Cadenas de fuego

11.- Detector de falsas

Para las personitas que antes me han leído (que bonito se siente decir eso xd) saben lo que significa cuando alguien cuenta una historia...PISTAS QUE NOS SERVIRÁN EN UN FUTURO.

Detector de falsas

Lilith

Al entrar al inferno subo hacia su oficina, la puerta se mantiene abierta dejándome ver a la profesora atada, frente a mí.

—Lo siento—murmura.

—No te escuche—respondo caminando hacia el escritorio sentándome sobre él.

—Dije. Que lo siento—habla duro.

—Cuida tu tono.

Asmodeo entra acompañado de Alys quien me mira sin entender, Aamon se mueve dejando a su vista a la profesora atada.

Ella abre sus ojos en asombro.

—Vamos mi muñequita bailarina—la empuja suavemente Asmodeo hacia al frente.

Hay algo que tengo muy presente sobre los Levard ellos jamás golpearían a una mujer pero se perfectamente que van a quebrarla emocionalmente.

—Algo que quieras decirle a la dama.

—Esa zorr...—un jalón de cabello por mi parte la detiene.

Ya basta que nos insulte y más si es a Alys a quien insulta de esa manera.

—Intentémoslo una vez más—sonríe Asmo hacia Alys.

—Lo siento—balbucea.

—¿Alys?

Ella lo mira con ojos oscuros cruzada de brazos y niega.

—¿Lilith? —murmura Aamon mientras niego.

Los hermanos Levard comparten una sonrisa cómplice.

—Las damas han tomado decisión de tu destino—Aamon sonríe sombríamente.

No hemos hablado desde que asesiné a aquel chico.

Al menos asesinó inconscientemente a personas que lastiman, humillan y dañan a otros.

¿Hay resentimiento de culpa? No lo creo. Quizá si lo recordara podría tenerlo pero no lo hay por más que lo busque nunca lo hay.

Aamon no me ha quitado los ojos de encima desde entonces, incluso en la mansión me vigila de cerca ya que sabe perfectamente lo que sucede cuando asesinó.

Me derrumbo totalmente.

Los recuerdos de cuando era pequeña llegan golpeándome con fuerza haciendo que me pierda confundiendo los sueños con la realidad y eso es sumamente peligroso.

Pero Aamon por una extraña razón siempre está ahí para despertarme.

Lo ha estado desde mi décimo cumpleaños.

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Llevo apenas unas horas recorriendo algunas de las tiendas de lujo de la avenida más famosa de Las Vegas, Paimon se queda en uno de los sillones esperando mientras bebe champagne.

Tomo el vestido que utilizare en la boda de este fin de semana, algun cambio lindo para la cita con Levi y algo para salir con las chicas dirigiéndome al vestidor pero me detengo al escuchar esas dos voces conocidas.

Gina y Ela

—¿Por Dios puedes creer que Trys invito a la nueva? —pregunta una de ellas

—Lo se, su cabello rubio con mezcla castaña es tan horrendo, y sus ojos ¿podemos hablar de ellos?