10.-Perdiendo el control

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Perdiendo el control

Aamon

La observo desde la esquina del almacén golpear una y otra vez al chico que yace de rodillas frente a ella mientras gritan cosas.

La veo tomar el cuchillo derramando sangre.

Rojo.

El rojo tiñe su cabello rubio y una punzada fuerte golpea mi tórax.

Inhalo fuerte el aroma del metal mezclado con la sangre derramada para controlarme.

Reviso algunos correos mientras dejo que haga su trabajo hasta que el cuchillo resbala por sus manos una vez que termina.

Sabía que ella lo encontraría.

Sabía que ella vendría por él.

Por eso mandé a Asmodeo a otro lugar sin que sospeche.

Este es nuestro secreto.

Uno que nos une a Lilith y a mí.

Espero unos minutos como su psiquiatra lo indicó.

‹‹Debe dejar que despierte por sí misma, si usted o alguien llega hacerlo puede tomarlo como una amenaza y puede herir a quien sea sin ser consciente de ello››

Palabras del psiquiatra que tuve que requerir a su ayuda por más jodido que sea la situación.

Porque ella necesitaba ayuda profesional. La cantidad de dinero que le pago por su silencio debe ser suficiente para atendernos a todas horas en cualquier momento.

Por más que odie la idea de Lilith siendo estudiada por un extraño que en cualquier momento puede abrir la boca y ponerla en riesgo. Lo hice

Lo hice por su salud.

Pero ella abandono la terapia cuando no vio resultados, solo acude cuando se le da su puta gana o cuando esta aburrida y quiere hablar.

Eso me llevo a tomar libros, si demasiados libros, y una jodida carrera universitaria en psicología para poder ayudarla.

Cosa que nadie, excepto Paimon sabe, ya que él fue uno de los que me ayudo.

Quizá nuestro mundo fue el que detonó esto en ella. Aún que estoy seguro que esto comenzó muchos años antes de que nos conociéramos.

Ella tiene ese espacio en blanco en su mente que deja que se maneja en automático, actúa ante algún ataque, una amenaza y ella no es capaz de recordar nada hasta que despierta, incluso hay veces que no suele recordar nada.

Su cuerpo tiembla ligeramente y ahí es cuando la tomo de la cintura cuando cae entre mis brazos dormida.

La dejo en el suelo con cuidado mientras coloco mis guantes negros para arrastrar el cuerpo del hombre sin vida.

Lilith jadea llevando una mano a su cabeza cuando despierta.

Aquí vamos de nuevo.

Lilith

Mi cuerpo hormiguea, mi cuerpo pide algo que me niego a darle.

Liberación.

Debo de contenerme, debo...

Pero no quiero.

Los próximos minutos se vuelven negros hasta que el dolor en mi muñeca me golpea al mismo tiempo en el que choca con fuerza en la cabeza del hombre.

Cadenas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora