Capítulo 44

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-Ahora vuelvo.- Dijo Emma levantándose del sillón para subir a las habitaciones.

Regina, Henry y Cora siguieron hablando sin mayor problema. Poco después la pareja mayor se despidió y se marchó a su casa, tenían que reconocer que estaban mucho más tranquilos sabiendo que Emma estaba con Regina y con Henry.

Al ver que Emma no bajaba Regina subió con el pequeño en sus brazos para saber que estaba haciendo la rubia. Cuando llegó a su dormitorio descubrió la cuna de Henry colocada al lado de la cama, además de un pijama limpio del pequeño junto a un pañal.

-¿Qué es esto?- Preguntó Regina sin entender nada.

-No voy a dejar a Henry durmiendo en la otra habitación con lo que está pasando.- Contestó Emma que terminaba de montar un lado de la cuna que tuvo que quitar para que pudiese pasar por la puerta del dormitorio.

-Vale...- Contestó Regina que seguía alucinada con todo.

-¿Y tus padres?- Preguntó la rubia acabando lo que hacía.

-Se han marchado ya.- Contestó ella.

-No me ha dado tiempo a bajar a despedirme.- Dijo Emma mirando orgullosa la cuna.

-¿No crees que exageras un poco?- Preguntó Regina.

-No.- Contestó Emma cogiendo a Henry de los brazos de la morena.- ¿A qué no, diablillo?- Preguntó Emma al pequeño que la miraba mientras tiraba de sus tirabuzones rubios. –Esta de acuerdo conmigo.- Aseguró Emma.

-Está bien, Swan.- Contestó Regina que no podía negar que le encantaba que Emma se preocupase tanto por ambos.- Ahora voy a darle un baño y a dormirlo.- Dijo pidiéndole a Henry.

-¿Puedo....puedo hacerlo yo?- Preguntó dudosa.- Es decir, sí me enseñas.- Añadió después más tranquila.

-¿Quieres aprender?- Preguntó entonces Regina más tranquila.

-Sí, me gustaría poder hacerlo.- Contestó entonces la rubia.

-Venga, vamos.- Regina se dirigió al baño seguida de Emma que tenía la misma sonrisa que un niño cuando acababa de hacer una travesura.- Vamos a bañarnos.- Le cantaba a Henry mientras lo mecía sin parar.

-Sí sigues meciéndolo así vas a conseguir que vomite todo la comida.- Dijo Regina en un tono desenfadado.

-Vale, tengo mucho que aprender.- Soltó entonces Emma dejando de mover al niño.

-Ve quitándole la ropa mientras que yo caliento el agua.- Dijo la morena.

Emma se dirigió al cambiador y con algo de esfuerzo consiguió quitarle toda la ropa que el pequeño llevaba, después le quitó el pañal y el niño pataleó feliz de verse tan libre. Emma acercó su boca a la redondeada barriga del pequeño y empezó a hacer ruido provocando las carcajadas de este.

Regina ya había puesto la bañera a llenarse y observaba la escena con una gran sonrisa en su cara. Ambas eran totalmente opuestas y en cambio se complementaban de maravilla, Emma podía ser algo impulsiva y alocada, pero estaba segura de que no mentía en lo referente a sus sentimientos.

-Listo.- Dijo Regina rompiendo, muy a su pesar, el momento entre Emma y Henry.

-¿Me explicas?- Preguntó Emma.

-Claro, primero tenemos que comprobar si el agua está a una temperatura adecuada para un bebe. Para eso metemos este termómetro.- Regina alzó el termómetro con un la forma de un pato.- si el medidor llega hasta aquí significa que el agua esta perfecta para él.- Esperaron unos segundos y el medidor se quedó casi en el punto.

Simplemente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora