Roles.
Ilya.
—Aquí me tienes—suelta la mujer de larga melena rubia que caracterizaba a todas las mujeres del clan ingresando a mi despacho, seguida de Jarek.
Hela Ackermann ha vuelto.
—¿Como estas, primo? —inquiere la rubia acercándose hacia donde me encuentro para saludarme con un beso en la mejilla.
Las muestras de afecto publicas estaban prohibidas en la mafia alemana, pero Hela se pasaba todas las reglas por los ovarios y hacia lo que se le daba la gana en mayor parte del tiempo, cosa que tampoco estaba permitida, pero como soy el líder y no la he reprendido nadie puede tocarle un pelo.
—Joder, Hela. ¿Puedes dejar de hacer eso? Fastidias—la riño intentando sacarme de la mejilla la maldita mancha de labial rojo que aseguraba tener.
—¿Y tú puedes dejar de ser tan idiota? Mierda Ilya, deja de ser tan amargado—rueda los ojos y toma asiento evaluándome intensamente.
Jarek la escudriña con una mirada de reprobación.
—¿Cómo es que tu dejas que esta te hable de esa manera? Nosot...—intenta reclamarme, pero lo interrumpo.
—Porque me da la puta gana, soy el líder y nadie puede refutar ante mis actos, así que metete tus mierdas en el culo—le cierro la boca y Hela sonríe burlona para cruzar una de sus piernas sobre la otra.
—Bien, Hela. Te he llamado aquí porque necesito un trabajo
—Dime.
—Se trata de Armin Bergmann, quiero que me lo traigas y vivo, no me importa el estado, solo lo quiero vivo y capaz de contestar algunas preguntas, lo demás me vale mierda. Lo necesito rápido, así que te doy 72 horas para traérmelo o buscaré a otras personas para que lo hagan—advierto ya teniendo en mente a quienes les daré el trabajo.
—Bien, lo tendrás aquí en 72 horas —replica con el tono de voz lleno de la seguridad que la caracterizaba, y se levanta del asiento dedicandole una mirada sardónica a Jarek, quien se la devuelve.
Nunca se han llevado bien.
—Me despido, te veré en 72 horas—la rubia se despide con la mano y sale del despacho, dejándome solo con mi hermano.
—¿Por qué la has llamado? Sabes que sus venidas siempre causan problemas.
—Porqué ella es la más capacitada para encontrar a la rata de Bergmann, está muy bien escondido y si te dara la tarea a ti no lo encontrarías. Hela podrá ser problemática, pero eso no quita que sea una de las mujeres más poderosas del clan y de las más capaces para atrapar ratas de esa calaña.
—No puedes...
—Si no tienes nada importante que decir es mejor que te largues, no me gusta desperdiciar mi tiempo en conversaciones inútiles—tomo un cigarro y lo enciendo para llevármelo a la boca, aspirando el humo para segundos después expulsarlo.
—El jueguito que te traes con los Wagner no está funcionando, no aportan una mierda y quieres que les desembolsemos cantidades de dinero, no me parece correcto.
—El jueguito del que te refieres me será útil para conseguir lo que quiero, bien sabes que no doy pasos sin pensar, todo lo que hago tiene una estrategia detrás y tu más que nadie deberías saberlo. Ida y Luther Wagner están de mi lado y eso es lo que importa.
—No lo sabes, su unión repentina al clan y el develo de rostros son muy sospechosos. ¿Por qué querrían unirse al negocio ahora? ¿Por qué no antes? —cuestiona—. Sé que siempre han estado dentro, han elaborado trabajos importantes y sus hazañas han dado de que hablar en el clan, pero eso no significa que sean actos y confiables para unirse.
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Al límite
AçãoTasha Black sepulta el pasado convirtiéndose en una de las mejores agentes de la GIA, siendo reconocida mundialmente por sus múltiples logros y hazañas, encabezando así la sede central de la agencia. Hasta la llegada de Massimo Ferrara, su nuevo co...