RED - Alice in Borderland

Desquiciados

-¡Yo gane!-

Aguni ya no los soportaba mas. 

Akira y Suguru se pasaron todo el viaje hasta el centro de la ciudad peleando por quien tenia mas juegos ganados. Ni el ni Last Boss realmente sabían como llegaron ahi. Que habían hecho para merecer eso, nadie lo sabría. Para el de los tatuajes, de todas maneras, era divertido ver como las personas mas temidas de la playa podían ser tan infantiles cuando estaban juntos. 

Era en esos momentos donde extrañaba los lujos del viejo mundo.

Lo que daría por tener palomitas con él.

-Espera ¿¡Tu fuiste quien se comió mi tarta de limón!?-

Ahora Last Boss también estaba dentro de la pelea.

Niragi y Nakamoto se miraron por unos segundos en completo silencio. El chico los rebanaría en cuarenta pedazos si decían que si. Samura tenia una gran obsesión por todo lo que fuera de ese sabor. Muchas veces Akira habia entrado al cuarto de Suguru y se lo encontró sentado sobre una de alfombras, comiendo dulces a mas no poder, mientras pretendía escuchar lo que su amigo decía.

Se tomaba muy enserio sus golosinas.

-¡Fue Niragi!-

Akira salió dispara del auto luego de pronunciar esas palabras.

Casi que podía sentir los rayos laser que los ojos de Suguru disparaban a su espalda. Esperaba que sobreviviera a la ira de Last Boss. Pero si no lo hacia entonces se vería obligada a quedarse con su rifle. Ese que Niragi no la dejaba ni mirar. Nakamoto no veía la hora de que aceptara que ella tenia mejor puntería.

Aun cuando todos sabían que era mentira.

La primera vez que disparo sola casi le da a Aguni. El militar realmente tenia que conseguirse mejores participantes para su grupo. De lo contrario terminaría sin alguna parte de su cuerpo. Porque la paciencia realmente ya la habia perdido. Mucho tiempo atrás. 

Nakamoto y Niragi eran como dos adolescentes rebeldes e hiperactivos, que para su desgracia, estaban bajo su protección.

-Odio mi vida-

Akira escucho como su jefe dijo por lo bajo.

La morocha intento guardar la compostura. Pero termino riendo en la cara del mayor mientras este apretaba con fuerza su entrecejo. Pensó que Aguni se veía como un padre muy estresado. Y antes de que la matara ahí nomas se dirigió a la arena de juego. 

Subió por una no muy pequeña rampa sin percatarse de la gente a su alrededor. Ese pequeño error hizo que no tuviera en cuenta la presencia de Arisu a un costado. El chico en su busca de respuestas, casi tiene un paro al reconocer a Akira. Pero lo que mas lo sorprendió fue que ella también tenia una pulsera de gimnasio atada a su muñeca.

En ella resaltaba el numero 6.

"Juego: cazador de bestias"

"Reglas: Con ese tablero de referencia, trabajen juntos y derroten a las bestias de la zona"

Nakamoto vi la cartelera por unos segundos. Los animales en ella eran la mayoría terrestres. Y los que no, no tocarían ni uno de solo de sus cabellos. Por lo que su mejor oportunidad era un lugar lo suficientemente alto para no tener que encontrarse con ellos. El barco pirata sonaba bien. Aunque un poco difícil y peligroso de subir, puesto que estaba en constante movimiento.

 Cada vez mas y mas rápido.

"El juego comienza ahora"

Eso le indicaba que no tenia mas tiempo que perder. Pensó que si saltaba desde suficiente lejanía no corría riesgo de caer. Hasta que sus planes se fueron a la basura cuando dos manos se posicionaron en su cintura. 

Por un momento sintió terror. 

No por quien la estaba tomando. Sino mas bien por porque lo hacia. 

Reconociendo el perfume de Niragi, Nakamoto pensó que ese era su fin. Lo habia dejado a su suerte con Last Boss minutos atrás. Y ahora ella seria arrojada sin compasión al barco. Un grito salió de su garganta antes de aterrizar en el suelo del juego no muy elegantemente.

-¡Un pequeño aviso no viene mal!-

Suguru subió detrás sin problemas.

-¿Dónde está la diversión en eso?- dijo tranquilo -Además.. ¡Me traicionaste ahí afuera niña! ¡Pensé que tendrías mas aprecio por mi hermosa vida!-

Akira rio ante sus palabras. Mas no dijo nada y se acomodo junto a el en los asientos traseros. Cuando dijo que tenia ganas de participar, se refería a observar como todos corrían por sus vidas en un afán de vivir un día mas. 

Las personas abajo escapaban de tanta bestia que se le aparecía a un costado. Nakamoto se atrevía a decir que ellos eran las únicas personas con armas. Ella, aunque no lo parecia, casi siempre llevaba una pequeña pistola en su bota. 

Tener un rifle como el de su compañero llamaría mucho la atención. Y ella debía ser mostrada como una linda niña buena. Esas que no rompían un plato. Aun cuando ella rompía la cocina entera.

-Me aburro-

Akira se quejo en voz alta. El pelinegro frente a ella debatió seriamente su siguiente movimiento. Definitivamente no quería terminar con una bala en la frente gracias a la pésima puntería de la chica. Pero al mismo tiempo creía que era bueno que supiera como defenderse.

Es por eso que cuando sonrió de lado, Nakamoto supo que habia ganado. Sus ojos brillaron al saber que le prestaría su preciada arma. Niragi simplemente la dejo posicionarse entre sus piernas, sosteniendo sus muslos mientras ella dispara como podía al cielo. 

Cuando dijo que tenia buena puntería era mentira. 

Pero al menos esta vez los cuervos caían uno por uno. Cualquiera que los viera diría que estaban completamente desquiciados. La gente escuchaba como reían con diversión mientras jugaban un descabellado juego, disparaban al cielo y la tierra, además de charlar como si no estuvieran a punto de morir.

Desquiciados les quedaba corto.

Ese mundo se ajustaba mucho a ellos.

-¡Eso fue muy fácil!-

Habían tardado treinta minutos en completar el juego. Pero se sintió como menos. El tiempo pasaba tan rápido en algunas arenas. Especialmente si no presentaban ninguna complicación. 

El barco comenzó a bajar su velocidad hasta reducirse a nada. Seguido de eso las luces se apagaron y todo lo que una vez fue un colorido parque de diversiones, ahora no era nada mas que un lugar muerto. Niragi fue el primero en bajar y Nakamoto lo miro desde arriba con una sonrisa maliciosa antes de seguir sus pasos.

-¡Atrápame!-

Los ojos de Suguru se abrieron de golpe. Sus manos soltaron el rifle, para enviarlo directo al suelo, y sus brazos se estiraron hacia delante. Logro frenar que el cuerpo de la chica terminara en el suelo solo por segundos. Akira rio felizmente y sin ninguna preocupación. Sabia que el la atraparía de todas maneras. Niragi suspiro con fuerza cuando se separo de ella. 

Si los juegos no la mataban, él lo haría.

-Debiste ver tu cara- se rio mientras ambos caminaban al auto -Solo espera a que se lo cuente a Samura san-

-No te atreverías-

Suguru sabia que si se atrevería.