Capítulo 42

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Emma se estaba terminando de vestir para volver al trabajo mientras que Regina se ajustaba de nuevo sus pantalones. Las dos tenían una gran sonrisa en la cara, en el momento en el que Emma se ajustaba su coleta Henry comenzó a llorar.

-Ven aquí, diablillo.- Dijo entonces Emma cogiéndolo en sus brazos.

-Está un poco aburrido.- Comentó Regina que se acercó a los dos.

-Eso es porque yo no he jugado con él en todo el día.- Dijo en tono infantil la rubia que lo mecía haciendo que dejase de llorar.- Me lo llevo, daré una vuelta y te lo traigo.-Aseguró Emma y la morena solo asintió. Sabía que Henry no estaría en mejores manos que en las de la rubia.

-¡Swan!- Espetó Regina cuando esta estaba a punto de salir por la puerta.

-¡Qué susto!- Casi gritó Emma llevándose su mano libre al pecho. ¿Qué pasa?- Preguntó mirando fijamente a Regina.

-Llevas toda la cara llena de pintalabios.- Contestó Regina.

Emma negó con la cabeza y sonrió para después limpiarse los labios, cuando recibió el visto bueno de Regina abandonó el despacho con el pequeño en sus brazos. Este miraba a su alrededor mientras manoteaba.

Todos los policías que se cruzaban con la rubia le sonreían y le hacían una carantoña, eso provocaba que el pequeño estuviese muy entretenido y que no llorase más. Emma fue a la cafetería de la comisaria y tras pedir dos cafés esperó a que se los llevase.

-¿Cariño?- La llamó David que entraba en la cafetería.

-¿Papa? ¿Qué haces aquí?- Preguntó levantándose para darle dos besos.

-He venido a ver como estabas y como estaba marchando la investigación.- Contestó el.

-No hay ninguna novedad.- Comentó ella mientras que su padre jugaba con el niño.

-Ese tipo no debe salirse con la suya.- Espetó él cabreado.

-¿Y mamá?- Preguntó cogiendo la bandeja con los dos cafés.

-Te ayudo.- Dijo él cogiéndolos.- Se ha quedado con su amiga Sara, querían tener una tarde de chicas.- Comentó él.

-Vale, no la dejes mucho tiempo sola...- Aseguró entonces esta.

-No te preocupes, no lo haré.- Contestó David pidiendo a Emma que le dejase coger al niño.

Ambos se intercambiaron, Emma cogió los cafés mientras que David llevaba al niño. Los dos seguían charlando mientras subían por el ascensor, el hombre estaba francamente preocupado por su hija y no quería dejarla seguir con el caso, aunque por desgracia eso ya no estaba en sus manos.

-¿Cómo te va con Regina?- Preguntó cuándo llegaron a la zona de descanso que había en la planta donde Emma tenía su mesa.

-¿Papa?- Preguntó Emma sin entender nada.

-Venga, cariño. Que nos conocemos, ambos tenemos la misma mirada cuando estamos con la persona que nos mueve todo por dentro.- Soltó él provocando una carcajada en Emma.

-Eres un cursi.- Espetó está jugando con las manos del pequeño.- Vamos muy bien, ella aún está un poco recelosa con nuestra relación pero poco a poco mejoramos. Aunque aún no lo sabe nadie en la comisaria, bueno... lo sabe Graham y Killian pero ellos no cuenta.- Aseguró Emma.

-Me alegro mucho por ti, cariño.- Dijo el hombre con una gran sonrisa en la cara.- Deberías de decírselo a tu madre.

-¿Mama no lo sabe?- Preguntó entonces Emma.

-Lo supone pero como siempre ella es menos suspicaz...- Contestó él.

-Hablaré con ella, pero primero necesito acabar con todo esto. Necesito que ellos estén a salvo y después de eso haré todo como es debido.-Argumentó Emma.

-Lo entiendo y me parece bien... simplemente ten cuidado.- Dijo su padre dándole al pequeño que le echaba los brazos a Emma.- Ahora tengo que irme, voy a recoger a tu madre.

-Está bien, te llamaré para mantenerte informado.- Dijo Emma cogiendo a Henry para después darle un beso en la mejilla a su padre que correspondió al gesto.

Emma cogió el café de Regina que aún seguía caliente y se dirigió al despacho donde la morena se encontraba trabajando. Al tocar a la puerta la morena se sobresaltó pero dio paso. Emma entró con una gran sonrisa en su cara, el café en una mano y Henry en su brazo jugando con la correa de la pistola de la rubia.

-Te he traído café.- Dijo alzando el vaso.

-Gracias.- Contestó Regina levantándose para acercarse donde estaba la rubia. - ¿Cómo se ha portado?- Preguntó mirando a su hijo que estaba encantado en los brazos de la rubia.

-De maravilla, hemos dado una vuelta y he hablado con mi padre que ha venido a ver cómo íbamos.- Contestó Emma.

Antes de que Regina pudiese contestar el móvil de Emma sonó. La rubia lo sacó del bolsillo de atrás de sus vaqueros y miró el remitente, era Graham.

-¿Qué ha pasado?- Preguntó sin rodeos.

-Han visto al fiscal en un mercedes blanco, necesito que des el aviso a todas las unidades y que pongas el coche en busca y captura.- Dijo el hombre agitado.

-¿Dónde estáis?- Preguntó Emma tendiéndole a Regina a su hijo con cuidado.

La morena le pidió varias veces que pusiese el altavoz pero esta se negó, no quería que Regina oyese. Emma se alejó un poco pero la morena la siguió y se colocó detrás, necesitaba saber lo que le estaban diciendo a la rubia.

-Eso da igual... haz lo que te digo. Hay varias unidades siguiendo el coche.- Soltó Graham que estaba perdiendo la paciencia.

-Lo haré pero me quiero unir a vosotros.- Espetó Emma cabreada.

-¡Swan!- Casi gritó Regina negando con la cabeza, había escuchado lo suficiente para saber lo que estaba sucediendo.

-Está bien... mantenedme informada.- Pidió entonces Emma colgando el móvil.

Emma se giró y miró a los ojos de Regina que mostraban el enfado y el disgusto por la actitud irracional de la rubia. Emma sabía que no debía de salir sin un compañero y que no debía hacer ninguna tontería pero era superior a ella, ese hombre había atentado contra la vida de Henry.

-Voy a dar el aviso.- Dijo pero antes de conseguir salir por la puerta notó como Regina la cogía por el brazo para detenerla.

-No hagas ninguna tontería, recuerda que tienes que volver con nosotros.- Aseguró la capitán mirando a su hijo que se estaba quedando dormido de nuevo.

-Lo intentaré.- Dijo acercándose para darle un beso a la morena pero esta lo esquivo. Emma se quedó mirándola sin entender nada.

-Estas castigada, Swan. ¿Lo intentaré?- Preguntó irónicamente Regina.- Eso no funciona conmigo.- Dijo para después dirigirse al carro para dejar a Henry.

Emma negó con la cabeza y sonrió, esa mujer era indomable y eso era lo que más le gustaba de ella. Que era una guerrera y que jamás aceptaría algo con lo que no estuviese de acuerdo.

Regina por su parte miró a Emma sonreí y no pudo evitar hacerlo ella también, esa sonrisa blanca y cristalina que tenía la rubia conseguía lo imposible. Aun así decidió mantenerse fuerte y no ceder ante los encantos de la rubia. Era ella la que debía de cuidarse y no hacer tonterías.

Emma se despidió de Regina y salió para hacer lo que Graham le había pedido. Cassidy estaba en su puesto revisando toda la documentación, ella se acercó y comenzó a contárselo todo mientras ponía en busca y captura ese coche, Graham le envió un mensaje unos segundos después con la matrícula de coche y toda la información necesaria. 


Os dejo este capítulo por aquí pero os aviso de que no sé cuando subiré los próximos ya que tengo varios problemas personales ahora mismo y no tengo tiempo ni energía para nada. 

No pienso dejar la historia a medias simplemente necesito más tiempo para ir subiéndola. 


Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora