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Jungkook observó a un muy alterado castaño que parecía correr hacia él en cámara lenta. Se sentía herido por su comportamiento durante la semana, pero la escena le resultaba tan divertida que era imposible suprimir esa pequeña risa que surcó sus labios. Taehyung era como un personaje de caricatura con su esponjoso cabello meciéndose por el viento y su gesto que transitaba entre la angustia y la fatiga.

—Koo... —emitió un sonido apenas audible mientras se inclinaba hacia adelante apoyando las manos en sus rodillas para conseguir regular su respiración.

—Tae. —se acercó a él con preocupación— Sabes que en realidad no iba a hablar con tu padre, ¿Verdad?

—Habría sido bueno saber eso hace 15 minutos. —cuando su respiración fue lo suficientemente estable para hablar, se incorporó y por inercia sus manos terminaron apoyándose en los hombros del azabache frente a él.

—Me disculparía por eso, pero conseguí que vinieras, así que no me arrepiento.

Taehyung elevó la mirada al rostro contrario, la expresión de Jungkook era gentil y no había una pizca de sarcasmo o ironía en esta. Por unos segundos fue sencillo perderse en él.

—No tenías que presionarme de esa forma para hablar contigo. —dijo una vez que recuperó el sentido de por qué estaba allí y al notar el cambio en el rostro de Jungkook, se arrepintió de inmediato por sus palabras.

—Estabas evitándome sin razón, Taehyung. Así que sí, sí tenía que presionarte de esta forma.

Jungkook esperó a que Taehyung comenzara a explicar su repentino cambio de actitud, no obstante, él no era capaz de encontrar las verdaderas razones. ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso era la culpa intrínseca por haber mentido a Jimin lo que lo obligaba a cumplir con su palabra de no tener más que una amistad con él? O, quizá, ¿Existía una razón mucho más profunda, una que no se atrevía ni siquiera a contemplar por el miedo que le provocaba?

Taehyung lidiaba con una pesada carga en sus hombros impuesta por las expectativas de su familia, sin ser consciente de ello, modificaba su comportamiento, sus sueños e ilusiones, en la búsqueda de una aprobación que se sentía cada vez más lejana. Su madre deseaba al hijo perfecto, él anhelaba complacerla como a cada persona en su entorno, y tal vez, estaba predispuesto a sacrificar sus sentimientos solo para conseguirlo.

—¿Y bien? —cuestionó luego de un rato— ¿Me dirás por qué has estado evitándome?

—No hay una razón. Solo estaba ocupado.

Jungkook abrió los ojos con incredulidad. Notó que Taehyung era evasivo siempre que se involucraban temas importantes, sin embargo, no esperó una respuesta tan tajante y carente de sentido.

—Déjame ver si te estoy entendiendo. —replicó haciendo uso de todo su autocontrol para no exteriorizar su molestia— Sales conmigo, la pasamos bien, me besas, te beso, te portas cariñoso y al siguiente día pretendes que no existo, pasas de largo, no me saludas, me evades cada vez que me acerco y deliberadamente no respondes a mis mensajes —añadió con ironía amarga— ¿Solo porque estás ocupado?

Taehyung desvió la mirada al no tener el valor suficiente de observarlo a los ojos mientras le ofrecía la más absurda y estúpida de las explicaciones. A pesar de su presuntuosa personalidad y su excesivo deseo por ser siempre el mejor, Jungkook era un buen chico, dulce, detallista y lleno de chispa, él merecía su completa disposición a hablar con la verdad y cualquier cosa diferente a eso era simplemente inadmisible.

Por eso, tras torturar a su mente por unos cuantos minutos, decidió que, si no podía permitirse sentir todas esas emociones nuevas e intoxicantes que despertaba Jungkook en él, entonces debía acabar con todo antes de que fuera tarde y terminara lastimándolo.

Two Loves | KookV♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora