Cadenas de fuego

21.-Limbo

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Limbo

Lilith

Al regresar a Las Vegas todo regresa a la normalidad, Aamon coloca su máscara de capo convirtiéndose en una persona totalmente gruñona he insoportable, los últimos días casi no he podido verlo.

Solo sé que tuvo que viajar a varias ciudades por algunas cosas relacionadas a la mafia.

Por supuesto que Asmodeo quedo a cargo no solo de toda la Cosa Nostra, sino también de mi seguridad.

Paimon...Bueno, el intento disculparse hace unos días, llegamos a la conclusión que él estaba demasiado ebrio para recordar exactamente lo que dijo, aun así termino pidiendo disculpas y de alguna manera yo también termine ofreciéndole otra por meterme en su vida privada.

Camino hacia la cocina en busca de mi desayuno para ir a la universidad encontrándome con Paimon comiendo cereal, abro el refrigerador tomando algunas cosas cuando Asmo y Paolo entran sin camisa y solamente con sus pantaloncillos de dormir acompañados de una chica la cual se marcha inmediatamente.

—No dejes para mañana lo que puedes comerte hoy Lilith—guiña el ojo Asmo tomando asiento cerca de mí.

¿Acaso ellos?

—Si te lo preguntas— murmura Paimon—. Si es lo que te imaginas.

Ellos tres.

—No sabía que Asmo era gay.

Asmodeo y Paolo ríen divertidos antes de hablar.

—Lilith, no se necesita definir géneros para hacer un trío, simplemente sucede—arrebata mi plato de comida—. Las cosas se van dando durante el acto, si ella me dice que no le van las pollas pues mi lengua tendrá. Paolo dijo que no le van las chicas así que obtuvo un mam... —coloco mi mano sobre su boca para que deje de hablar.

—Ya entendí el punto—abro mis ojos al escuchar a Asmo hablar sin filtro como siempre, creo que jamás me acostumbrare a eso.

Me quedo pensando unos minutos mientras ellos comen tranquilamente, si hay alguien a quien puedo preguntar lo que sea sin escucharme tan grosera o sin intenciones de ofender a alguien sobre el sexo o la sexualidad de alguien es definitivamente a Asmo.

—Entonces, si yo llego hacerlo con otras dos chicas—mi cara arde ante la vergüenza de preguntar este tipo de cosas— ¿no significa que sea ya saben? —, no estoy acostumbrada a hablar en voz alta temas que deben ser considerados normales.

—¿Lesbiana? —pregunta Paolo mientras asiento—, dilo como es, no es una palabra ofensiva, aun no entiendo porque la gente la ve como si fuera un palabra discriminatoria cuando no lo es, digo—se encoje de hombros— lesbianas, gay, transexual, bisexual, queer son palabras que deberían estar totalmente normalizadas y no te debería dar vergüenza o miedo a referirte a alguien por lo que es.

—Lilith aún se aferra a su educación pasada—explica Paimon a Paolo mientras me observa con curiosidad—, hay veces en que le cuesta hablar temas de este tipo donde hoy en día nosotros los tenemos más normalizados cuando ella tuvo una educación de cavernícolas.

—¡Oye! —lo golpeo levemente.

—Vamos Lilith, aun te cuesta mucho hablar sin filtro.

—Pero por eso estoy preguntando para poder aprender y adaptarme a todo este entorno, ustedes más que nadie saben todo lo que me ha costado.