Prisioneros de las consecuencias
♩♪♬♫
Lilith Fiore
(Ocho años)
Mamá está molesta.
Otra vez
No lo entiendo, he hecho todo para ganarme una sonrisa o un abrazo de su parte pero jamás es suficiente para ella. Al menos no de mi parte.
Ayer la vi sonreír cuando entre al comedor, pensé que le había agradado la idea de que me vestí y me peine como a ella le gusta con una coleta alta que hace doler mi cabeza y vestidos muy incomodos.
Pero estaba equivocada.
Mamá sonreía porque Nicolas comenzaba su preparación como futuro capo.
Como siempre los chicos primeros antes que yo.
No me desanimo, sé que tengo que esforzarme más.
Siempre es más cuando se trata de mí.
Mis clases de música siempre han sido dos horas diarias pero ahora me obliga a tocar cada vez que me equivoco en una nota. Lo cual lo hace horas insufribles, por más tiempo que pase, más me canso y me equivoco.
Se que ella solo quiere que sea la mejor violinista del mundo, por eso me exige demasiado.
Hoy mis dedos están vendados por pequeñas curitas de colores por estar tocando durante horas.
Tengo que ser perfecta para poder lograr tener una sonrisa de mamá así como las obtiene Nicolas.
La puerta de mi habitación se abre, me estremezco pensando que es mi madre.
¿Les confieso algo?
Me da mucho miedo cuando lo hace por la noche, papá dice que se levanta dormida y no es capaz de recordar nada. Dijo algo de ser sonámbula y que nunca debemos de despertarla para no ocasionar un accidente.
Hace unos días corto de mi cabello, llore en silencio cubriendo mi boca con mi mano mientras lo hacía, sus ojos me daban mucho miedo al verlos blanco, después tomo el peine y tallo con fuerza los mechones mal cortados lastimando mi cabecita, pase toda la noche sin poder dormir por el dolor.
Al día siguiente me grito y tiro de mi brazo con mucha fuerza lastimándome.
Me castigo.
Rompió mi violín por haber cortado mi cabello. Ella no recordaba nada. Penso que era mi culpa. De nuevo.
Papá no estaba para salvarme esta vez.
El suele llevarme a nuestro jardín a plantar una flor cada vez que estoy triste, es como si sembrara mi tristeza en una pequeña he indefensa nueva vida dejando que me consuma esa emoción para después verla crecer florecer fuerte y hermosa.
Papá dice que somos lo que sembramos, como cuando nacemos, somos débiles he indefensos pero eso es lo que nos lleva a lo que somos, el camino de la vida nos hace fortalecernos. Ya sea de buena o mala manera pero lo hace.
Pero esta vez la puerta se abre dejando entrar a Nicolas dejándome soltar un suspiro de alivio.
Lleva su traje de esta mañana mal puesto, su frente tiene tierra, uno de sus labios esta partido.
Mamá se molestara conmigo por permitir que mi hermano lleve ropa sucia.
—De rodillas Lilith—gruñe cerrando la puerta.
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Cadenas de fuego
AcciónLos Levard, un apellido respetado y temido durante años entre los hombres de la mafia. Después de una captura por parte del gobierno Sueco hacia los capos más importantes es el turno de que los herederos tomen el poder ¿El problema? Les arrebataron...