Aamon Levard
La sangre me hierve al ver las imágenes, jamas pensé que llegaría este tipo de circunstancia donde perdería la cordura de esta manera.
Jamas lo hago pero ese hijo de puta tiene las horas contadas.
Toco lo que jamas debió tocar.
Miro lo que todo mundo tiene prohibido mirar.
Pero sobretodo obtuvo algo que solo me ha permanecido por años.
Su sonrisa.
Si Lilith piensa que olvide el tema de ese hijo de puta esta muy equivocada.
El intenso color violeta de sus ojos me miran con preocupación, la siento rodear mi cuerpo en busca de protección. Lilith Fiore, mi pequeño angel de corazón blanco. El angel que encadenaron y torturaron sus hermanos durante muchos años.
La princesa de la mafia que escapo aquel día de su jaula del infierno para caminar casi libre arrastrando sus cadenas en otro infierno.
El mio.
Desde aquel día que me mostro sus heridas abiertas sabia que esa chica era diferente al resto.
Era una de nosotros. Una guerrera buscando la llave para liberar sus cadenas. Pero aquel dia el destino nos unio con fuerza atándonos en el mismo eslavon para siempre.
Nuestros enemigos han pensado durante años que la hemos mantenido cautiva, que la hemos lastimado, torturado y golpeado debido a sus antiguas cicatrices o como otros piensan que la mostramos ante todos como un premio al cual arrebatamos a la famiglia.
Eso no es así.
Jamas lo será.
Desde que soy capo jure cuidarla y protegerla. Nadie la tocara y mucho menos la lastimara. No mientras yo viva.
Pero si con eso la mantengo a salvo y nadie decide desobedecer mis órdenes no pienso contradecir sus estúpidas simulaciones. Prefiero infundir miedo antes de que me vean débil.
Y tanto Asmodeo como Paimon han sabido desde años que como ellos como Lilith son mi única debilidad. Mientras el mundo no descubra nada sobre ella, no hay riesgo de cual preocuparse.
He matado, he torturado desde los doce años, asesine a mi propio tío Bruno a los dieseis con el cristal de su propio vaso de whisky cuando intento asesinar a Paimon y a Lilith y no solo a el si no a toda su sucia descendencia quienes tomaron la oportunidad aquel día que mis padres fueron asesinados y se apoderaron de la Cosa Nostra.
Fueron dos años llenos de violencia, sangre, malos y sucios tratos. Donde mi abuela fue una victima de todo lo que el hacia, la única persona que pudo salvar de sus garras fue a su otro hijo, el gemelo de Bruno, Alexandro quien lo mando a New York para que pudiera esconderse.
A los diecisiete ya tenia el poder en mis manos de Las Vegas y a todo un ejercito de la mafia. Ya era el capo de la Cosa Nostra.
Ayude a mi abuela a construir de nuevo su vida buscando a su otro hijo, nuestro tío Alexandro quien se escondía en las calles de otra ciudad bajo otro nombre reclutando hombres y soldatos creando su propio ejercito. Quien ahora es encargado de la mafia y algunas empresas mías en Chicago y New York.
A los diecinueve desterré a la Bratva de New York proclamándola mía junto con Asmodeo, con apoyo de Alexandro convirtiendo para los medios de publicidad "el fin de semana rojo" por la cantidad de sangre que había en las calles esos días.
Y a los veinte ya manejaba los Estados Unidos a través de políticos, diplomáticos, senadores y parte del parlamento por unos cuantos millones.
Aun así ser asesino, mafioso y traficante de drogas no es lo único que hago. Tengo empresas de tecnología, ciencia, soy socio de joyerías y tiendas de moda de alta gama y por supuesto tengo fundaciones, hospitales, albergues, esos últimos tres a petición de Lilith.
Construí un hospital exclusivo para mis hombres y su familia para poder acudir sin tener que escondernos cada vez que recibamos un balazo o alguna herida de dudosa procedencia.
Manteniéndome en la lista de FORBES entre los jóvenes más ricos de todo el mundo.
Siendo un dolor en el trasero de la CIA, INTERPOL y otras agencias de seguridad del gobierno los cuales han intentado por años encontrar algo sucio o ilícito para encerrarme de por vida en las rejas pero eso jamas va a ocurrir.
Las Vegas solo es mi refugio, es mi hogar, mi lugar seguro donde puedo manejar a la gente con los ojos cerrados.
Pero Estados Unidos es mi propio territorio, mi reino.
Mi puto infierno.
Si piensa la Sacra Corona Unita que uniéndose con la famiglia van a poder unir fuerzas para poder derrocarme están muy jodidos del cerebro.
Van a necesitar hacer un maldito pacto con el mismísimo diablo para lograr solamente entrar a mi territorio, aun que lo dudo mucho. El diablo dejo de hacer tratos con todos desde que nos cedió el poder a mis hermanos y a mi.
Así que mucha suerte. Ya saben la suerte es para perdedores.
Mucho éxito para La Cosa Nostra por su futuro festín de asesinatos contra los soldados de las otras mafias.
Espero que disfruten la invitación privada que mandamos esta mañana Asmodeo y yo a los futuros capos, al sottocapo y al consigliere de Italia.
Asmo tuvo la grandiosa idea de cortar la cabeza de las personas que atrapamos en la bahía de New York bajando cargamento, reuniendo personas para poder crear un ataque.
Lastima que mis soldato y mis numerales que se encargan del trabajo sucio así como de cuidar mis territorios los descubrieron a tiempo.
Para mañana recibirán muchas cajas de hieleras con las cabezas de sus queridos topos.
Es momento de que conozcan a los Levard.
Es momento de que aprendan a no jugar con jugadores élite cuando apenas son unos estúpidos novatos.
Es momento de que se abran las puertas del infierno para que sus demonios salgan a jugar y a divertirse un poco.
Quizá mi pequeño ángel quiera un poco de diversión, total, sus manos ya están manchadas desde hace años. Mientras sus alas no sean dañadas no me importa si el color blanco se llega a teñir de negro.
Después de todo ¿Quién dijo que los ángeles deben de ser buenos todo el tiempo?
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Cadenas de fuego
ActionLos Levard, un apellido respetado y temido durante años entre los hombres de la mafia. Después de una captura por parte del gobierno Sueco hacia los capos más importantes es el turno de que los herederos tomen el poder ¿El problema? Les arrebataron...