Taehyung, el carismático presidente de la clase 2B, es el estudiante modelo, compañero ideal e hijo perfecto. Ha mantenido por años una vida tranquila, calificaciones excelentes y una maravillosa amistad con Park Jimin, a quien considera su alma gem...
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Taehyung aplicó con delicadeza el bálsamo de fresa sobre sus labios y contuvo la tentación de lamerlos para no arruinar la apariencia jugosa que consiguió en su boca. Esponjó su cabello, haciendo que algunas ondas se deslizaran sobre su frente; y utilizó un poco de delineador para resaltar la forma de sus ojos.
Observó su reflejo y por primera vez se sintió indudablemente hermoso. Tal vez, ese era el resultado de los dulces cumplidos que Jungkook le dedicaba cada día.
Acomodó su ropa; era un atuendo sencillo de jeans rectos y una camisa con estampados vintage. Le agradaba la idea de utilizar prendas de estilo retro que acentuaran su silueta de forma discreta.
Tomó su mochila, guardó en ella sus pertenencias y la caja envuelta en papel seda púrpura. Salió silenciosamente de su habitación y se escabulló escaleras abajo hasta el primer piso donde atravesó con absoluta discreción la sala, rogando al universo por no encontrarse con sus padres.
Aunque ellos le otorgaron permiso para asistir a la pijamada del Concejo Estudiantil, Taehyung no quería que lo vieran salir mucho más arreglado que de costumbre y comenzaran a sospechar de su mentira.
Le tomó todo un día convencer a su madre, y la única razón por la que ella accedió fue porque Taehyung se encargó de mostrarle todos sus exámenes con calificación perfecta y un reporte de buena conducta que escribió el director Choi.
Resultaba extenuante hacer esa clase de cosas cada vez que deseaba tener un poco de diversión adolescente, pero era el precio que pagar cuando se tenía padres estrictos.
Para su suerte, Taehyung consiguió salir de casa sin ser notado. Una vez afuera, caminó con prisa las cuadras restantes hasta la avenida principal donde tomó un taxi rumbo al centro de la ciudad. Estaba ansioso por llegar al lugar donde Jungkook le pidió que se encontraran para tener lo que denominó «la mejor cita del mundo».
Taehyung rio al recordar lo mucho que molestó a Jungkook sobre la elección del lugar que visitarían, argumentando que, ya que su primera cita fue en la increíble Exposición Gamer, él tendría unas expectativas muy altas por cumplir.
Su tierna expresión de enojo fue la cereza del pastel. Adoraba que, a pesar de ser unos novios empalagosos, pudieran desafiarse de vez en cuando.
—Gracias —dijo al conductor en cuanto pagó la tarifa y descendió del auto.
Observó con curiosidad el enorme edificio frente a él. Había escuchado que se trataba de un centro de juegos muy popular en la ciudad, pero jamás tuvo la oportunidad de visitarlo. Ahora, no sólo disfrutaría de las máquinas de arcade y las atracciones mecánicas, sino que celebraría dos meses al lado del chico más hermoso de Corea.
Se ubicó en la entrada y dio un vistazo a su vestimenta para asegurarse de que todo estuviera en orden, anhelando lucir perfecto cuando Jungkook llegara. Su corazón latía muy rápido y sus manos sudaban por los nervios, obligándolo a limpiarlas un par de veces contra sus jeans.
