Two Loves | KookV♡

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—... sí, te lo agradezco, tía. Hasta luego.

Seokjin colgó el teléfono y dirigió su atención a Taehyung que descansaba en su cama, envuelto en un par de mantas de forma tan apretada que daba la impresión de ser un rollo de sushi. El castaño apenas levantó la vista cuando notó que se acercaba, preguntando en silencio por la respuesta de su madre.

—Puedes quedarte esta noche —murmuró, para tranquilidad de Taehyung.

—¿Cómo la convenciste?

—Dije que necesitabas mi ayuda con un proyecto escolar.

A Taehyung no le sorprendió que esa justificación bastara para su madre. Por fortuna, el hecho de que ella quisiera convertirlo en una copia de Seokjin y se convirtiera en un exitoso académico, le jugaba a favor en situaciones como esas.

—Gracias.

Se removió con ligereza, haciendo algo de espacio para que Seokjin se sentara a su lado en la cama. No quería ser invasivo, abusar de su confianza y abrumarlo con todos sus problemas, pero él era la única persona que creía en su palabra y estaba dispuesto a ayudarlo.

Seokjin se acomodó junto a él y lo observó en silencio, de forma detenida y pausada. Su expresión era neutra, pero Taehyung sabía que, en el fondo, estaba preocupado. Quizá, su hyung había llegado a la conclusión de que las consecuencias en la escuela abarcarían más que una sanción disciplinar. Podrían expulsarlo y escalar el caso al comité académico de la ciudad; entonces, sus oportunidades de salir bien librado eran nulas.

—Ya no hagas esos gestos de tragedia —reprendió Seokjin—. Este no es el fin del mundo.

Aunque hubiera querido ocultar sus emociones, su rostro siempre terminaba por reflejar toda la angustia que lo aquejaba en el interior.

—Si no es el fin del mundo, entonces se le parece mucho.

Pensó en todas las leyes que podrían llegar a enviarlo a un Centro de Corrección Juvenil. Esa publicación estaba mal en todos los sentidos posibles. Difamación. Injurias y calumnias. Violación de la privacidad. Incitación al odio. Claro, no era homicidio, pero eso no significaba que no le acarrearía una larga lista de consecuencias legales.

—Basta, ya no digas esas cosas —Seokjin masajeó el puente de su nariz, un gesto que realizaba siempre que estaba reflexionando sobre algo—. Déjame pensar en lo que debemos hacer ahora.

Taehyung optó por mantenerse callado, su aura negativa y tendencias a la tragedia solo afectarían lo que sea que su hyung estuviera planeando.

Fijó su mirada en el techo, sin prestar verdadera atención a este, pues su mente divagó una y otra vez a los sucesos de las últimas horas. Jungkook regresó a sus pensamientos, como ya era habitual, y experimentó esa fuerte necesidad de hablar con él.

Si Seokjin no hubiera retenido su teléfono, alegando que era lo mejor para él —y sus decisiones impulsivas—, Taehyung habría intentado llamarlo. Aunque supiera que era inútil, su corazón no quería rendirse con Jungkook; lo amaba, eso era todo en lo que anhelaba creer.

—Lo tengo —murmuró luego de unos minutos.

Taehyung lo miró con menos interés del que hubiera deseado. No rendirse sobre Jungkook era una cosa, hacerlo sobre su futuro académico era otra.

—¿Qué cosa?

—Uno de mis estudiantes trabaja a tiempo parcial en una compañía de tecnología —contestó Seokjin, pareciendo demasiado concentrado en los planes que su mente maquinaba—. Hasta donde sé, es muy bueno con la informática y seguro querrá hacerme un par de favores a cambio de unos créditos extra.