Capítulo 13

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-Si.- Contestó Emma.

-¿Puedo preguntar qué paso?- Preguntó Regina que vio como de afectaba se encontraba la rubia.

-Pasé una mala racha y comencé a beber, perdí a la única mujer que había conseguido soportarme.- Le contó brevemente a la morena.

-Me he dado cuenta de que no toma alcohol pero pensé que era por otra cosa.- Comentó Regina mirando a Emma.

-Juré que no volvería a probarlo, y hasta ahora así ha sido.- Aseguró Emma.- Sabes... creó que podríamos ser amigas, aunque en la comisaria nos odiemos.

-Sería viable.- Dijo Regina.- No quiero...no me gustaría...- Regina no conseguía decir lo que deseaba.

-Nadie en la comisaria sabrá nada, al menos por mi boca.- Contestó Emma que sabía que era eso lo que la morena quería pedirle.

-Gracias, realmente no es una situación fácil.- Dijo Regina que se limpió rápidamente una lágrima que caía por su mejilla.

El móvil de la morena comenzó a sonar estrepitosamente sobre la mesa del café, Regina se levantó y lo cogió mientras que Emma se quedaba donde mismo estaba esperando a ver que le decía la morena.

-Tranquila, mama. Estoy bien.- Dijo nada más descolgar.

-Me tenías preocupada, saliste del funeral como una bala.- Soltó Cora más preocupada que enfadada.

-Lo siento, la situación me superó. Ver como enterraban a Kathryn me mató, sentía que me estaban enterrando con ella.- Dijo Regina sabiendo que Emma estaba demasiado lejos para poder escucharla.

-Lo entiendo, cariño.- Dijo entonces Cora.- ¿Quieres que vaya para allá con Henry?- Preguntó la mujer.

-Mejor espérame en el hotel, te ayudo a recogerlo todo y pago la cuenta.- Contestó Regina mirando a Emma.

-Está bien, aquí te espero.- Contestó ella.

Regina colgó y dejó su móvil, tenía que despedir a Emma y darse una ducha para ir a buscar a su madre y a su hijo. Emma la esperaba pacientemente sentada en la cocina.

-Tengo que marcharme.- Dijo entonces Regina llegando donde estaba ella.

-Claro, claro...- Contestó Emma levantándose precipitadamente. – Me marchó ya.

-Gracias por todo.- Dijo entonces la morena acompañándola hacía la puerta.

-No tienes que darlas, cualquier cosa que necesite solo avíseme.

Emma se despidió y llamó a un taxi para marcharse a su casa. Estaba tan confundida que necesitaba darse un buen baño para poder relajarse y pensar con perspectiva.

Regina por su parte se dio una ducha rápida y después de ponerse una cómoda ropa se marchó hacía el hotel a recoger a su madre y a su hijo. Su corazón seguía sangrando pero sabía que tenía que seguir adelante, que su hijo la necesitaba y que debía de estar allí para él.

-¿Mama?- la llamó al llegar a la puerta de su habitación del hotel y encontrársela abierta.

-Pasa, cariño.- Dijo ella.

-Hola.- Saludó Regina.- ¿Qué haces aquí, Kate?- Preguntó mirando como la mujer lloraba mientras acunaba al niño.

-Yo la he traído, estaba muy mal y no quería dejarla sola.- Contestó entonces Cora.

-Está bien, voy a hablar con ella. ¿Puedes ir a pagar la cuenta del hotel?-Preguntó dándole su cartera a su madre.

-Claro.- Cora cogió a Henry en sus brazos y se marchó para dejarlas a solas.

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora