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En domingo como era de esperarse tenían misa. Una vez más los botones hasta arriba con el pantalón de vestir y las Converse.

Esta vez, iban una hora tarde. ¿Por qué? Bueno, al auto se le pinchó una llanta. En realidad Tyler lo hizo. Porque no quería ir a misa.

—¡Dios por favor ayúdame que me voy a volver loco!—Se quejó Chris.

—¿Mientras arreglas eso puedo ver televisión?—Preguntó Jay.

—¿No? Jay por amor a Cristo, ven aquí y alúmbrame con la linterna.—Exclamó.

En fin.

Luego de una hora. Una puta hora arreglando la llanta del auto, lograron avanzar.

El auto sirvió, no sabía que inventó se había echo su padre pero funcionó.

Todo el viaje Kelly iba sudando por ir tan tarde. Su padre iba con mala cara por lo del auto, eh iba quejándose entre dientes. Jay iba jugando con su tableta algún juego de hacer pizzas. Tyler miraba por la venta. 

Recordó las fotos que se había mandado con Ambrose en la pijamada y con eso se calento. Irónicamente le pidió a Dios que no se le hiciera una erección ahí mismo.

No había cruzado palabras con Ambrose desde ese día. Se cruzaban por el pasillo y simplemente se comían con la mirada. Un deseo que ninguno podía ocultar.

Y ahora, tal vez lo encontraría en la misa. Joder.

Claro que lo hizo.

Empezando porque su familia entró en pleno rezo. Y bueno todos los ojos cayeron en ellos. El llegar donde se sentaban siempre estaba sin ocupar.

Caminaron por el pasillo en un silencio súper súper incómodo, y los cuarto se sentaron.

Tyler de reojo vio el cabello color oro de aquel chico de ojos verdes. Ambrose se tapó la boca para silenciar su risa. Y bueno:

—Disculpen, bienvenidos a los compañeros que acaban de llegar, y prosigamos.—Continuó Bill.

Tyler suspiró intentando no sentir más vergüenza.

La misa transcurrió como todos los putos domingos.

Al finalizar, sus padres se quedaron hablando con la señora Marshall, y Jay fue a comer unos bocadillos que tenían para invitados.

Tyler suspiró y fue al baño. Para distraerse un poco del ambiente. Se acomodó el cabello, y bueno, se veía bien.

—¿Cómo estás?—La puerta se abrió entrando Ambrose.

—Hola.—Sonrió nervioso. —Ambrose con lo de las fotos...

—Entre nosotros, ¿si?—Se acercó con una mirada seductora que hizo que a Tyler se le erizará la piel.

—¿Igual quieres conocerme?—Respondió sarcástico.

—Claro que sí.—Se acercó aún más comenzado a rozar sus dedos por el brazo del castaño.—Además tú me debes algo...

—¿Enserio?—Jugó.

—Ajá. Y sabes bien que es.

Ambrose acarició la mejilla del castaño, y Tyler con las manos temblorosas las colocó sobre la cintura del otro. Ambrose de balanceó rozando sus labios con los del otro en un suave beso.

—Jod- como lo siento yo...—La puerta se abrió y ambos se separaron. Era Josh.

Ambrose miró al suelo y se puso nervioso y Tyler se quedó mirando a Josh atónito.

𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora