Cora y Henry llegaron unos segundos después al lado de su hija. El hombre mayor le tendió a Henry junior a Cora que lo cogió en brazos con el tiempo justo para que Henry pudiese evitar que su hija cayese de rodillas al suelo.
-¿Qué pasa?- Preguntó Henry sentándose en el suelo con Regina entre sus piernas.
La morena no podía contestar, solo lloraba copiosamente mientras miraba lo que tenía entre las manos. Henry lo cogió y lo miró viendo la foto de la rubia además de una nota con una amenaza para Regina.
-Vamos a llamar a la policía- Dijo Henry intentando levantar a su hija sin mucho éxito.- Vamos, mi amor, necesito que me ayudes.- Pidió al oído de la morena.
Cora seguía de pie sin entender nada pero no incapaz de preguntar por miedo a lo que pudiese pasar o a lo que pudiesen decirle. Henry levantó a Regina como pudo y la llevó hasta el sofá, una vez allí él mismo cogió el teléfono y llamó a la policía.
-¿Qué pasa?- Preguntó ahora Cora que había dejado al pequeño en el parque.
Henry solo le tendió el sobre mientras que él seguía hablando por teléfono, al saber que las implicadas eran dos agentes estos acudirían rápidamente al lugar. El hombre agradeció al agente y colgó para volver a sentarse al lado de su hija que ya era abrazada por su mujer.
-Regina, mi amor.- Decía Henry.- Tienes que ser fuerte, Emma va a luchar. Y nosotros también lo haremos. Haremos que esté bien y que no le suceda nada.- Aseguró él.
-¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué otra vez?- Repetía Regina sin poder evitar que las lágrimas cayesen por su cara.
Henry y Cora no sabían que decirle, las palabras de consuelo no servían en esos momentos. Nada podía consolar a la morena que volvía a sentir la sensación de perdida cuando se estaba enamorando de nuevo.
Media hora después la casa de Regina estaba llena de policías, detectives y agentes. Graham, Killian, Cassidy y todo un equipo analizaban lo sucedido mientras preguntaban a toda la gente que había en los alrededores si habían visto algo.
-Capitán Mills.- La llamó Killian acercándose a ella.
-¿Tiene algo?- Preguntó esta.
-Aun no, necesitamos su declaración.- Contestó él.
-Está bien.- Regina tomó una gran bocanada de aire y comenzó a narrarle todo.- Cuando me levante esta mañana Emma no estaba, al bajar a la cocina me encontré con esa nota que ve ahí...- En esos momentos le daba igual quien pudiese enterarse de su relación con la rubia.- Después he escuchado el timbre y al ir a abrir no había nadie... entonces he visto ese sobre.- explicó entonces Regina.
-Está bien. Ya hemos dado la orden de búsqueda y estamos patrullando los alrededores.- Soltó el hombre intentado consolar a Regina sin demasiado éxito.
-¿Hay huellas en la nota o en la foto?- Preguntó la morena.
-Están analizándolas aún.- Contestó él revisando su móvil.
-Ha sido el fiscal.- Aseguró Regina.
-Lo sabemos, pero sin pruebas no podemos hacer nada más. Además de que la prioridad es encontrar a Emma, lo demás no es importante.- Aseguró Killian.
-Mantenedme informada.- Dijo Regina dirigiéndose hacía su padre.
Killian se reunión con Graham que estaba revisando la casa y los alrededores en busca de alguna prueba.
-Amor.- Dijo Killian al oído del moreno.- Tienes que relajarte, no te hace bien estar así.- Aseguró él abrazándolo para consolarlo. Sabía la relación tan especial que tenía con Emma.
-Es como mi hermana, Kill. Si le pasa algo...- Decía dejándose consolar por su novio.
-No le va a pasar nada, ella es un hueso duro de roer. Además tiene a toda la ciudad buscándola.- Aseguró entonces el hombre.
-Gracias.- Murmuró para después dejar un beso sobre sus labios.
Su relación había dejado de ser un secreto un tiempo atrás cuando Killian después de un operativo en el que Graham casi resulta herido lo beso delante de toda la comisaria. Por suerte para ambos Regina estaba demasiado ocupada para prestarle atención a ese hecho, además de que eran sumamente profesionales dentro de la comisaria.
-Tengo que llamar a los padres de Emma.- Dijo Graham separándose de Killian.
-Yo lo haré.- Dijo Regina que había contemplado parte de la escena sin querer, ella simplemente había salido a tomar un poco el aire cuando los había visto.
-Capitán... esto...- Graham se puso nervioso. No quería perjudicar el más que posible ascenso de Killian.
-Yo no he visto nada, detective.- Aseguró Regina que no iba a entrar en eso de momento.
-Gracias.- Dijeron los dos a la vez.
Regina entonces se alejó y sacó su móvil, en él tenía guardado el número de David. Tras varios minutos mirando su pantalla se decidió a marcar.
-David Swan.- Dijo él acostumbrado a contestar así cuando era policía.
-Soy Regina, Regina Mills.- Dijo con la voz entrecortada.
-Hola, Regina. ¿Qué tal?- Preguntó él de manera desenfada aunque sorprendido por la llamada de la morena.
-David, necesito que venga a mi casa.- Contestó Regina intentando contener las lágrimas.
-¿Qué ha pasado? ¿Emma está bien?- Preguntó él sintiendo como su corazón abandonaba su pecho.
-Ella... ella...- Las palabras no salían de su boca.- La han secuestrado.- Contestó rompiendo ahora sí a llorar.
-No puede ser... no me lo puedo creer.- Decía le hombre bastante perturbado por la situación.
-Venga a mi casa, por favor. Aquí se lo explicaré todo.- Aseguró está intentando dejar de llorar.
-Voy para allá.
Regina colgó el teléfono y se quedó un rato llorando mientras veía a los agentes ir y venir, sabía que debía de hacer algo. Sabía que debía de buscar a Emma igual que ella había hecho con Henry pero la perdida de Kat volvió a su mente, volvía a sentir ese vacío y ese dolor en su interior que apenas acababa de cicatrizar.
Cuando los Swan llegaron fue ella la que se encargó de explicarles todo, sentía que era su obligación, su deber hacerlo. Se sentía culpable, no debía de haber dejado que Emma se alejase de ella, y aunque no estuviese al tanto de lo que Emma iba a hacer sentía que tenía que haberlo evitado.
Mary Margaret era la que estaba peor de los dos, la mujer estaba inconsolable y hasta que no llegó un médico y le suministro un sedante no se quedó más tranquila. Cora se quedó encargada de velar de ella y de Henry junior mientras los demás se pusieron manos a la obra para poder encontrar a Emma.
Regina movió cielo y tierra para tener el mayor número de agentes disponibles para esa misión, además de que había recibido todas las grabaciones de las cámaras de los alrededores para intentar seguir los pasos de Emma. Graham y Killian fueron los encargados de volver sobre los pasos de la rubia e ir interrogando a todas las personas que se cruzasen por el camino.
Muchas gracias por la paciencia y la comprensión, me gustaría poder actualizar más seguido, pero ahora mismo no puedo hacerlo. Espero que os guste el capítulo.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente amor
FanfictieRegina Mills está viviendo los peores momentos de su vida, todo parece desmoronarse a su alrededor y en ese momento encontraran a Emma Swan, quién se convertirá en un pilar fundamental en su vida.