Capítulo 24

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Graham y Emma llegaron unos minutos después a la casa de la morena. Varias patrullas de policía habían llegado para hacerse caro de la situación. Al parecer Henry había llamado al no recibir respuesta del móvil de su hija.

-Detective Swan.- Dijo enseñando su placa al hombre.- Trabajo con su hija.- Le explicó ella.

-¿Dónde está? ¿Está bien? –Preguntó Cora que había intervenido en la conversación.

-Ha sufrido un ataque de nervios y se ha desmayado pero un médico esta con ella, ahora lo primordial es encontrar a su hijo.- Contestó Emma centrada en su trabajo.- ¿Qué ha pasado?- Preguntó mirando al hombre que parecía el más calmado de los dos.

-Cuando hemos llegado para quedarnos con él hemos encontrado la puerta entreabierta, y Aurora, la niñera de Henry, estaba en el suelo con sangre en la cabeza. Hemos ido a buscar al niño pero no lo hemos encontrado.- Contó Henry que seguía sin poder parar de llorar.

-¿Dónde está la niñera? –Preguntó Emma mientras que Graham hacía una supervisión rápida de la casa.

-La ambulancia se la ha llevado.- Contestó él.

-Vale, necesito que le cuente todo con el máximo de detalles posibles a este agente.- Dijo llamando a un hombre.- Cualquier cosa puede ser de ayuda, desde un coche extraño por la zona hasta una persona que le resultase sospechosa, todo.- Soltó Emma que ya se iba a reunir con Graham.- ¿Qué tienes?- Preguntó llegando a su lado.

-Hay una huella parcial, la cotejaremos por si podemos sacar algo. He preguntado a los agentes y los vecinos no han visto ni escuchado nada.- Contó Graham que seguía a Emma hacía la calle.

-Tenemos que encontrarlo, cuanto antes.- Soltó Emma.

La rubia volvió a la casa para echar otro vistazo antes de irse al hospital para interrogar a la niñera. El teléfono fijo que allí había comenzó a sonar estrepitosamente.

-¡Silencio!- Gritó entonces Emma para que todos los agentes que allí había no dijesen nada.- Señora Mills, coja el teléfono puede ser el secuestrador. Ponga el manos libres en cuanto pueda.- Todos los agentes se quedaron en silencio.- Todos fuera.- Gritó antes de que ella cogiese el teléfono.- ¿Me ha entendido? –Le preguntó mirándola y ella solo asintió.

-Dígame.- Contestó Cora que no podía dejar de llorar.

-¿Regina Mills?-Preguntó una voz distorsionada.

-No, soy su madre. ¿Quién es? ¿Tiene a mi nieto?- Preguntó muy alterada. Emma colocó su mano sobre el hombro de la mujer para que se calmase.

-Señora Mills, debería recomendarle a su hija que deje en paz al fiscal Doyle.- Dijo el hombre muy seguro.- Tal vez así consiga volver a ver a su hijo.- El hombre colgó pero antes se escuchó al niño llorar por detrás.

-¡NO!- Gritó Cora que estuvo a punto de golpear el teléfono.

-Cálmese, lo encontraremos. Se lo juro.- Dijo entonces Emma mirándola fijamente.

Cora se levantó y se abrazó a Henry que también lloraba. Los dos se sentaron en el sillón mientras que los agentes se movían por la casa buscando algo que pudiese ser de ayuda.

-Pinchad el teléfono. Graham tú te quedas aquí y lo supervisas todo, yo iré a ver a la niñera al hospital. – Dijo entonces Emma mirándolo.

-Está bien pero ten cuidado.

Emma salió de allí y justo antes de arrancar pudo ver una cámara de tráfico a tan solo unos metros de la casa de la morena. La rubia cogió su móvil.

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