-¿Familiares de Emma Swan?- Preguntó el médico entrando en la habitación.
-Nosotros.- Casi gritó Regina acercándose al médico. -¿Cómo está? ¿Puedo verla? ¿Está consciente?- Preguntaba muy alterada.
-La señorita Swan está bien, tiene un fuerte golpe en la cabeza que le provocara un poco de malestar unos días. Tienes tres cortes en los brazos que cicatrizaran pronto. Lo más grave en que tiene una costilla rota, lo que hará que este en cama al menos durante un mes.- Concluyó el hombre y todo los que allí había respiraba tranquilos.
-¿Dónde está?- Preguntó Mary Margaret.-¿Podemos verla?- Preguntó de nuevo.
-Claro que sí, no ha querido venir hasta que una de nuestras enfermeras le ha cortado el pelo.- Contestó él que no entendía muy bien lo que sucedía.
-¿Cortarle el pelo?- Preguntó Graham que había estado callado todo el rato.
Regina en ese momento recordó el paquete, como en él iba casi toda la coleta de Emma. Luego la imagen de Emma forcejeando con los médicos y su abrazo, la rubia llevaba el pelo bastante por encima de sus hombros.
-Pregúntele a la señorita Swan.- Dijo el médico saliendo de allí.
Todos se miraron sin entender nada, aunque muy contentos al saber que la rubia estaba perfectamente. Unos minutos después unas enfermeras entraron empujando la camilla en la que Emma venía tumbada.
Regina fue la primera en acercarse a ella, sus ojos se cruzaron y una sonrisa nació en ambas. La morena acarició suavemente el cuerpo de Emma para comprobar que realmente era ella y que estaba a su lado.
La rubia llevaba el pelo corto, pero muy bien arreglado. Al parecer la enfermera había hecho un buen trabajo. Emma no deseaba que al volver a la habitación la encontrasen toda llena de sangre y con el pelo cortado a tijeretazos por lo que había hablado con las enfermeras y por suerte una de ellas tenía conocimientos en peluquería.
-¿Cómo estás?- Preguntó entonces Graham al ver que nadie hablaba, solo se dedicaban a abrazar y besar a la rubia.
-Jodidamente bien.- Contestó Emma chocando su puño con su amigo.- ¿Me sienta bien el cambio de look?- Preguntó entonces la rubia.
-Estas completamente loca, Swan.- Dijo abrazándola con cariño.
-Emma, siento interrumpir todo esto. Sabes que me alegró que estés bien pero necesito que me cuentes que ha pasado.- Habló Killian.
-¿No puede hacerlo después?- preguntó Mary Margaret algo molesta.
-Tranquila mama.- Dijo Emma.- Te doy la dirección donde me tenía secuestrada, allí encontraras al fiscal. Luego prometo contártelo todo.
Killian asintió y tras recibir la dirección salió de la habitación acompañado por Graham y Henry que querían dejarte un poco de espacio a la familia.
-¿Mama? ¿Qué haces ahí sentada?- Preguntó Emma sorprendida.
-Me desmayé cuando... cuando...- Sus palabras no eran capaces de salir.
-Cuando llegó el paquete con tu pelo.- Contestó David enjuagando una lágrima que caía por su mejilla.
-Os voy a dejar solos.- Dijo Regina que por un momento se sintió sobrando allí.
-Claro que no.- Soltó Emma levantándose precipitadamente.- Mama, papa, esta es Regina Mills, la futura madre de mis hijos.- Espetó la rubia sin pensarlo demasiado.
-¿Qué?- Preguntó Regina asombrada.
-Exactamente eso, Regina. ¿Te quieres casar conmigo?- Preguntó Emma.- No hoy, no mañana, no pasado mañana. Cuando estemos preparadas, pero hoy, estando encerrada, viendo como la vida pasaba delante de mí, me he dado cuenta que no tengo tiempo que perder, mucho menos teniendo una mujer tan increíble como tú a mi lado.- Dijo y sus padres comenzaron a llorar pero ahora de felicidad.- Prometo pedirle la mano a tus padres, comprarte un anillo, llevarte a cenar y después dar un paseo en barco, y allí a la luz de la luna arrodillarme delante de ti y pedirte como es debido que seas mi esposa. Que me elijas a mí por encima de cualquier otra mujer, que me dejes cuidar de Henry contigo, que... que firmemos un pacto, un pacto que diga que seremos felices.- Concluyó con sus ojos embargados de lágrimas.
-Yo ya te he elegido, Swan.- Aseguró Regina que se olvidó de los padres de Emma para acercarse a ella y besarla con pasión.-En cuanto a la boda, vayamos poco a poco.- Susurró entonces esta.
Mary Margaret y David comenzaron a aplaudir, estaban tan encantados con la situación que no pudieron esconderlo ni un segundo. David se acercó a Regina y la abrazó con cariño, Mary Margaret hizo lo mismo.
-Bienvenida a la familia.- Dijo la morena mayor.
-Gracias.- Contestó Regina quitándose las lágrimas de sus ojos.
-Aun no me has dicho nada de mi nuevo look.- Soltó provocando las carcajadas del resto.
-Creo que me gustas más con él largo pero podré superarlo.- Aseguró picando a la rubia que sonrió también.
-¿Qué?- Preguntó Emma siguiendo la broma.- Eso ha dolido, Mills.- Añadió sonriendo.
David y Mary Margaret se miraron y sonrieron. Se dieron cuenta de que estaban de más en esos momentos y decidieron marcharse.
-Nosotros vamos a firmar el alta de tu madre.- Dijo David.- En un rato regresamos.
Los dos se marcharon después de despedirse de ambas. Emma se recostó de nuevo en la cama y Regina se giró para mirarla a los ojos.
-No me vuelvas a dar un susto así.- Soltó Regina sentándose al borde de la cama.
-Lo intentaré.- Contestó Emma.- Lo he matado...- Susurró la rubia.
-¿Qué?- Preguntó Regina que no había escuchado lo que Emma le decía.
-Lo he matado...- Repitió algo más fuerte.
-¿Al fiscal?- Preguntó Regina y Emma asintió.
-Sí, le clave...le clavé una estaca en el estómago.- Contestó Emma.
-Fue en defensa propia, mi amor.- Aseguró Regina besando cariñosamente los labios de la rubia.- Ese hombre te secuestró, no quiero que lo pienses más.- Pidió besando la mandíbula de la detective.
-Lo sé.- Contestó Emma sin más.- ¿Vosotros estáis bien?- Preguntó la rubia.
-Muy bien, ahora que estas aquí.- Contesto Regina.- No sé qué hubiese hecho si te hubiese pasado algo malo.- Confesó.
-Nada me pasó porque vosotros fuisteis mi fuerza.- Aseguró Emma.
-Te amo.- Dijo Regina.
Antes de que pudiese contentar la puerta sonó y una enfermera llegó con una gran bandeja de comida. Emma se lo agradeció pero miró a la morena con cara de disgusto.
-Te compraré algo en la cafetería.- Dijo Regina que se sabía dominada por esa rubia.
-Gracias, nena.- Contestó Emma con una sonrisa triunfadora en la cara.
Emma se quedó sola unos minutos y lo aprovechó para pensar en todo lo que había sucedido, en todo lo que había tenido que pasar pero en el fondo no podía negar que había merecido la pena si el final era acabar al lado de esa hermosa mujer.
Su vida había cambiado y para bien. Ahora tenía una familia que cuidar y proteger pero sobre todo a la que amar y que la amaban de igual forma.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente amor
FanfictionRegina Mills está viviendo los peores momentos de su vida, todo parece desmoronarse a su alrededor y en ese momento encontraran a Emma Swan, quién se convertirá en un pilar fundamental en su vida.