𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]

𓆩06𓆪

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Caía y caía.
Parecía no tener fin, y el cielo estaba oscuro.
A su lado, dos alas, grises. Un gris tan
oscuro que incluso podría ser negro.
Unas alas totalmente dañadas. Quemadas.
Caía en un terreno oscuro y totalmente solo.
Mientras escuchaba una guerra en el cielo.
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Despertó, quizás al borde de un infarto porque así sentía su corazón. Además estaba sudando. Eran las cuatro de la mañana.

Se quitó las sábanas de encima porque moriría de calor. Y comenzó a caminar en círculos en su habitación intentando calmarse.

No podía. Dentro de él se sentía tan caliente como el mismísimo infierno.

Comenzó a hiperventilarse. A cómo pudo arrastró sus pies hasta el baño de su casa. Se miró al espejo y justo como dijo su hermano, parecía un zombie.

Sus pómulos se remarcaron, al igual que sus ojeras estaban aún más oscuras. Y su piel pálida.

Tyler en ese momento no lo sabía. Pero solo necesitaba una cosa: almas.

Así fue como en un abrir y cerrar de ojos apareció en un lugar igual al de su sueño.Oscuro, seco y vacío, parecía un desierto sin ningún tipo de luz o señal de vida.

En un parpadeo volvió a aparecer en su baño.

¿Una visión? No sabía.

Pero está muriéndose. No podía respirar, y eh ahí su hermano apareció.

—¡Santo Dios, Ty!—Su hermano sobresaltó al verlo en tal estado. Y por el grito ambos de sus padres aparecieron.

Lo cargaron y sin pensarlo lo subieron al auto.

Jay iba junto a él y su madre mientras su padre conducía el auto en pijama los cuarto.

Tyler se descompuso en el camino.

Lo último que vio fue la cara de preocupación de su hermano y madre.

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No seas un idiota al igual que los que te rodean.

despierta.
desierta.
despierta.

Las almas no irán a buscarte, ellas son las perdidas.
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Despertó con un dolor de cabeza insoportable, pero fuera de eso se sentía mejor pensó que tal vez algo le dio alergia. Aun que él no fuera alérgico a nada, era la razón más creíble para su cabeza.

—¡Ty, amor mío!—Oyó a su madre exclamar.

—¿Qu-qué sucedió?

—Se te bajó la azúcar sería lo más lógico.— Interrumpió el doctor.

—¿pero?—Frunció el ceño aun acostado en la camilla.

—Bueno, llegaste muy mal Tyler, tuvimos que hacerte varios exámenes. No eres alérgico a nada, tampoco fue que comiste algo que te cayera mal. No tenemos una razón exacto, lo cual es... raro sinceramente.—Se quitó los lentes colocándolos deforma que estos colgaran del cuello de su camisa. —Te mandaremos algunos medicamentos en caso de que te vuelva a asar algo así. —Sonrió.