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Matthew.
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—Matthew, escucha muchacho —colocó su mano en mi nuca.
Lo mire con desdén, conteniéndome de insultarlo, sus ojos grises iban cubiertos por unas gafas de sol pero estaba seguro de que me miraba con rencor puesto que yo lo estaba mirando de esa manera.
—No pienso escuchar más —respondí sin apartar mi atención del hombre—, creo que el tema ha quedado solucionado, ¿no cree?
Me soltó con una sonrisa burlona, moví mi cabeza de un lado a otro en gesto de desagrado debido a su acto de sujetar mi nuca.
—¿Con quién vienes, eh?, no acostumbras a estar por aquí. No al menos después de...
—Si no piensa disculparse, me voy —solté con frialdad—, aleje a su familia de mi.
—¿Quién cometió el error, Matthew? —palmeó mi hombro, tratando de mirar el auto que estaba del otro lado de la avenida, en el que iba Alina. Evité a toda costa que mirara, su estatura era ideal para la mía—. No vamos a ceder.
Sonrió malicioso, echó un último vistazo al auto y fue directo al suyo, subió al mismo, paso junto a mi y bajó la ventanilla con una sonrisita cínica en sus labios.
—Una chica muy linda, eh —me tensé, se percató de mi reacción y soltó una carcajada—. Cuídala, Matthew.
Arrancó, dirigiéndose hacia la avenida que llevaba a la salida de Ciudad Edelle, seguí con la mirada aquel auto rojo, descargando con ello toda mi furia, no podía permitirme caer en sus provocaciones nuevamente.
No sé en que momento me dejé engañar por ellos. Era un adolescente estúpido.
Ahora no podía permitir que volvieran, no puedo permitir que le hagan algo a Alina, a ella no.
—¡Matt!
Deje de mirar aquel auto que ahora era un punto en la lejanía, inhalé de manera discreta, liberando mi cuerpo de cualquier tensión al ver a la castaña llamarme.
Esa sonrisa tierna y esos ojos avellana que me habían cautivado desde el primer día que la conocí, me trajeron calma de manera inmediata.
Nunca en mi vida había conocido a alguien que con solo una mirada me transmitiera paz, nunca nadie me había hechizado a tal grado de cruzar todo un océano solo para verla, era una sensación tan nueva.
Alina solo apareció para demostrarme que podía ser igual de débil que los demás, sabía que, al aparecer mi chica ideal, todo se derrumbaría.
Esa fachada de: "artista engreído que no se interesa por nada más que por su carrera", se veía arruinada cada que huía de mi vida de fama y gloria solo para buscarla.
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¡Hey, 60544!: EMISORA.EN EDICIÓN.©
Romance| COMPLETA | ✔️ BILOGÍA: EMISORA. LIBRO 1. [+18] Alina Campbell admira desde que era una niña al chico más codiciado y deseado por todas: Matthew Henderson. Un artista famoso que no solo es conocido por su melodiosa voz y su talento para componer c...