Una decisión.
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Lilith
El chico de ojos esmeralda sigue viéndome fijamente mientras su hermano se acerca a él con cuidado.
—¡DIME!—grita haciendo que me aparte girándome para ver como toma un vaso y lo lanza a la pared.
Asmodeo lo toma de los hombros y trata de tranquilizarlo.
—La estas asustando Aamon, es solo una niña—susurra bajo—, sabes perfectamente como la mafia italiana trata a las mujeres.
—Ven aquí—habla con voz dura y fría.
Lo veo volver a tomar el algodón y varias cosas para limpiar mis heridas entonces me acerco a el de nuevo temblando.
El dolor de las heridas ya no es suficiente para que me haga llorar o jadear, he estado acostumbrada a esto por más de dos años.
La habitación queda en silencio por unos minutos mientras el termina y decido hablar.
—¿Por qué dicen que su mama está de viaje si ella está en mi habitación? —volteo a verlo confundida sorbiendo mi nariz.
—A veces la gente se va de viaje sin necesidad de irse—responde frió.
—¿Es cierto que son hijos de lucifer? —pregunto curiosa.
Asmodeo se atraganta con su saliva antes de empezarse a reír en el fondo de la habitación.
—¿Dónde escuchaste eso? —me mira Aamon con un brillo diferente en sus ojos.
—Las señoras que viene a tomar el té lo han dicho varias veces.
—Quizá tienen razón—se encoje de hombros.
El vuelve a ajustar los botones de mi vestido cuando termina de limpiar mis heridas pero hace algo que no esperaba. Toma mi mentón con sus manos frías y me hace levantar la vista hacia él.
Siento su pulgar pasar por la comisura de mis labios hasta llevarlo hacia su boca.
—Fresa—murmura—¿Sabes lo que significa mi nombre Lilith?
Niego.
—Significa aquel que induce a la ira y asesinato, algunos suelen decir el angel de la muerte, también conocido como el último príncipe del infierno.
—Pero tú no eres malo.
—¿Cuándo dije que lo era? —responde detallándome cruzándose de brazos.
—¿También eres un príncipe? —lo miro y por unos segundos sonríe pero regresa a su cara inexpresiva.
Vaya es muy lindo cuando sonríe.
—Acabo de decirte que soy conocido como el angel de la muerte y tú solo preguntas si soy o no un príncipe—retira un mechón rubio de mi cabello con tonos rojos de mi sangre sosteniéndolo fuerte apretando su mandíbula.
—Mis hermanos lo hicieron—bajo la mirada respondiendo aquella pregunta que hizo hace unos minutos.
—Lo supuse—su mirada es demasiado fuerte que me hace mirar a otro lado— ¿Tú eras quien tocaba hace unas horas?
Asiento mirando el violín blanco fuera de su estuche en algun sofá.
El abre la boca para decir algo pero la cierra de golpe al escuchar gritos, pisadas muy fuertes y disparos.
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Cadenas de fuego
AksiLos Levard, un apellido respetado y temido durante años entre los hombres de la mafia. Después de una captura por parte del gobierno Sueco hacia los capos más importantes es el turno de que los herederos tomen el poder ¿El problema? Les arrebataron...