𓆩44𓆪

41 9 20
                                    

Tyler estuvo semanas buscando por el infierno entero a un tal Joshua que todos desconocían. Y Joshua comenzaba a vivir su vida en la Tierra como un mortal más.

Una vida relativamente normal, con alguno que otro vicio, amores pasajeros de una noche, besos rápidos con otras personas... pero ninguna era Tyler.

Tyler estaba agotadísimo de buscar por todo el infierno y tierra al amor de su vida. Y comenzó a pensar que se había vuelto loco porque no tenía ningún recuerdo de él.

Tyler volvía de su descanso, descanso en el cual se había fumado un cigarro. Olía a tabaco, pero no le importaba. Diego posado sobre el mostrador atendía a un niño de unos once años el cual venía a buscar un yo-yo o algo similar.

—¿No te gusta?—Le preguntó Diego con toda la paciencia del mundo.

—No. Lo quiero de otro color, te eh dicho.—Respondió el chico masticando una goma de mascar con la boca abierta.

—De acuerdo, no te gusta el azul. Tengo uno verde... que opinas?

—No.

—¿Violeta?

—No soy niña...

Diego comenzaba a perder la paciencia. Y respiró hondo tratando con la última opción

—¿Verde?—Le mostró el objeto.

El chico lo miró atento. Y su padre estaba también perdiendo la paciencia. Juzgando por la apariencia, era el típico padre que acudía ante las necesidades del menor, caprichoso se podría decir. Así que si el niño quería un puto yo-yo de oro, el padre lo compraría. Pero para suerte se todos le gustó el verde.

Pagaron, y ambos se fueron.

El Sol comenzaba a acariciar los techos de los locales, y quedaba poco tiempo para cerrar la tienda.

—Diego, si gustas vete y yo cerraré la tienda.—Le sonrió.

—¿Estas seguro?—Frunció levemente el ceño, y acarició la mano de Tyler.

—Sí. Anda vete.

—Bien.—Diego tomó el rostro del otro plantando un leve beso en sus labios.—Deja de fumar que te va a matar.

—Ándate Diego.—Rió rodando un poco los ojos.

A Tyler no le incomodaba Diego, en absoluto, le gustaba la atención que este le daba. Pero claramente no era Joshua. Tyler se iba a volver loco con el tal Joshua. No sabía si era pura imaginación o si era de verdad hasta ese día.

Faltando quince minutos para cerrar la juguetería, Tyler estaba cansado. La cantidad de niños que entraban a diario era agotador.

Entró un chico a la juguetería. No era un niño, parecía más bien ya un adulto. Tyler se quedó neutro, era bastante común ver a adultos. Aveces compraban regalos de último minutos a sus hijos.

El reloj iba cada vez más lento, y cada segundo parecían horas. El chico dio vueltas por la juguetería entera. Y Tyler, por la famosa "atención al cliente", sonrió súper forzado intentando poner su mejor cara para atender a la persona.

—¿Le puedo ayudar en algo? ¿Busca algo en específico?—Dijo mirándole.

—Eh...—La piel se le erizó. Esa voz sonaba tán familiar como si la conociera de toda una vida. No pudo evitar sorprenderse un poco, y sin embargo, lo intentó disimular. —Te buscaba a ti.

Los ojos de ambos se encontraron y Tyler quedó en shock.

¿Cómo era posible? Cómo estaba frente a él. Si lo vio morir. Tyler lo empujó, no podía estar vivo. No ahí. No ahora. No con él.

𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora