.—Eso no tiene nada que ver. Son cosas que suceden, en tu caso quizás fue un accidente, pero ahora el puesto es tuyo.

—No lo quiero.

—Pregúntame si me importa.

—¿Te importa?

—No.

—Ah...—Bajó la cabeza.

—Veo que entiendes un poco como funciona. Si no hay almas, mueres. Solo funciona con las almas perdidas. O almas que están destinadas a ir contigo al infierno. Algunas más poderosas que otras, eso ya depende de la persona. Tuviste un encuentro que una en el hospital, ¿no?

Su voz era tan firme y segura que le daba miedo. Además de ser grave, y ser una silueta en negro de una persona (o eso parecía) lo hacía mil veces peor para Tyler.

Se veía con autoridad, totalmente seguro de o que decía, no le temblaba la voz ni mucho menos. Tyler aun no lograba, o aun no se ganaba el poder verlo de una forma que no fuera na silueta totalmente oscura. Pero, aun sin verlo, sabía que como el ángel caído que era, él era perfecto. Fue el ángel favorito de Dios, era la definición de la perfección así que no esperaba menos la verdad.

Aun así le daba miedo.

—¿C-cómo sabes eso?

—Excelente. Entonces sabes como va la cosa por aquí. Te estás deteriorando, necesitas almas Tyler.