Capitulo 23

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Regina se encontraba bastante alterada, haber visto a Emma besándose con esa mujer a la entrada de la comisaria no le había sentado bien y no sabía por qué. Aun así intento centrarse en su trabajo, quería terminar cuanto antes para poder volver a su casa y ver a su hijo.

Estaba recogiendo las últimas carpetas que iba a archivar cuando la puerta de su despacho sonó. Regina dejó lo que estaba haciendo y se dirigió a abrir la puerta, tras ella se encontraba Killian y Emma.

-¿Qué sucede?- Preguntó Regina.

-Hemos detenido a Doyle, Emma encontró en un cuarto secreto de su casa una camisa llena de sangre.- Contestó entonces Killian.

-Espero que la sangre sea de su mujer porque si no podéis meteros en un lío.- Espetó entonces ella.

-Nos ha engañado, o lo ha intentado.- Dijo entonces Emma. Regina no había escuchado su voz desde que había vuelto al trabajo y esta era mucho más dura de lo que recordaba. –Ha confesado que la sangre era de su mujer porque él la había encontrado pero en su declaración dijo que no había tocado ni se había acercado al cuerpo, que simplemente había llamado a la policía.- Añadió entonces ella.

-En ese caso tenemos algo de lo que agarrarnos.- Contestó Regina.- el forense dijo que había sido golpeada con algo así que es necesario buscar el arma.

-Estamos en ello, hemos puesto a los agentes a revisar los contenedores de los alrededores y a inspeccionar de nuevo la casa. Si hay algo lo encontraremos.- Aseguró entonces Killian.

-Muy bien. Mantenedme informada, ahora podéis iros a casa.- Soltó Regina cogiendo su bolso para marcharse.

Emma simplemente se giró y se marchó junto con Killian, no quería cruzarse con Regina más de lo necesario. Una vez que terminó de recoger sus cosas se encontró con Graham y salieron juntos.

-¿Cómo te vas?- Preguntó entonces él.

-Llamaré un taxi.- Contestó Emma.

-Te podemos acercar.- Dijo Graham seguro.

-No os preocupéis pasare por casa de mis padres antes de irme al casa.- Aseguró la rubia.- Vosotros iros y disfrutad.

-Como quieras.- Soltó su amigo mirando a Killian que ya lo estaba alcanzando en el aparcamiento.

Los dos hombres se marcharon mientras que Emma sacaba su móvil para llamar el taxi. Antes de poder hacer la llamada la morena apareció por la puerta cargando su bolso y su maletín, Emma no pudo evitar mirarla. Ese cuerpo enfundado en ese ajustado vestido solo provocaba aún más a Emma.

Emma se alejó un poco y comenzó a marcar el número, quería evitar cualquier contacto con la morena. Regina no se había dado cuenta de que había sido observada por Emma, tenía su mirada fija en su coche.

Cuando llegó a él se dio cuenta que una de sus ventanillas estaba rota, y que todas las carpetas que en él llevaba habían desaparecido. Regina miró alrededor con su arma en la mano, estaba prácticamente segura de que se trataba de un robo y que no iban a atacarla pero prefirió asegurarse.

Tras un breve reconocimiento intentó abrir la puerta para poder ver que se habían llevado y que había sucedido realmente.

-¡Joder!- Gritó ella provocando que Emma se girase para mirarla. Su mano soltaba un poco de sangre.

Emma se acercó rápidamente y se quedó mirando la mano llena de sangre además del cristal completamente roto.

-¿Qué pasa?- Preguntó la rubia que había sacado un pañuelo blanco de su bolsillo.

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora