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"Un pasillo. Uno que parecía no tener fin. Tyler se miró a sí mismo, vestido completamente de negro de ropa formal. Elegante.

No sabía dónde estaba. Se escuchaban gritos de agonía, llanto, susurros, y el ambiente era pesado.

Cientos de puertas que llevaban a otras puertas. Algunas con personas en un llanto desesperado. Otras que al verlo cayeron de rodillas frente a él. Otras que le rogaban piedad con la mirada llena de temor.

Sin embargo, ante tanta desesperación, el Diablo no sintió piedad, remordimiento, ni lástima. Le dio igual.

Camino hasta lo más profundo del pasillo topándose con una puerta elegante. Con detalles de oro, y diamantes, incluso piedras preciosas.

Empujó la puerta al ser algo pesada, encontrándose con un trono.Un par de escaleras frente a este para poder llegar. Un candelabro de diamante puro colgaba del techo de esa habitación.

El diablo caminó hasta subir al trono, era totalmente negro con detalles en oro, calaveras, y pinchos tan filosos que tan solo un roce podría cortar. 

Se sentó en el trono.

Que fue echo solo para él Diablo"

¡Tyler!—Exclamó su madre moviéndole el hombro para que despertara. —Dios Santo dame paciencia con este muchacho. Despiértate cariño, que si no vamos a llegar tarde a la misa.—Sonrió intentando no estresarse.

—Cl-Claro.—Dijo medio dormido.

Bueno, la misma rutina de todos los domingos.

Formal, camisa de botones, pantalones de vestir, y sus converse. Esta vez tampoco usó el chaleco. Nunca lo encontró.

Estaba vez se abotonó todos los botones para ahorrarse la discusión con su madre.

En el auto iba en un silencio tan incomodo que Tyler intentaba no respirar tán fuerte para que no se escuchara.

—Me saqué un diez en el examen.—Comentó Jay.

—¡Vaya! No esperaba menos de ti mi amor, te felicito. Te dije que Dios te iluminaria.—Respondió mamá.

—¡Ese es mi muchacho! ¿Ves? Eres muy capaz Jay.—Sonrió Chris.

Tyler sabía que Jay no lo decía de mala forma. Pero a eso se refería con el hijo perfecto. Siempre lo felicitaban y le decían cosas lindas si era él.

Ah, pero Tyler se saca un diez y lo más que iba a escuchar era un: "esa es tu responsabilidad"

En fin.

Suspiró y vio por la ventana. Estaban a punto de llegar a la iglesia.

Vió a Josh afuera. Apoyado entre los árboles que estaban junto a dicha iglesia apagando un cigarro. Este se acomodó la camisa, y salió del "escondite", subiendo las escaleras de iglesia de dos en dos.

Al parecer, y por suerte ninguno de sus padres había notado eso.

La familia bajó del auto, y bueno, tomaron el asiento donde lo hacían todos los domingos.

𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora