Capítulo 20

829 107 8
                                    

Emma había pasado esos seis meses sin tener ninguna noticia de la morena. Durante las primeras semanas las ganas de escribirle o ir a buscarla eran infinitas pero por suerte Graham estaba ahí para aplacar esas ideas de la rubia. No debía de ir arrastrándose detrás de una mujer que la había tratado así.

Por suerte esa obsesión se aligeró cuando conoció a Lily, esa mujer había conseguido aliviar un poco esa obsesión insana que tenía con Regina. Aun así al volver a verla se dio cuenta de que seguía mucho más enganchada de lo que había imaginado.

-¿Swan?- Preguntó Graham mirando a su amiga que se había quedado embobada mirando su café.

-¿Qué?- Preguntó ella levantando la cabeza.

-¿Estas bien? Te noto perdida.- Contestó él preocupado.

-Sí, tranquilo.- Aseguró Emma aunque no era del todo verdad.- Me ha afectado volver a verla, solo eso.- Añadió para intentar calmar el nerviosismo de su amigo.-Vamos a seguir, he quedado con Lily esta noche.

-Yo también quiero irme temprano, tengo que ayudar a Killian con la mudanza.- Dijo él sentándose en frente de la rubia.

-Si necesitáis ayuda solo tenis que decirlo.- Aseguró Emma.

-Tranquila, tú disfruta de tu cita.- Contestó Graham.

Emma solo asintió y se puso a revisar todos los documentos que había sobre el caso del fiscal. Killian había salido con Cassidy para empezar a investigar por otros lados mientras que a ellos les había tocado el papeleo.

Graham y Emma se enfrascaron en los papeles, cada uno se iba pasando los documentos del otro por si se les había pasado algo pero no encontraban nada. Al menos nada que les fuese útil a ninguno.

-¿Quieres un café?- Preguntó Graham quitándose las gafas de leer.

-Gracias.- Dijo Emma sin levantar la cabeza del expediente del florense.

La rubia estaba tan metida en los papeles que no había escuchado su móvil sonar, fue Graham quién la sacó de su ensimismamiento.

-Tú móvil va a salir ardiendo.- Comentó dejándole una taza de café en su mesa.

-No me había dado cuenta.- Dijo ella cogiendo el aparato en sus manos.- Es Lily, supongo que estará aburrida en la oficina.- Añadió abriendo el mensaje.

Graham no dijo nada más. Simplemente le sonrió a su amiga, sabía que seguía sintiendo cosas por Regina pero Lily había conseguido aliviar todo ese malestar que la había acompañado durante unas semanas.

-Tengo una reserva en un hotel precioso a las afueras de la ciudad.- Emma leyó el mensaje y sonrió, esa mujer estaba completamente loca y la adoraba por ello.

-Sabes que mañana trabajo, ¿Verdad?-Le preguntó más para picarla que por otra cosa.

-Prometo dejarte en la puerta de la comisaria puntual, aunque dile a tu jefe que no te ponga tareas difíciles porque no te voy a dejar dormir en toda la noche.- Emma alargó su sonrisa al leerlo. Ese día hacía cinco meses que había empezado a salir y ella se había empeñado en hacer algo especial ese día en lugar de esperar al fin de semana como Emma tenía pensado.

-¿Quieres que le diga a mi jefe que no puedo trabajar porque voy a pasar la noche haciendo_____ (¿Qué se supone que vamos a hacer?)?- Emma contestó buscando provocar a Lily.

-¿Te doy unas clases?-Preguntó ella.- Por qué anoche sabías muy bien lo que íbamos a hacer- La picó Lily.

-¿Es eso lo que vamos a hacer? Interesante. Ahora vete a trabajar, o al menos déjame concentrarme a mi si quieres que salga temprano.- Contestó Emma con varios emoticonos acompañando el mensaje.

Emma dejó el móvil y volvió al trabajo, quería salir cuanto antes de allí, no podía negar que haber visto a Regina esa mañana le había afectado pero se había propuesto a si misma superarlo y dejarlo atrás y eso iba a hacer. Costase lo que le costase.

-Hola, chicos.- Dijo Killian que había entrado junto con Cassidy a la comisaria.

