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Después de la muerte de Josh, Tyler escapó. Asistió al entierro y listo.

Cambió por completo. Logró graduarse, y obtener la mayoría de edad en su cumpleaños. Y luego se perdió.

No volvió a ver a su madre que ahora era viuda, ni a Jay.

No fue capaz de hacer más que eso. Escapar.

Consiguió empleo en una tienda de juguetes para niños pequeños. No era lo mejor, debía admitir que era una mierda pero no le importaba.

Tyler comenzó a pasar más tiempo en el infierno que en la Tierra.

Trataba a todos como si fueran nada. Se había bloqueado por completo.

—Son quince dólares.—Dijo sin ganas a una madre que había entrado a la tienda con su niña que no pasaba los cinco años. Habían comprado un perrito de peluche, y otros artículos de menor valor.

—Aquí tienes linda.—Sonrió la mujer entregándome el peluche a su hija, la cual lo recibió con un abrazo contra su pecho.

Tyler le dio el recibo a la mujer y ambas salieron de la tienda.

—¿Estas bien?—Le preguntó el chico con el que trabajaba.

Se llamaba Diego, y era italiano, se había mudado a Ohio al cumplir los trece años. Tenía una edad similar a la de Tyler, quizás era mayor por uno o dos años más. Eran ellos dos por el día, y otros dos chicos por el turno de la tarde, el dueño del lugar era un tipo de treinta y tantos, que se llamaba Trevor. Trevor no hacía absolutamente nada solo les pagaba, y no le molestaba a nadie la verdad, al menos cumplía.

—Diego ahora no estoy para tus chistes...—Frunció un poco el ceño.

—A ver Tyler, no te pongas así, ¿bien? Si quieres... podemos...

—No. Olvida eso joder.—Frunció un poco el ceño.—No estoy para pensar en... eso.

—Bien. ¿Quieres ir al cine?

—No.

Diego bufó sin saber cómo animarlo.

—Ve afuera y despéjate un poco, yo tomaré este rato.

—¿Estas seguro?—Lo miró dudoso.

—Seguro.—Diego se acercó y dejó un beso en la mejilla de Tyler para después pasar al lado de él y acomodarse detrás del mostrador.

Tyler le sonrió por encima, y salió. La calle frente a la tienda casi siempre estaba llena. Sin embargo, se fue hasta la esquina de la calle para prender un cigarrillo. 

A pesar de que lo de Joshua estaba reciente, y Tyler se sentía tremendamente culpable intentó llenar el vacío con Diego.

Tuvieron sexo una vez encima del mostrador de la tienda mientras estaban cerrando. Eso fue hace un par de días.

Sin embargo, desde que Tyler conoció a Diego, este solía ser muy atento, y aparte de que medio ligaban entre sí, Diego era una excelente persona que llegó en un mal momento. Tyler lo estaba usando para llenar un vacío que no podía llenar, y claro que el castaño se sentía mal por eso, por eso aveces alejaba a Diego... sentía más culpa. Aún que no iba a negar que un poco de atención le gustaba aveces.

En fin.

Tyler sabía sus límites. Y fuera de lo qué pasó, nada más pasaría con él.

Eran las diez de la mañana, un viernes de Diciembre. Hacia sol, y la camisa del uniforme de la tienda "ToyStore" con el logo de esta y debajo el nombre de Tyler junto a una carita sonriente. Porque siempre había que estar feliz para el cliente. Era un trabajo difícil estar feliz en esos momentos.

Prendió el cigarro y miró a todas las personas que caminaban por ahí. Todas en su mundo, y el Diablo podía ver los demonios que todas llevaban dentro.

Unos cargaban culpas, mentiras, adulterio, lujurias, robos... cada quien cargaba su propia cruz después de todo.

El recuerdo de Josh solía atormentarlo seguido. Recordaba cosas que hizo o él dijo.

Había pasado poco más de un mes, y Tyler no encontraba valor para visitar su tumba, no podía. No tenía el valor ni la fuerza emocional para hacerlo.

Ese día se sintió tan mal que volvió a tener sexo con Diego, solo que esta vez en el apartamento de este. Apartamentos que estaban no muy lejos de la tienda donde ambos trabajaban. Tyler no sentía nada por él, pero ahí estaba, desquitando su tristeza y la ausencia de Josh con otro que no le llegaba a Josh ni a los tobillos.

—Tyler...—Dijo Diego con la respiración agitada mirándolo.

—¿Mm?—Gruñó prendiendo un cigarro.

—¿Que somos?

Mierda.

Tyler tragó con fuerza, se levantó de la cama desnudo y comenzó a vestirse.

—Eh... somos amigos Diego.

—Ah...—Sonó mal. Quizás.

—Mira, ahora no estoy para pensar en algo serio yo... no quiero algo serio tampoco si te soy sincero. Creo que podemos quedarnos así.—Se encogió de hombros mientras se ponía el pantalón.

—¿Entonces planeas usarse?—Dijo en un tono más de tristeza que de molestia. Diego se acomodó en la cama apoyada sobre sus codos y hombros para mirar al otro ponerse la ropa.

—No dije eso... solo digo que no quiero nada serio. Esto es... pasajero.—Sonrió sin ganas.—Bien...—Dijo ya con toda la ropa puesta.—Te veo el Lunes.

Tyler salió del apartamento sintiéndose el triple de peor que en el mañana. Prendió un cigarro y dio un paseo por la noche.

Ya eran las doce de la noche. ¿Que tanto había echo con Diego? Pues nada, literalmente fue puro sexo.

Esa noche mientras paseaba con su cigarro, mirando el cielo y cada una de sus estrellas sintió un dolor de cabeza intenso. Muy, intenso.

Algo lo alertó de que algo pasaba.

Algo volvió.

Una presencia por algún lugar estaba.

Sintió a Joshua.

Tyler pensó que sería absurdo pensar que Joshua volvió... estaba cinco metros bajo tierra, y no volvería.

O eso pensó.















•••

No sé qué decir 😭

Sin comentarios

Solo que tomen agüita y se laven las manos 🫶🏼

Relajen la raja ya van a verrr🥱

𝐐 𝐔 𝐄 𝐑 𝐔 𝐁 Í 𝐍 // [tysh/joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora