9.-sei un chiacchierone

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YA SOMOS 10K ESTO MERECE MARATÓN!!! Al final en notas les dejo una sorpresa <3


sei un chiacchierone 

Lilith

Observo mis manos temblorosas teñidas de rojo, de nuevo.

Santa madre de los demonios.

Lo hice de nuevo.

Comienzo a buscar mi celular sin saber dónde diablos estoy con manos temblorosas y un dolor agudo en mi cabeza, lo encuentro detrás de mis pantalones y marco de inmediato un número que sé de memoria pero este suena a unos metros de mí.

—Aamon—levanto la vista al encontrarlo frente a mi cruzado de brazos con su ceño fruncido—, lo hice de nuevo.

—Joder Lilith—suelta bruscamente.

Horas atrás...

Sus asquerosos labios son empujados contra los míos. Mete su lengua a mi cavidad y lo muerdo fuertemente haciéndolo sangrar. Mi cuerpo toma sentido y lo separo de mi con toda la adrenalina corriendo por mis venas, levanto mi rodilla golpeando su entre pierna causando que se doble hacia al frente. Sujeto su cabello con fuerza para estrellar mi rodilla con su nariz escuchándola crujir.

Alyssa aparece y se queda quieta a mitad del camino.

Corre musita pero no logro entender.

—Corre— se acerca susurrando sin levantar la voz

Un docente aparece detrás de ella viendo la escena.

A esto se refería cuando decía que corriera.

La profesora hala de mi muñeca lastimándola más apartándome del imbécil que yace en el suelo deteniendo la hemorragia.

—¡Quedas tres días suspendida! En esta institución queda prohibido el uso de la violencia—suelta sin preguntan o escuchar lo que sucedió.

—¡A caso no vio lo que él hizo!—alzo la voz.

Filippo se encuentra caminando hacia a mí.

Maldición.

No sé qué tanto alcanzo a ver pero al verlo tranquilo supongo que nada.

—El joven de seguro no tuvo motivos—habla la maestra—. Chicas como ustedes— mira a Alys y a mi— se la viven provocando a hombres. Es su naturaleza actuar como actuó. Usted se lo buscó señorita Fiore.

Jadeo al escuchar sus palabras. Abro la boca pero la mano de Alys me detiene.

—Vámonos no vale la pena—tira de mí recogiendo mi maletín mientras me arrastra hacia a fuera.

—Que te sucede—me suelto bruscamente de su agarre—. No pienso quedarme callada, acaba de tratarme como una...

—¿Una puta? ¿Una chica barata?

Niego.

—Como si una mujer no valiera nada y solo fuera una maldita creación para satisfacer al hombre—pateo un bote de basura maldiciendo arrepintiéndome cuando el dolor llega a mis dedos.

—No vale discutir con la señorita Monroe.

La miro incrédula.

—Lo he intentado durante 2 años—confiesa—. Es mejor escuchar he ignorar, si le damos importancia será peor, no dejara de molestarte y buscara cualquier cosa para hacerte la vida un infierno.

Cadenas de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora