𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]

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Los siguientes días, ambos se reunían para verse y charlar un rato. Estaban intentando volverse a conquistar mutuamente, aún cuando ambos estaban perdidamente enamorados.

Tyler había charlado con la muerte. Y la única opción de dejar de ser el Diablo, era conseguir uno nuevo.

Ahí habían dos opciones, volver a poner al amor de su vida en ese puesto, o bien... Diego.

Diego sería un buen Diablo. Tyler lo estuvo analizando por muchísimo tiempo. Es apuesto, iniciando por ahí, todo le daba igual pero a la vez era responsable, y tenía la pinta. Se podría decir.

Tyler no le comentó nada a Joshua. Pero ahora para ser reemplazado, como se sabía, Diego tendría que matar a Tyler. O bien, Tyler se tendría que quitar la vida.

Pero Tyler quería que Diego lo hiciera con sus propias manos. Lo iba a provocar.

—Estoy agotado.—Le dijo Diego a escasos minutos de cerrar la tienda.

—¿De qué? Hoy no has echo nada. Tuve que cubrir tu turno.—Se quejó Tyler.

No era mentira, Tyler tuvo que tomar el turno de Diego, ademas que este no hizo nada en todo el día. No era la primera vez, pero aprovechando la situación Tyler decidió hacerlo así. 

—Joder, hoy estás de mal carácter.—Balbuceó.

—No es eso. Es que no es la primera vez que me toca cubrirte. Quien sabe con quien te metes como para andar dejándome así. 

—¿Insinúas que me escapo?—Frunció el ceño.—¿Que tienes?¿Acaso ese noviecito tuyo no te cogió bien?

—¿Noviecito? ¿A él por qué lo mencionas? —Eso si le molestó a Tyler de verdad.

—Tyler... yo estaba intentado algo contigo, y viene ese don nadie y ya andas bien enamorado.

—Tu nunca me gustaste Diego.—Lo miró de arriba a abajo.—Lo nuestro no es más que compañeros de trabajo. Debió quedarte clarísimo.

Tyler golpeó el mostrador frente a él, y se fue por la puerta trasera. Una sala donde se encontraba un cuarto en el cual almorzaba en su horario laboral.

—¿Que dijiste?—Diego vino tras él y entró a la sala también.—Bien que eras tu el que me busco para que te cogiera.

—¿yo? Si sabía que te usaba porque te dejas. A ti si que te gusta ser una herramienta.

Diego parpadeó intentando analizar lo que le acababa de decir el chico frente a él.

—Tyler que te falta, joder si intente todo por ti. Te jodes. Si crees que te voy a rogar te jodes.

—Vas a volver mañana. Te conozco.

—No.

—Veras que si. No tienes auto control.—Se burló.

Diego apretó el puño y sin pensarlo lo pegó contra Tyler golpeándole la mandíbula.

—Púdrete. No sé qué te pasa. Pero te pudres.

—Anda. Pégame con huevos.—Tyler se levantó y apretó los puños.

Diego voló otro golpe en el abdomen haciéndolo tambalearse. Tyler le siguió la corriente.

Y así estuvieron.

Pelearon un buen rato.

Joshua fue la juguetería para ir por Tyler. Se había pasado la hora a la que cerraban así que dudando entró. Estaba vacía.

Escuchó ruidos extraños por el cuarto.

—¿Tyler?—Dijo.

No obtuvo respuesta. Así que sin dudar, abrió la puerta de la sala encontrándose a Diego y a Tyler pegándose el uno al otro.

—Hablando del Rey de Roma.—Dijo Diego.

—¿Qué pasa aquí?—Dijo preocupándose exclusivamente por Tyler.

—Este imbécil solo estupideces dice.—Respondió el castaño.

—Mejor vete que a ti nadie te llamó.—Amenazó Diego.

—A él no le pones un dedo mas encima. Pareces tonto.—Musitó Joshua.

—¿O qué?—Retó Diego.

El siguiente golpe Joshua se lo entregó a Diego en la cara. Diego se tambaleó, golpeándose con el mueble, llegando a quebrar un vaso de vidrio.

—Josh déjale.—Le dijo Tyler.

Joshua no hizo caso. Siguió golpeándole. Y Tyler jalaba la camiseta de Josh para intentar separarlo.

Diego tomó el cristal del vaso, y rajó la garganta de Joshua de lado a lado quedando él bañado en sangre. La sangre salía como una fuente. Fue aterrador para los tres.

Tyler y Diego quedaron en shock.

Diego no podía creer lo que acababa de hacer, y Tyler se sintió culpable una vez más.

Joshua tomó su garganta como reacción, y sentía como la sangre salía a chorros de esta, escuchaba como un rio salir de él. Salía y salía una hemorragia que no se de tendría.

Diego estaba empapado.

—Llama a la puta ambulancia ya mismo.—Le ordenó Tyler.

Diego, sin decir ni una palabra fue a lo que Tyler le dijo.

—Joshua por favor.—Decía el castaño.

Joshua miraba a Tyler. Joshua sabía que había llagado su hora.

No era el diablo más, no tendría la segunda oportunidad. Ahora si moría, no volvería al mundo mortal.

Tyler no paraba de llorarle, la sangre no paraba de salir. Joshua se estaba quedando sin aire.

Fallecería.

Y ambos lo sabían.

Los tres lo sabían.

Y Tyler lo vio irse.

•••