𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]

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—Que me voy a morir, Dios que aburrimiento.—Devon, tenía la cabeza contra la mesa, con sus rizos color negro atados en una coleta.

—Devon, por amor a Dios, tenemos examen en una semana presta atención.—Le reclamó André.

—¿Qué si me muero antes de llegar al examen?—Reclamó cruzándose de brazos.

—¡Cállate!—Exclamó André dándole un golpe con el codo.

—Ya lo siento. Es que...

—¿Qué?—Agregó Tyler.

—Empecé a hablar con...

—¿Ambrose?—Interrumpió Tyler una vez más.

—Ay no. Ambrose es el típico hombre hetero que te coge y no te habla más. No no, joder Dios me libre de él.—Junto sus manos en símbolo de oración mirando al cielo de forma sarcástica. —Empecé a hablar con un chico.

Hasta cierto punto Tyler sintió alivio en su corazón. Sus amigos no tenía ni idea de que le gustaban los chicos. O bueno al menos eso esperaba él.

—¿A ver? ¿Quién?—Preguntó André.

—Se llama Sam. Esta en la universidad y bueno, es guapo.

—¿es todo?—André frunció el ceño.

—Pues si, ¿que esperas?

—Ya...

—Tranquilo André te aseguro que encuentras novia pronto. Ten fé.

—Le tengo más fé a Dios que a eso no jodas.—Respondió sarcástico.

Mientras sus amigos discutían, el celular del castaño vibró en su bolsillo.

"Te invito a un cigarrillo. ;)"—Era Josh.

"Estoy con mis amigos en la librería..."

"¿Acaso ves que te estoy preguntando? Anda ven"

Tyler suspiró.

—Oigan... recordé que tengo que hablar unas cosas con el maestro de física y bueno... tengo que irme.—Usó de excusa. Una barata que quizás no se creerían.

—Ve a besarte con alguna chica ándate.—Bromeó Devon.

Tyler puso los ojos en blanco con una sonrisa y tomó sus libros poniéndolos en su mochila y de ahí tomó de nuevo su celular.

"¿Dónde estas?"

"Afuera, por la gradería de fútbol."

Sin dudarlo, fue al patio del instituto, y caminó por la cancha de fútbol que estaba totalmente vacía. El Sol brillaba, con un par de nubes, y una brisa fresca se colaba por su ropa.

El castaño fue hasta la gradería, topándose debajo de esta a Josh.

—Bien escondido estas.—Empezó Tyler.

—Ya, imagínate que ven al hijo del sacerdote fumando. Me echan de aquí.—Vaciló de vuelta.

—Ya sabes como son.—Sonrió.

—Niños que juegan a seguir las reglas cuando en realidad a espaldas todos las rompen. Así es, y así funciona en estos lugares.—Se encogió de hombros da dolé una calada.

—¿Abra misa?

—Más tarde habrá, por eso estoy aquí, no estoy aquí por gusto.—Sonrió. Sostuvo el cigarro entre sus manos para después deslizar uno y dárselo a Tyler.