Taehyung, el carismático presidente de la clase 2B, es el estudiante modelo, compañero ideal e hijo perfecto. Ha mantenido por años una vida tranquila, calificaciones excelentes y una maravillosa amistad con Park Jimin, a quien considera su alma gem...
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La risa de Jungkook se mezcló con la suya cuando subieron corriendo las escaleras como dos pequeños niños a punto de hacer una travesura.
—Obligaste a tu padre a tener una cita para que estuviéramos solos —comentó Taehyung sin poder dejar de reír.
—Creo que él y la profesora Hwasa tienen muchas cosas en común.
Taehyung soltó otra carcajada al imaginar la escena. Jungkook fue bastante hábil en presentarle su padre divorciado a la maestra soltera en una de las reuniones escolares, pero llevó su estrategia a otro nivel al organizarles un "encuentro casual" al otro lado de la ciudad justo el día que ellos tendrían su cita.
—¿Te gustaría tenerla de madrastra? —preguntó con diversión, sentándose en el borde de la cama de Jungkook una vez que depositó con cuidado las flores y su mochila en el escritorio.
Jungkook pareció reflexionar su pregunta durante unos instantes antes de sacudirse con fuerza.
—¡No había pensado en eso! —dijo con un gesto lleno de horror—. Pero la idea acaba de contaminar mi mente.
Taehyung se dejó caer sobre el suave edredón y ahogó su risa contra una de las almohadas. El gesto de sufrimiento que Jungkook esbozó era demasiado cómico de ver.
—Ella hará que tires todas tus figuras de superhéroes para que colecciones globos terráqueos.
—Y en el desayuno tendremos trivias de geografía —agregó Jungkook, uniéndose a la broma y recostándose junto a Taehyung.
—¡Serás aún más nerd! —exclamó—. Y yo que pensaba que eso era imposible.
Jungkook rodó los ojos al escucharlo.
—¿Ves las cosas que estoy dispuesto a hacer por ti, osito? —murmuró, acostándose de lado para poder observarlo.
—Lo haces porque me amas —imitó la posición de Jungkook y quedó frente a él; su mano viajó directamente a la mejilla de su novio para acariciarla.
—¿Y tú? ¿Me amas?
En el rostro de Taehyung se dibujó una sonrisa delicada.
—Pensé que era obvio, Koo —definió con las yemas de sus dedos la filosa línea de la mandíbula de Jungkook—. Creí que el brillo en mis ojos cada vez que te veo y la risa tonta cuando tomas mi mano era un buen delator de mis sentimientos.
Jungkook se acercó más, pasando su brazo por la cintura de Taehyung para mantenerlo a esa pequeña y tentadora distancia.
—Quizá, me gusta demasiado cuando lo dices.
La mano de Taehyung descendió, dejando dulces caricias por todo el rostro de Jungkook hasta alcanzar el borde superior de su camisa y colarse dentro de esta para rozar sutilmente sus clavículas.