-Hola, jefe.- Contestó Emma, Graham simplemente le sonrió. Aunque el resto de la comisaria no estaba al tanto, Cassidy y Emma si había sido informados de la nueva relación entre los dos.- ¿Cómo ha ido? –Preguntó entonces Emma.

-Nada nuevo. ¿Vosotros?- Preguntó entonces Killian.

-Nada, estos expedientes no llevan a ningún sitio. Si poder hacer un registro en las casas y la oficina del fiscal no podremos avanzar.- Dijo entonces Graham.- El arma tampoco aparece...- El hombre parecía frustrado.

-Iros a casa, estamos cansados y estoy seguro que así no conseguiremos nada.- Aseguró Killian.

-Te tomo la palabra, mi adorada hija no me ha dejado dormir en toda la noche.- Dijo Cassidy saliendo tras despedirse de ellos.

-Yo también me marcho.- Contestó Emma que estaba recogiendo todo lo que tenía puesto en su escritorio.

-Bajamos contigo.- Dijo Graham mirando a Killian que solo asintió.

Los tres se subieron al ascensor, eran algo más de las seis de la tarde pero necesitaba descansar. Llevaban unas semanas demasiado intensas con ese caso. Los tres se dirigieron al aparcamiento.

-Si necesitáis ayuda con esa mudanza solo tenéis que decírmelo.- Dijo entonces Emma que estaba apoyada contra su coche.

-Tranquila, Swan. Tú vete a descansar, también lo necesitas.- Aseguró Killian adelantándose a Graham.

-Además no creo que a Lily le haga gracia que canceles la cita.- Soltó su amigo dándole un abrazo cariñoso.

-¿Es eso? O...- Una mirada pícara le dirigió a los dos.- ¿Queréis quedaros solos?- Preguntó.- Podéis decirlo, no me enfado.- Añadió picando a sus amigos. Desde que habían empezado a salir, Killian se había acercado más a ella.

-Venga, tira.- Le regañó Graham subiéndose al coche con Killian que no había dicho nada al respecto.

Emma sonrió y se subió en su coche para marcharse. Cuando estaba arrancando para irse pudo ver a la morena salir de la comisaria, Regina se dirigía hacía su coche hablando por su móvil, Emma se quedó mirándola fijamente.

No podía negar que seguía sintiendo una fuerte atracción por ella, y sabía que no era algo físico solamente sino que había mucho más pero tenía que alejarse. Tenía que evitar sufrir, más teniendo en cuenta la personalidad de la morena.

El móvil de Emma sonó y vio un mensaje de Lily, la estaba esperando ya en su casa por lo que simplemente siguió su camino dejando atrás a Regina que parecía no haberla visto.

Al llegar a su casa aparcó el coche y se bajó de él con cierto malestar. No quería pensarlo y no quería darle vueltas pero no conseguía evitarlo. Emma subió y se encontró a Lily sentada en su sofá con un precioso traje de chaqueta negro y su pelo recogido en un moño suelto.

-Hola.- Dijo Emma dejando su chaqueta y sus llaves para sentarse a su lado.- Estas preciosa.- Aseguró entonces la rubia.

Lily solo sonrió y se acercó a Emma para juntar sus labios. La rubia respondió al beso con gusto, es cierto que no sentía lo mismo que por Regina pero Lily le gustaba y le aportaba muchas cosas.

-Sí me sigues besando juro que no vamos a ningún sitio.- Dijo entonces Emma.

-En ese caso ve a vestirte. Aquí te espero.- Soltó Lily dándole una palmada en el culo.

Emma entró en su dormitorio y después de una ducha rápida se colocó también uno de sus mejores trajes y salió para encontrarse a Lily enganchada al móvil, como era bastante habitual.

-Tienes una dependencia demasiado alta de ese aparato.- Le regañó Emma en broma.

-No te preocupes, esta noche no voy a tener tiempo para nada. Te lo aseguro.- Soltó en tono coqueto.- Ahora si me disculpas, tengo que llevar a mi preciosa novia a nuestra cita.- Dijo levantándose para coger la mano de Emma y salir de allí.

Emma sonrió y salió con ella de su apartamento. No sabía lo que Lily había preparado, ni siquiera cuál sería su regalo pero ella había reservado un fin de semana romántico. 

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora