Capítulo 39

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-No me jodas Graham.- Casi gritaba, Regina ya había colgado su teléfono.

-Lo siento, Emma.- Decía el hombre al otro lado de la línea.- Quería ser yo quién te lo dijese.- Comentó entonces él.

-¿Cómo se ha podido escapar?- Preguntó la rubia que había puesto el manos libres para que Regina también pudiese escuchar.

-Han atacado el furgón donde iba para ser trasladado a la nueva cárcel donde esperaría el juicio.- Explicó él.

-¿Qué tenéis? ¿Habéis descubierto algo?- Preguntó entonces ella.

-Tenemos dos sospechosos pero no sabemos nada.- Contestó entonces Graham.

-Iré para allá ahora mismo....- Espetó entonces enfadada.

-Estas fuera de la investigación.- Aseguró entonces Graham molesto.- Lo siento, Emma. No hemos tenido nada que ver.

-¡Qué estás diciendo! ¿Me estas vacilando?- Gritó y se quedó mirando a Regina que no era capaz de decir una sola palabra.

-No, Emma.- Dijo él que se sentía mal.

-Esa potestad no las tienen ustedes, detective.- Intervino Regina.

-No he sido yo... ha sido el agente Peabody, de asuntos internos.- Explicó él.

-¿Qué hace asuntos internos en mi comisaria? –Preguntó Regina con su gélida voz.

-Han venido a investigar todo lo que está sucediendo.- Contestó él.

-Vamos para allá.- Soltó Regina colgando el móvil de la rubia.

Emma se quedó mirando a Regina, había notado como su cuerpo se había tensado y había dejado atrás a la mujer con la que estaba hacía unos minutos. La rubia se levantó y la cogió de los hombros para que parase de dar vueltas por toda la habitación como un pato sin cabeza.

-¡Mírame!.- Dijo Emma dulcemente buscando la mirada de Regina.- No voy a dejar que os pase nada, a ninguno de los dos.

-Se ha escapado, Emma. Vendrá a buscarnos.- Soltó Regina, el miedo podía verse en sus ojos.- Puede hacerle algo a Henry.- Añadió demostrando que su miedo no era por ella sino por su hijo.- Incluso a ti.- Volvió a decir y Emma no pudo evitar dejar aparecer una sonrisa.-¿Te hace gracia?- Preguntó enfadándose y alejándose de ella.

-Claro que no, ven aquí.- Contestó obligando a Regina a sentarse en el sillón.- He sonreído porque has pensado en mí, porque antes de pensar en ti misma tu cabeza ha pensado en mí lo que significa que estoy más cerca de llegar a aquí.- Dijo señalando el corazón de Regina.- Ahora vamos a buscar a ese hijo de puta y lo vamos a meter en la cárcel más oscura y nauseabunda que podamos encontrar. – Añadió intentando tranquilizar a Regina.

La morena no había pensado en ello pero era cierto, había pensado en la seguridad de Emma antes que en la suya, una sonrisa nació en su rostro cuando se dio cuenta. Sabía muy bien lo que eso significaba y no podía hacerla más feliz, Emma estaba consiguiendo su propósito y estaba conquistándola.

-Regina...- Emma rompió el silencio.- Me gustaría que me dejases encargarme de esto, quiero que tú te quedes y cuides de Henry.- Le pidió con su tono más calmado, ya que imaginaba la reacción de la morena.

-¡Claro que no!- Espetó furiosa.- No te vas a volver a arriesgar de esa manera, además de que yo soy la comisaria y debe ser la que se encargue de todo.- Dijo levantándose.- Vamos a cambiarnos, me llevaré a Henry a la comisaria conmigo. No quiero dejarlo solo.

-Regina...- Dijo en tono de resignación.

-No hay nada que discutir, Swan.- Espetó esta.- Vamos a vestirnos.

Emma obedeció, subió y cogió su ropa. Regina mientras se colocaba uno de sus sobrios trajes de chaqueta negra de tres piezas, una vez lista cogió su arma y su placa para después preparar una pequeña maleta para Henry.

-Tengo que ir a mi casa a cambiarme.- Explicó Emma que se había vestido con la ropa del día anterior.

-Claro, ve adelantándote.- Dijo Regina terminando de vestir a Henry.

-De eso nada, no pienso dejaros solos.- Soltó la rubia muy segura.- Os llevaré a la comisaria y después yo iré a cambiarme.

-Está bien, pero ve con Graham.- Dijo ella que tampoco quería que Emma fuese sola.

-Vale.- Contestó dejando un beso en el cuello de la morena que gimió.- Te juro que cuando pille a este tío le voy a dar una paliza por joder nuestro fin de semana.- Soltó haciéndole carantoñas a Henry que estaba delante de Regina peleando para que no le quitase el pijama.

-Creó que seré yo quien se la dé.- Confirmó Regina que también se sentía frustrada.

-Por cierto...- Espetó Emma de repente.

-¿Qué?- Preguntó Regina preocupada, la morena se había girado para mirar a Emma sin soltar a Henry.

-Deberías de poner protección a tus padres.- Contestó Emma.- Yo llamaré al mío para que tenga cuidado, al fin y al cabo, es policía.

-No lo había pensado pero creo que es lo correcto.- Dijo entonces Regina.

-Déjame que termine de cambiarlo, ve tú a arreglar eso.- Soltó Emma.

Regina asintió y salió a buscar su móvil mientras que Emma seguía pelando con Henry que no dejaba de patalear y de moverse. La rubia estaba preocupada por lo sucedido, preocupada por si le pasaba algo a Regina o a ese pequeño al que tanto cariño le había tomado.

-Me va a tocar convencer a mama para que se quede cuidado de ti.- Le hablaba al pequeño mientras le ponía los pantalones que Regina había elegido.- Aunque es muy cabezota, aunque creó que ya lo sabes...- Seguía diciendo poniéndole ahora una camiseta roja.- Aun así me tiene completamente loca.

-¡Swan!- La llamó Regina desde la planta de abajo.

-Voy.- Espetó está cogiendo al niño ya vestido, antes de salir le echo un poco de esa colonia de bebe que tanto le gustaba.- Tú madre es una mandona y hace conmigo lo que quiere.- Soltó cerrando la puerta del dormitorio del niño.

Emma bajó con Henry en sus brazos, el pequeño chupaba su chupete. Regina estaba terminando de meter el biberón en la mochila que iba a colgar en el carro del pequeño. La rubia lo dejó en él.

-¿Has hecho eso?- Preguntó.

-Sí, mandaran a un par de agentes en media hora.- Explicó Regina.

-Vale.- Emma se acercó a Regina y pasó sus brazos por la cintura de la morena.

-¿Qué haces? No es el momento.- Soltó la morena intentando separarse.

-Voy a pasar todo el fin de semana en la comisaria sin poder acariciarte ni besarte, creó que me debes dar algo para motivarme.- Dijo uniendo sus labios en un frenético beso que acabó cuando el aire se hizo necesario entre ambas.

-¿Motivada?- Preguntó Regina mordiendo el labio inferior de Emma.

-Excitada.- Contestó Emma con una sonrisa pícara en la cara.

Regina negó con la cabeza y sonrió, ese soplo de aire fresco que proporcionaba Emma en su vida era maravilloso. La rubia empujaba el carro hacía la puerta seguida de Regina.

-Me llevare mi coche, el carrito de Henry cabe mejor.- Explicó Regina.

-Vale, yo iré detrás con el mío.- Contestó Emma volviendo a unir sus labios con los de la morena aunque esta vez de forma más casta.

Emma ayudó a Regina a subir a Henry en su sillita para después meter el carro en el maletero del gran coche de la morena. Una vez que hubo terminado se despidió de la morena y se subió en su coche aunque esperó a que Regina saliese primero para poder ir detrás y ver cualquier problema que se pudiese presentar en su camino hacia la comisaria. 


Como dije estuve unos días de vacaciones pero ya he vuelto así que tenéis capítulo nuevo, espero que os guste. 

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora